El pasado siempre vuelve y en el caso de Boris Johnson está descrito por una palabra: Partygate. El escándalo de las fiestas celebradas en Downing Street en pleno confinamiento, el mismo que forzó su dimisión el pasado verano, vuelve ahora a llamar a su puerta. El excéntrico político será interrogado el miércoles por el comité parlamentario que investiga si mintió a Westminster cuando, siendo primer ministro, aseguró en repetidas ocasiones que no se violaron las reglas.

La sesión -que será televisada y podría durar hasta cinco horas- será crucial para determinar su futuro político. Porque en caso de que se determine que mintió de manera deliberada podría ser motivo de expulsión de la Cámara de los Comunes.

El equipo legal del que fuera líder de los conservadores entregó ayer un dossier con pruebas que pretenden demostrar su inocencia. La Defensa quiere que se publique lo antes posible, pero se espera que el comité quiera estudiar antes el contenido a fondo. Al cierre de esta edición, no se habían revelado los detalles. Aunque, según la prensa, la ambición rubia se escudará diciendo que sólo cumplía órdenes de su equipo, que le aseguraron que había excepciones a las reglas del confinamiento para “reuniones en lugar de trabajo”.

No obstante, en un informe inicial publicado a principios de este mes, el comité ya advirtió que Johnson pudo haber engañado al Parlamento varias veces. Si finalmente se determina que así fue, el comité considerará si esto fue imprudente o intencionado y planteará un castigo acorde. Los diputados son los que tienen la última palabra para aprobar cualquier sanción, pero las posibles penalizaciones van desde ordenarle que se disculpe hasta la suspensión de la Cámara de los Comunes. Si Johnson es suspendido por más de 10 días, esto podría desencadenar una elección parcial en su distrito electoral, lo que podría dejarle sin oportunidades para presentarse luego a los comicios generales previstos para el próximo año.

El Comité de Privilegios que está al frente ahora de la investigación está presidido por la laborista Harriet Harman y está compuesto por siete diputados: cuatro conservadores, dos laboristas y un nacionalista escocés del SNP.

Las filtraciones a la prensa sobre las fiestas celebradas en Downing Street en pleno confinamiento comenzaron a salir a la luz a finales de 2021. En varias ocasiones, Johnson, quien era entonces primer ministro, dijo a la Cámara de los Comunes que se habían seguido las reglas. Más tarde admitió que sus declaraciones originales habían resultado incorrectas. Pero siempre ha insistido en que en el momento que las dijo creía ciertamente que era así.

En enero de 2022, la investigación independiente realizada por la alta funcionaria Sue Gray determinó que “hubo fallos de liderazgo y de juicio por parte del Número 10 y de la Oficina del Gabinete en diferentes momentos”. Posteriormente, en abril del año pasado, una investigación policial multó hasta 83 personas por asistir a estos eventos. Entre ellos, el propio Johnson, su mujer Carrie y el entonces titular de Economía, Rishi Sunak, convertido hoy en primer ministro. Downing Street confirmó que correspondían a una fiesta sorpresa organizada el 19 de junio de 2020 para celebrar el cumpleaños del primer ministro. El evento -que se limitó a ofrecer una tarta y algunas bebidas antes de una reunión de Gabinete- fue organizada por Carrie Johnson cuando estaban prohibidas las reuniones en interiores.