Liverpool
Hallan muerto a ‘Purple Aki’, el polémico culturista británico, en su piso de Liverpool
Akinwale Arobieke, de 64 años, fue encontrado sin vida por la policía; su fallecimiento no se considera sospechoso, pero su figura arrastra décadas de controversia, acoso y notoriedad pública
El martes 27 de agosto de 2025, la policía de Merseyside acudió a un piso en Toxteth, Liverpool, tras recibir una llamada sobre un hombre inconsciente. Al llegar, los agentes confirmaron la muerte de Akinwale Arobieke, conocido popularmente como “Purple Aki”. Tenía 64 años.
Las autoridades han declarado que no existen indicios de criminalidad en el fallecimiento, aunque el caso ha sido remitido al forense para su investigación formal. La noticia ha generado reacciones inmediatas en redes sociales, donde su figura ha sido objeto de debate durante décadas.
Arobieke se convirtió en un personaje infame en el Reino Unido por su comportamiento obsesivo hacia hombres jóvenes, especialmente por su hábito de tocar sus músculos sin consentimiento. Esta conducta le valió múltiples condenas por acoso y restricciones judiciales que le prohibían asistir a gimnasios o acercarse a determinadas personas.
En 1986, fue condenado por homicidio involuntario tras la muerte de un adolescente que intentaba huir de él, aunque la sentencia fue anulada posteriormente. A lo largo de su vida, acumuló varias penas de prisión por violar órdenes judiciales, incluyendo una condena en 2010 por tocar a un menor de 16 años.
En 2016, Arobieke demandó a la policía de Greater Manchester por acusaciones que consideraba maliciosas, obteniendo una indemnización. Su figura, aunque rodeada de polémica, se convirtió en parte del folclore urbano británico, generando tanto temor como fascinación.
La policía ha confirmado que se está elaborando un informe forense y que no se han detectado circunstancias sospechosas en el lugar del fallecimiento.
Quién fue Purple Aki
Akinwale Arobieke, apodado “Purple Aki”, fue una figura pública británica conocida por su historial de acoso y por convertirse en un mito urbano en el norte de Inglaterra. Su obsesión por tocar los músculos de hombres jóvenes lo llevó a enfrentarse repetidamente con la justicia, acumulando condenas y órdenes de restricción. Aunque su comportamiento fue ampliamente condenado, su notoriedad lo convirtió en un personaje singular dentro de la cultura popular británica.