Macron y Carlos III dan carpetazo al «Brexit»

Con toda la pompa y honores ha arrancado el rey Carlos III su visita a Francia, la que debió ser la primera internacional de su reinado en la primavera pasada, pero quedó suspendida por los graves disturbios que generó la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron. Ambos jefes de Estado, sin decirlo explícitamente, quieren renovar por todo lo alto su tradicional alianza dando carpetazo a las múltiples broncas que han enfrentado a París y Londres desde que el divorcio de la Unión Europea fuera una realidad. Y para ello, para reconstruir los puentes que los tiempos de Boris Johnson fulminaron, se apoyan en una batería de puntos que los acercan empezando por el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, algo central en la entrevista que ambos han mantenido en el palacio del Elíseo tras la tradicional ofrenda floral al soldado desconocido bajo el Arco del triunfo donde los Macron esperaban a la pareja real británica. El viaje de Estado de tres días de Carlos III y la reina consorte Camila comenzaba en este punto para más tarde desfilar por los Campos Elíseos. El monarca y su anfitrión recorrieron la icónica avenida parisina de los Campos Elíseos rumbo al Palacio del Elíseo a bordo de un descapotable DS7 desde el que saludaron a miles de curiosos, escoltados por 136 caballos de la Guardia Republicana. El rey británico Carlos III fue acogido entre gritos de «¡Viva el rey!».

A ambos lados del Canal de la Mancha, se hizo hincapié en los días previos a la visita a la muy cálida relación forjada por Macron y Carlos III a pesar de las casi tres décadas que separan a ambos hombres. En cualquier caso, el objetivo de la visita del monarca británico –y así lo recalcan tanto el Elíseo como Downing Street– será prolongar los trabajos iniciados el pasado mes de marzo en la cumbre franco-británica. Entonces, Rishi Sunak y Emmanuel Macron lanzaron la «renovación» de las relaciones entre París y Londres. La buena sintonía entre el primer ministro británico y el presidente francés contrasta enormemente con los sobresaltos de la era Johnson.

Los fastos de la primera jornada de esta visita de Estado han tenido su punto cumbre en la cena de honor en el Palacio de Versalles con 150 invitados de excepción entre los que estaban nombres internacionales como Mick Jagger, Ken Follet, Hugh Grant o Charlotte Gaingsbourg. También algunos de los empresarios más notables y millonarios de Francia como Bernard Arnault, propietario del grupo de lujo LVMH. Los mejores chefs del país han diseñado una cena repleta de detalles que los medios franceses se han entretenido en revelar durante la tarde. El banquete arrancaba tras un interludio musical. Se trata de un guiño a la madre del rey Carlos, Isabel II, que fue recibida en Versalles en tres ocasiones, la última en 1972.

Y todo ello bajo un inédito dispositivo de seguridad. Los periodistas, incluido el equipo de LA RAZÓN, han tardado dos horas en pasar todos los controles de seguridad al palacio de Versalles, símbolo de la monarquía francesa. Curiosamente, la última vez que Versalles se abrió con todos los honores para una personalidad fue para el presidente ruso Vladimir Putin en 2017, recién llegado Macron al poder. Un dato que hoy rescataban varios medios franceses por lo chocante que a día de hoy puede parecer.

Al cierre de la jornada, la presidencia francesa daba pocos detalles sobre la entrevista bilateral que previamente habían mantenido Carlos III y Macron, más allá de confirmar que el encuentro estuvo marcado por las cuestiones climáticas y medioambientales, en línea con las preocupaciones y la línea que quiere establecer el monarca británico.

El jueves, en el segundo día de su visita oficial, del rey Carlos III y la reina Camila visitarán las obras de la catedral de Notre Dame para interesarse por su evolución a pocos meses de su reapertura oficial tras el fatídico incendio de 2019. Antes de ello, el monarca británico acudirá al Senado francés a pronunciar un discurso, tal y como hizo en el Bundestag durante su visita de Estado a Alemania. También la agenda les dejará tiempo para visitar el mercado de las flores de París, al que Isabel II era particularmente aficionada y que ahora lleva su nombre. Ya el viernes, la pareja real acudirá a Burdeos para concluir su visita con la gran comunidad británica instalada en tierras de viñedos.