
EE UU
Habla el antiguo vecino de Canarias encarcelado en Alligator Alcatraz: "Esto es un campo de concentración, nos tratan como criminales"
Antes de emigrar a EE UU, Fernando Artese tuvo un negocio de alquiler de bicis en Las Palmas de Gran Canaria, pero la burbuja inmobiliaria le obligó a marcharse

Uno de los primeros ciudadanos europeos interno en el polémico centro de detención para migrantes inaugurado en Florida (EE UU) este mes es Fernando Artese, italoargentino por el que ya velan las autoridades italianas y que antes de emigrar a Estados Unidos vivió diez años en Madrid y cinco en Las Palmas de Gran Canaria.
Artese es uno de los tres protagonistas de un reciente reportaje publicado en el medio local Tampa Bay Times, especializado en la información sobre Florida. Esta cabecera logró hablar con tres personas encarceladas en el controvertido Alligator Alcatraz que comenzó a operar a principios de mes tras ser inaugurado por Donald Trump.
En el reportaje, Artese cuenta que fue detenido a finales de junio mientras conducía su autocaravana por EE UU con un único objetivo: salir del país. Su propósito era cruzar Colorado con su esposa y su hija, Mónica Riviera y Carla Artese: de ahí, atravesar California, superar México, recorrer Centroamérica e instalarse en su país natal, Argentina.
Pero Artese sabía lo que podía pasar. "Estábamos preparados para esto". Artese emigró a EE UU desde España mediante un programa de exención de visado, que permitía visitas de hasta tres meses al país norteamericano sin necesidad de contar con visa. Esto sucedió en 2014: Artese prolongó su estancia en el país más de lo permitido.
Tuvo un negocio de alquiler de bicis en Las Palmas
Su mujer y su hija viajaron a su encuentro en 2018. Su esposa, con 62 años, tiene visa de estudiante. Su hija, de 19, fue a EE UU con su madre de forma legal. Vivían en el condado de Miami-Dade, donde Artese incluso mostró sus dotes de emprendimiento, con un negocio de instalación de cámaras.
Las mismas dotes que ya mostró en España. Artese vivió una década en Madrid. Llegó a España en 2001, cuenta su esposa al periódico argentino La Nación. Huyeron de Argentina en la época del "corralito" que activó el presidente argentino Fernando de la Rúa.
Tras cerca de una década en Madrid y cinco años en Las Palmas de Gran Canaria, donde montó un negocio de alquiler de bicicletas para turistas, Artese decidió emigrar a EE UU con el Sistema Electrónico para la Autorización de Viajes después de que estallara la burbuja inmobiliaria en España.
"Fue una época muy complicada con la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, Fernando tenía un hermano que vivía en EE UU y nos apoyó para que fuéramos a Florida. Fernando emigró primero en 2014 y se trasladó con el pasaporte italiano".
"Es un gallinero, hasta 32 personas en una jaula"
Fernando y su mujer decidieron preparar su salida de EE UU al comprobar que su hija no tenía acceso a becas para estudiar en la universidad. El padre de familia tampoco tuvo nunca la posibilidad de regularizar su situación: al haber entrado por el sistema ESTA de su pasaporte italiano, no tenía derecho a ello. Si salía de EE UU no podría volver en una década.
Sin embargo, dado que la hija no podía acceder a estudios superiores, la familia preparó su plan para volver a Argentina. En ese momento fue cuando Artese fue detenido. Existía una orden de arresto en su contra: en marzo recibió una multa de tráfico, pero no acudió a la oficina de tráfico por miedo a ser detenido. A finales de junio fue arrestado.
En declaraciones telefónicas al Tampa Bay Times, Artese es explícito y contundente al referirse en qué condiciones está interno en el controvertido Alligator Alcatraz del que presume Donald Trump. "Esto es un campo de concentración.Nos tratan como criminales, es una forma de humillarnos". "Todos somos trabajadores y personas que luchamos por nuestras familias".
Su mujer puede hablar con él hasta tres veces al día, pero también denuncia en La Nación la precariedad de las instalaciones, con celdas de hasta 30 personas. "Lo tienen como en un búnker o en un gallinero, con hasta 32 personas en una jaula. Cuando ingresan al comedor los tienen con las manos en la nuca como criminales", denuncia Mónica Riviera.
Este antiguo vecino y emprendedor de las Islas Canarias lleva 24 días detenido y sin muchas certezas legales. La mujer asegura que se ha consultado al consulado italiano y a abogados, pero estos responden que las autoridades estadounidenses no tienen a Fernando registrado en el sistema.
Carla Artese, la hija, ha puesto en marcha una campaña de recaudación de fondos. "Mi padre quiere autodeportarse lo antes posible, en cuanto le dejen. Por eso necesitamos dinero para pagarle el billete y para conseguir pronto un abogado que nos ayude a poder ver a mi padre otra vez pronto". Han reunido por el momento cerca de 7.000 dólares.
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