Movilizaciones
Francia afonta el día clave para la reforma de las pensiones envuelta en basura
El Gobierno francés necesitará hoy el apoyo de los diputados conservadores para sacar adelante su reforma estrella
Más de 7000 toneladas de basuras sin recoger en las calles de París con sus consecuencias de malos olores, problemas de salubridad, aparición de ratas y quejas de comerciantes por la huida de turistas. Es el escenario de la capital francesa ante la huelga indefinida de los servicios municipales de recogida de basuras que se ha prolongado hasta el próximo lunes y que ha desencadenado una fuerte bronca política entre la alcaldía que lidera Anne Hidalgo y miembros del Gobierno de Emmanuel Macron que acusan a la socialista de apoyo descarado a los huelguistas y no recurrir a empresas privadas o requerimientos de trabajadores en esta situación extrema que viven los habitantes de la capital gala.
De hecho, según varios medios franceses, tras casi una semana arrastrando el problema, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, habría dado un ultimátum a Hidalgo para intervenir si ella no lo hace en las próximas horas. El escenario de montañas de basuras en medio de una fuerte tensión política se produce justo en vísperas de la votación crucial de este jueves en la Asamblea Nacional a cuenta de laimpopular reforma de las pensiones de Macron que pretende retrasar de los 62 a los 64 años la edad legal de jubilación y elevar hasta 43 los años cotizados para obtener una pensión completa.
Tras dos meses de movilizaciones en la calle y pese al rechazo de una gran mayoría de franceses, entorno al 70% según los últimos sondeos, Macron espera obtener el visto bueno definitivo del trámite parlamentario tras la luz verde del Senado el pasado sábado por la noche. Sin embargo, nada está claro de cara a la votación de hoy.
El Gobierno necesita el apoyo de la derecha clásica de Los Republicanos (LR) que se han convertido en la llave de esta reforma. En las últimas horas, la primera ministra, Elisabeth Borne, seguía manteniendo contactos con miembros de Los Republicanos para asegurar una votación que mantiene en vilo a Francia. El escenario de un París lleno de basuras quizás dote al capítulo político de un punto aún más esperpéntico.
Dos escenarios caben en la votación de este jueves. El más favorable al Gobierno es el de la aritmética parlamentaria con la derecha para aprobar el texto pero no todos de los 61 diputados de Los Republicanos votarán por ello ni tras varias concesiones del Gobierno en el texto ni por la naturaleza de la propia reforma, que sigue la línea política de su propio programa político. Las rencillas contra el propio Macron por fagocitar su espacio político y la presión de la calle podrían impulsar el voto en contra de la reforma de varios diputados. La prensa gala especulaba este miércoles con un dato fundamental: la reforma podría ser cuestión de un puñado de votos entre diputados de LR que aún estarían dudando.
Si el Gobierno no consiguiera una mayoría para adoptar el texto, siempre puede recurrir al artículo 49.3 de la Constitución francesa, que permite que se adopte sin voto. Pero el recurso a este artículo sería un fracaso para Macron y echaría más gasolina al incendio social en la calle. Una situación explosiva. Si recurre a este mecanismo, Macron también se expone a una moción de censura, según algunos diputados de la oposición, otra cosa es que pueda prosperar. Aunque forman el mayor bloque de diputados (250), los macronistas carecen de mayoría en la Asamblea desde las legislativas del pasado junio. El Ejecutivo depende del voto a favor de unos 40 diputados de la derecha.
Mientras tanto, este miércoles se celebraba la octava jornada de movilización contra la reforma coincidiendo con la vuelta del texto a la Asamblea Nacional para el voto definitivo. Si bien el movimiento parece debilitarse, algunos sectores continúan con las huelgas. Por ejemplo, aparte de los recogedores de basura en varias ciudades, ciertos transportes o el sector de la energía, de los más combativos hasta la fecha contra la reforma.
Una comisión mixta paritaria compuesta por siete senadores y siete diputados se ha reunido durante toda la jornada del miércoles a puerta cerrada para encontrar un compromiso sobre el texto. Una parte de los partidos de izquierda habían pedido que esta reunión fuera pública, pero según los usos, permanecerá fuera de los proyectores. Es una cita crucial para el devenir de esta reforma que el ejecutivo quiere adoptar, cueste lo que cueste. El texto recibió el apoyo de diez diputados y el rachazo de cuatro Es en el voto final de la Asamblea de mañana donde se centran ahora todas las dudas y el futuro político del país.
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