Oriente Medio

Imágenes satelitales muestran que el misil israelí alcanzó un sistema de radar iraní en Isfahán

Los bombardeos de las FDI dañaron notablemente el sistema de defensa antiaérea S-300 de fabricación rusa

Imagen de satélite de la central nuclear iraní de Isfahán
Imagen de satélite de la central nuclear iraní de Isfahán AFP

Las imágenes de satélite contradicen la propaganda y mofa de las autoridades de la República Islámica sobre el alance de la operación de las FDI desde el pasado viernes: Israel dañó significativamente un sistema de radar de una batería de defensa aérea iraní de fabricación rusa S-300 en la base aérea de Isfahán, situada en el centro del país.

Así lo han informado agencias internacionales y medios israelíes en las últimas dos jornadas difundiendo imágenes de una web opositora al régimen de los mulás -Iran International— sin que Teherán haya hecho otra cosa que hablar de “varios drones de pequeñas dimensiones neutralizados” y negar que se produjeran daños. El sistema de defensa aérea forma parte de la red destinada a proteger las instalaciones nucleares subterráneas de Natanz, situadas a unos cien kilómetros de Isfahán.

Las imágenes satelitales de Planet Labs PBC tomadas el lunes por la mañana cerca del aeropuerto y la base aérea de doble uso de Isfahán mostraron una zona con marcas de quemaduras alrededor de un sistema de radar de “tapa abatible” utilizado para el S-300. Otras imágenes correspondientes al viernes antes de la operación de las FDI dan cuenta de que el radar estaba intacto.

Una información del diario estadounidense The New York Times confirmaba que en su ataque en vísperas del fin de semana pasado, Israel empleó un misil de alta tecnología capaz de burlar los sistemas de radar iraní. “Este ataque demuestra que Israel tiene la capacidad de penetrar los sistemas de defensa aérea de Irán”, aseguró, en este sentido, Nicole Grajewski, miembro del programa de política nuclear del think tank Carnegie Endowment for International Peace y especialista en relaciones irano-israelíes. “La precisión fue bastante notable”, aseveró en declaraciones a la agencia AP.

Por otra parte, el cotejo de imágenes tomadas el viernes antes y después del ataque israelí da cuenta de que las autoridades iraníes retiraron elementos de la batería de defensa de fabricación rusa en la citada base de Isfahán -para volverlos a ubicar el domingo pasado. Una prueba de que Teherán sabía que habría represalia de las FDI y de que las instalaciones militares de doble uso de la provincia situada en el centro del país era uno de los blancos más

probables de la respuesta de Tel Aviv dada su vinculación con Natanz. De la misma manera, las instantáneas dejan claro que el Gobierno israelí -aunque nunca confirmó oficialmente la autoría de la operación— optó por una respuesta equilibrada que, a día de hoy, aleja el espectro de una guerra abierta entre ambos países. Con todo, a juzgar por la información difundida ayer por el citado The New York Times, la contención israelí fue resultado de la presión internacional y no de los deseos del núcleo duro de los mandos militares de las FDI.

La realidad es que, de confirmarse lo que muestran las imágenes satelitales citadas, el ataque del viernes pasado a la base de Isfahán provocó daños muy superiores a los causados por el lanzamiento de 300 drones y misiles de crucero desde Irán con destino a Israel entre el sábado 13 y el domingo 14 de abril pasados. Tanto el sistema de defensa aérea de Israel, como los desplegados por sus socios jordano, británico y estadounidense, lograron neutralizar más del 99% de los objetos.

Entretanto, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, volvió ayer, en la línea del propio ayatolá Alí Jameneí y de otras figuras destacadas del régimen, a amenazar a Israel. En palabras del presidente, que visitó oficialmente Pakistán en la jornada de este martes, una nueva agresión de las FDI en suelo iraní “cambiaría las circunstancias” y la respuesta correspondiente de Teherán tendría como resultado que “no quedaría nada del régimen sionista”.

Si la calma relativa de las últimas jornadas permite hablar de desescalada entre Irán e Israel, lo cierto es que no es el caso de la guerra de baja intensidad que mantienen Hizbulá, la más potente de las milicias afines a Teherán en la región, y las FDI. En la jornada de ayer la organización pro chiita libanesa volvió a atacar el norte de Israel con cohetes y drones. En la localidad de Margaliot -situada cerca de otro de los municipios recurrentemente atacados, Kiryat Shemoma— las sirenas antiaéreas fueron activadas en la tarde de ayer. Según fuentes militares israelíes citadas por el diario Haaretz, todos los ataques fueron neutralizados de manera exitosa.

La propia organización liderada por Hassan Nasrallah -un Estado dentro del fallido Estado libanés— volvía ayer a sufrir dos nuevas bajas en los más altos escalafones del grupo como consecuencia de los bombardeos israelíes. Se trata, según fuentes de las fuerzas armadas israelíes, de Hussein Ali Azkul, mando aéreo de la organización y considerado por Tel Aviv un “importante operativo terrorista”, y Mohammad Khalil Atiyeh, líder de la Fuerza de élite Radwan.