Tiroteos en Estados Unidos

Las horas que precedieron a la matanza de Dayton

Un vídeo muestra los últimos minutos de Betts antes de abrir fuego.

Imágenes conseguidas en exclusiva por la cadena CNN
Imágenes conseguidas en exclusiva por la cadena CNNlarazon

Un vídeo muestra los últimos minutos de Betts antes de abrir fuego.

Es un chico normal, un sábado por la noche. Sobre las 23:30, se desplaza en coche hasta una concurrida zona de bares en la ciudad de Dayton y entra en el Blind Bob's, una «taberna americana» con una amplia carta de cervezas artesanales. Le acompaña su hermana Megan, de 22 años, y su mejor amigo de la infancia y el instituto, Charles Beard, de 24. En las imágenes de videovigilancia del bar, obtenidas por la cadena CNN, se ve cómo entran los tres en Blind Bob's, se les revisa la identidad, y después entrega una pulsera. Los veinteañeros van vestidos sin llamar la atención una noche veraniega en Estados Unidos. Camiseta, pantalones cortos y deportivas. Ni rastro del chaleco antibalas ni del rifle del calibre 223 que apenas una hora después usó Connor Betts contra decenas de personas que se divertían la madrugada del domingo.

De acuerdo con la Polícia de Dayton, que llegó al lugar de los hechos en apenas un minuto, Betts, de 24 años, disparó 41 tiros. Mató a nueve personas e hirió a otras treinta antes de ser abatido por los agentes. Arrebató la vida a su hermana y disparó también contra su amigo Beard, quien continúa ingresado en el hospital, y está colaborando en las investigaciones.

Connor salió del bar sobre las 00:13. Habló con el personal y se marchó. Su hermana Megan y Charles Beard dejaron el Blind Bob's a las 00:59. Minutos antes del bárbaro tiroteo. Según las autoridades, ni Megan ni Charles sabían que Connor tuviera o portara armas aquella noche. La Policía está intentando reconstruir los hechos y aún no sabe qué hizo exactamente Connor Betts mientras estuvo separado de su hermana y amigo. Sí que hubo comunicación entre ellos en ese intervalo de tiempo, de apenas unos 45 minutos.

Una de las últimas novias de Connor, Adelia Johnson, sí que ha narrado la fascinación de éste por los tiroteos. En diversas entrevistas en medios locales, Johnson ha descrito cómo en su primera cita Connor le mostró un vídeo de una matanza en una sinagoga en Pensilvania, en la que murieron once personas. También que le llevó a un campo de tiro. Hasta en dos ocasiones, Connor se metió una pistola en la boca, listo para apretar el gatillo. Ella sabía que tenía armas. «No era racista, era un hombre que sufría y no recibió ayuda», indicó Johnson. En su opinión, que la Policía le disparase, «era exactamente lo que él quería». Ella tenía depresión y él le dijo que era bipolar. Se conocieron en una clase de Psicología. «Durante toda nuestra relación fue un perfecto caballero», le defendió su ex.