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La Liga toma el «cinturón rojo» de Italia

La extrema derecha de Matteo Salvini, en bloque con otros partidos, conquista feudos tradicionales a la izquierda, aunque el PD consigue detener la hemorragia de votos de los últimos comicios.

En Ferrara, la izquierda pierde tras 74 años larazon

La extrema derecha de Matteo Salvini, en bloque con otros partidos, conquista feudos tradicionales a la izquierda, aunque el PD consigue detener la hemorragia de votos de los últimos comicios.

Hubo una época en la que en Ferrara solo gobernaban los comunistas. Tras la Segunda Guerra Mundial, durante cuatro décadas, el poderoso PCI instaló aquí uno de sus feudos inexpugnables. Considerada una de las capitales de la cultura italiana, la ciudad se encuadra en la región de Emilia Romaña, uno de los mayores «cinturones rojos» del país. Es la tierra del «Novecento» de Bernardo Bertolucci, donde los campesinos se levantaban en armas contra los fascistas. Hoy, la historia continúa, pero con un reparto tan alterado que convierte la epopeya en teatro del absurdo. La Liga de Matteo Salvini, que precisamente coquetea con la herencia del fascismo, ha conseguido atraer a esa clase trabajadora harta de la crisis económica, como demuestran una vez más los últimos resultados electorales. Por primera vez en 74 años, Ferrara pasará a manos conservadoras. De una derecha radicalizada por obra de Salvini.

El domingo se celebró en este país la segunda vuelta de las elecciones municipales –a los alcaldes se los elige por mayoría simple; si es necesario, en dos rondas electorales–, que coincidieron con las pasadas europeas. Y aquel mapa, en la última ocasión que se votó en todo el territorio nacional, ya dejó una evidencia de lo que es la nueva Italia. Del centro hacia el norte, todo es dominio de la Liga. Solo la Toscana resiste por los pelos en ese antiguo «bastión rojo». En el sur, aún domina el Movimiento 5 Estrellas, pero el partido de Salvini, quien ya como líder de lo que era la Liga Norte llamaba «apestados» a los meridionales, disputa también el primer puesto. El resultado de estas municipales ha confirmado esta tendencia, con la victoria de un bloque de derecha unido –la Liga se presenta junto a otros partidos, entre los que está Forza Italia de Silvio Berlusconi– en otras ciudades del centro de Italia como Forlì, Orvietto, Foligno o en distintos ayuntamientos del Lazio. Hace cinco años el socialdemócrata Partido Democrático (PD) gobernaba en 70 municipios importantes, mientras que ahora la derecha controla 54 por los 40 del centro izquierda.

Aunque en esta ocasión el tópico de que en las elecciones todos ganan, se cumple. Pese a la pérdida de poder municipal del PD, en esta cita ha conseguido retener ciudades de tradición izquierdista como Prato (Toscana) o Cremona (Lombardía) y le han arrebatado al Movimiento 5 Estrellas (M5E) ayuntamientos como Livorno (Toscano) o Avellino (Campania). El PD confirma que bajo el liderazgo de Nicola Zingaretti está siendo capaz de mantener a sus bases y frenar la sangría de votos que se produjo durante la caída de Matteo Renzi. No es tiempo de asaltar el poder, sino de reorganizarse. Y en el centro izquierda esperan en sus cuarteles de invierno. Mientras, el M5E, que no tiene una implantación tan fuerte en los territorios, ya había sufrido una debacle en la primera vuelta de las municipales. Solo consiguió pasar a la segunda ronda en un municipio importante, Campobasso (Molise), y al menos lo ganaron.

«Estamos asistiendo a una vuelta progresiva a un sistema bipolar entre la izquierda y la derecha», sostiene Davide Angelucci, investigador de la Universidad Luiss, ante la caída del M5E. La mayor parte del voto que se decantó por el partido antisistema en primera vuelta, en esta ocasión fue a parar a la abstención, mientras que los pocos que se movilizaron se repartieron casi a partes iguales entre conservadores y socialdemócratas. Sin embargo, en clave nacional, Salvini todavía no ve claro que una crisis en el Ejecutivo le permita gobernar junto a otro partido de la derecha soberanista. De momento ha enterrado el hacha de guerra junto a su socio del M5E, Luigi Di Maio, y en la noche de ayer estaba previsto que se reunieran por primera vez con el primer ministro, Giuseppe Conte, desde que éste les dio un ultimátum para que cesaran las polémicas entre ellos.

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