
Hong Kong
Hong Kong descarta la idea de utilizar mosquitos mutantes: los expertos tachan de inútil la estrategia contra el chikungunya
Tras registrar ocho casos importados, las autoridades optan por fortalecer la prevención tradicional y descartan replicar el modelo chino de liberación de insectos modificados

La fiebre chikungunya, enfermedad viral transmitida por mosquitos del género Aedes, representa una creciente preocupación para las autoridades sanitarias de Hong Kong. Aunque no suele ser mortal, la infección provoca síntomas severos como fiebre elevada, intensos dolores articulares y erupciones cutáneas, que pueden afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Desde el pasado 2 de agosto, el Centro para la Protección de la Salud ha confirmado ocho casos importados en la región, entre ellos un hombre de 50 años y su hija de ocho, ambos procedentes de Bangladesh. La menor fue ingresada en un hospital local con fiebre, tos y fatiga, mientras que su padre había dado positivo en su país de origen. Ambos permanecen en condición estable.
En respuesta al incremento de casos, el secretario de Medio Ambiente y Ecología, Tse Chin-wan, consideró la posibilidad de implementar técnicas de control biológico similares a las aplicadas en la ciudad de Foshan, en la provincia de Guangdong, donde se han registrado más de 8.000 contagios en apenas tres semanas. En esa localidad, las autoridades han recurrido a la liberación de mosquitos modificados genéticamente, conocidos como “elephant mosquitoes”, como medida para reducir la población de vectores transmisores.
No obstante, la propuesta fue finalmente descartada tras recibir críticas contundentes por parte de la comunidad científica local. Expertos en salud pública calificaron la estrategia como “ineficaz y costosa”, y subrayaron la falta de evidencia concluyente que respalde su aplicación en el contexto hongkonés. “Aunque la liberación de mosquitos modificados parece segura desde el punto de vista ecológico, no existe una necesidad urgente de aplicarla en la ciudad”, afirmó Jin Dongyan, profesor de ciencias biomédicas en la Universidad de Hong Kong.
Las acciones convencionales son una solución eficaz
En lugar de adoptar intervenciones biológicas de alto coste y eficacia incierta, los especialistas recomiendan reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica, optimizar la recolección de datos mediante tecnologías avanzadas y consolidar métodos tradicionales de prevención, como la eliminación de criaderos y la fumigación localizada. Las autoridades han intensificado las inspecciones en puntos fronterizos, distribuido material informativo y emitido alertas a profesionales sanitarios para facilitar la detección temprana de casos en viajeros procedentes de zonas afectadas.
La experiencia de ciudades como Singapur demuestra que el control convencional de mosquitos, combinado con sistemas de monitoreo inteligente, puede ofrecer resultados más eficaces que las intervenciones genéticas. En este sentido, Hong Kong apuesta por una estrategia prudente, basada en la evidencia científica y orientada a proteger a la población sin recurrir a soluciones invasivas. Tal como ha señalado el Comité Científico sobre Enfermedades Emergentes y Zoonóticas, “la vigilancia activa, el diagnóstico temprano y la cooperación regional son claves para evitar la transmisión local del chikungunya”.
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