Oriente Medio
Irán nombra embajador en Arabia Saudí siete años después
Teherán y Riad restablecieron relaciones diplomáticas el pasado mes de marzo después de años de hostilidad y máxima tensión regional
Siete años después de la ruptura total entre ambos regímenes, la República Islámica de Irán nombró embajador en Riad, según anunciaron medios estatales. Es el primer paso concreto que ambos países, archienemigos durante años, dan en la nueva etapa inaugurada con el acuerdo para la normalización de relaciones diplomáticas del pasado 10 de marzo. Un pacto que abre la puerta al fin de la guerra fría regional por antonomasia y aleja la posibilidad de un enfrentamiento a gran escala entre las dos grandes potencias de Oriente Medio.
El nuevo embajador iraní en Arabia Saudí, Alireza Enayati, diplomático experimentado, se había desempeñado anteriormente como embajador iraní en Kuwait, además de como asistente del Ministro de Exteriores y director general para asuntos del Golfo en el citado Ministerio, según información del medio Iran Daily recogida por la agencia AFP.
De acuerdo con el texto suscrito por ambos gobiernos en marzo –entonces las dos administraciones se comprometieron a reabrir sus respectivas embajadas en un plazo de dos meses-, el siguiente paso para las autoridades saudíes e iraníes será ahora la activación de un acuerdo de cooperación bilateral en materia de seguridad firmado en 2001, además de otro pacto anterior sobre comercio, economía e inversión que data de 1998.
Riad había roto relaciones diplomáticas formales con el régimen de los ayatolás a comienzos de 2016 a raíz de los ataques sufridos por su Embajada en la capital iraní y por el Consulado en la ciudad de Mashhad, unas agresiones enmarcadas en la ola de protestas desatada en Teherán como respuesta a la ejecución en Arabia Saudí de un destacado clérigo chií, Nimr al Nimr, acusado de sedición e incitación a la violencia y el terrorismo.
Durante años ambas potencias económicas y militares regionales se habían enfrentado en conflictos como los de Yemen, Siria o Irak. En Yemen, Arabia Saudí ha apoyado militarmente desde 2015 al presidente Al Hadi frente a los rebeldes hutíes –grupo insurgente mayoritariamente chií-, a los que, a su vez, Irán ha respaldado.
El acuerdo alcanzado en marzo en Pekín, gracias a los auspicios de las autoridades chinas, por la monarquía saudí y el régimen de los mulás, líderes de los mundos suní y chií respectivamente, enfrentados durante años en cada conflicto por interposición en la región, constituye para los especialistas el inicio de una nueva etapa en Oriente Medio marcada por la retirada paulatina de Estados Unidos. Aunque la hostilidad y la tensión entre los dos regímenes han sido palpables hasta fechas recientes, lo cierto es que Irán y Arabia Saudí venían negociando desde comienzos de 2021 entre bambalinas.
La rehabilitación regional del dictador sirio Bachar el Asad –convertido su régimen en un protectorado iraní-, confirmada la semana pasada con el regreso de Damasco a la Liga Árabe tras doce años excluido, es uno de los corolarios del acuerdo.
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