
Rusia
Moscú no aceptará tropas europeas en Ucrania y lo considerará "la entrada oficial de la OTAN en la guerra"
El ministro de Exteriores ruso hizo un paralelismo entre Macron y otros mandatarios que decidieron atacar Rusia (Napoleón y Hitler)
Si el acercamiento mostrado esta semana por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no suscitó ninguna respuesta oficial por parte de Rusia las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, han provocado una reacción en cadena de los principales políticos rusos.
El miércoles el presidente galo acusaba al régimen de Moscú de “convertir el conflicto ucraniano en uno global”, asegurando en su discurso televisado a la nación que la paz “no puede construirse a cualquier costo y bajo el dictado ruso”.
Según Macron, “si un país puede invadir impunemente el territorio de su vecino en Europa, entonces nadie puede estar seguro de nada”, y Europa debe protegerse, ofreciendo así a sus aliados europeos algo en lo que puede hablarle de tú a tú a la mismísima Rusia, su armamento nuclear.
El presidente francés sigue apostando por el despliegue de un ejército europeo en territorio ucraniano para garantizar una futura paz, que podría firmarse en un plazo no demasiado largo. Este jueves, en una rueda de prensa conjunta con su homólogo de Zimbabue, Amon Murwira, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, quiso dar una respuesta de su ejecutivo a las palabras del francés asegurando que, a día de hoy, su país no permitirá el despliegue de un contingente europeo en Ucrania en el marco de las negociaciones de paz.
"Eso significará no una híbrida, sino una participación oficial y no disimulada de los países de la OTAN en la guerra contra Rusia. No podemos permitir que eso ocurra", aseguraba uno de los hombres fuertes del presidente ruso, Vladimir Putin. Lavrov aprovechó su comparecencia ante los medios para afirmar que, independientemente de la bandera que lleven los militares desplegados en Ucrania, el Kremlin sabe que "seguirán siendo tropas de la OTAN".
"Nosotros, categóricamente, no nos quedaremos con los brazos cruzados", sostuvo el jefe de la diplomacia rusa que hizo un paralelismo entre Macron y otros mandatarios que decidieron atacar Rusia (Napoleón y Hitler), declarando que "nadie le impide" llamar al presidente ruso, Vladímir Putin.
Poco después tuvo lugar la habitual rueda de prensa telefónica del portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov. El hombre de confianza del Kremlin, quiso dejar claro que "esta discusión se lleva a cabo con un propósito hostil", reiterando la negativa de su gabinete a un posible despliegue de fuerzas europeas en la vecina ex república soviética y acusó a Zelenski de querer continuar la guerra, manifestando que armar a Ucrania "no es un plan de paz".
"¿Acaso Rusia puede aceptar esto? Podemos dejar esta pregunta en el aire sin responderla directamente, porque la respuesta es absolutamente obvia", apostilló el relaciones públicas. Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, se conectaba al Telegram para poner en duda el valor de la diplomacia francesa ante Rusia, recordando que el nuevo embajador francés en su país había manifestado que pretendía desarrollar las relaciones con Rusia.
“Pero su presidente Macron ha admitido que la paz en Europa no es una prioridad para Francia, que van a 'calmar' a Rusia (...) Entonces, ¿por qué viene a nosotros el embajador de Francia?”, tecleaba la diplomática. Las redes sociales fueron el foro oficial en el que varios diputados rusos reaccionaban al ultimátum francés. El expresidente ruso Dimitri Medvédev, número dos del Consejo de Seguridad, utilizó la red social X para decir que Macron perdería el poder en las próximas elecciones presidenciales en Francia, a celebrar en 2027 mientras lo rebautizaba como “Micrón”, para poner en evidencia su talla.
“Macrón por sí mismo no representa una gran amenaza. Desaparecerá para siempre a más tardar el 14 de mayo de 2027. Y nadie le echará de menos”, escribió Medvédev. Este nuevo rifirrafe entre Rusia y la Unión Europea se produce en pleno resurgimiento de las relaciones entre Washington y Moscú, tras la toma de posesión del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, que ha demostrado una total sintonía con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Precisamente ayer, el jefe del Kremlin nombraba a Alexandr Darchiev, nuevo embajador ruso en Estados Unidos, por decreto presidencial. El hasta ahora director del Departamento del Atlántico Norte del Ministerio de Asuntos Exteriores había participado la pasada semana en las negociaciones ruso-estadounidenses celebradas en Estambul, siendo el principal favorito para ocupar el cargo.
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