Protestas en Hong Kong

«Hong Kong es el nuevo Berlín en la nueva Guerra Fría»

Gira del líder de las protestas. Pekín convoca al embajador alemán por el apoyo dado a Joshua Wong y a su movimiento

Joshua Wong, en una rueda de prensa ayer en Berlín
Joshua Wong, en una rueda de prensa ayer en Berlínlarazon

En un momento en que las relaciones entre Alemania y China penden de un hilo, la visita a Berlín de Joshua Wong, uno de los rostros más destacados del movimiento prodemocrático en Hong Kong, podría dar al traste con años de premeditada diplomacia entre ambos gobiernos. Tras entrevistarse el lunes con el ministro de Exteriores, el activista pidió ayer que Berlín detenga la exportación de armas y equipos antidisturbios a la Policía de Hong Kong e instó a la comunidad internacional a demostrar su apoyo a la lucha de los hongkoneses a favor de la libertad de expresión. «Hong Kong es el nuevo Berlín en la nueva guerra fría», aseguró Wong en un más que pertinente paralelismo entre la actual situación del territorio autónomo con la Alemania comunista. «En Berlín se respira ahora el olor de la libertad en lugar del gas lacrimógeno que hay en Hong Kong», añadió.

China respondió no solo convocando al embajador alemán, sino que poco después, su homólogo chino, Wu Ken, en una comparecencia, dijo que Hong Kong era parte del territorio chino y pidió a los políticos alemanes que se abstengan de intervenir en asuntos internos de su país. Una petición que, sin embargo, no fue atendida. Casi al mismo tiempo que Wong comparecía ante la prensa, Angela Merkel se refirió a las relaciones de su Gobierno con Pekín. En un debate en el que expuso las líneas generales de su política económica, la canciller hizo un inciso para asegurar que «Alemania hace bien en mantener el diálogo con China», en el que la «diferencia de opiniones» también tiene cabida, e hizo referencia a los derechos humanos, cuyo cumplimiento para Alemania es esencial. La canciller precisó que Berlín sigue defendiendo el principio de «un país, dos sistemas» y mientras, y a pocos metros, Wong argumentó su deseo para que en el futuro «nadie tenga que emigrar a otro país» y que el reconocimiento por Pekín de los derechos humanos básicos permita hablar de «un país con un sistema». No quiso pronunciarse sobre el hecho de que en Berlín no se reunió con Merkel, aunque deseó que en una próxima ocasión fuera posible.

El activista llegó el lunes a la capital y denunció lo que calificó de «bárbaro nivel de fuerza» demostrado por la Policía hongkonesa. «Hong Kong está en la línea del frente del campo de batalla», añadió el secretario general de la organización Demosisto, al resumir las reivindicaciones de los manifestantes. Berlín es la primera etapa de un viaje por Occidente que le llevará la semana próxima a Estados Unidos, después de haber sido puesto en libertad tras ser detenido el pasado 30 de agosto, acusado junto con Agnes Chow de participar e incitar a otros a unirse a una asamblea no autorizada durante el asedio de una sede de Policía el 21 de junio pasado. Wong insistió en que las protestas se han encontrado con una «brutal represión» por parte de las fuerzas del orden e incidió en que el Gobierno de Pekín «no cumple sus promesas».