Política

El Futuro de Venezuela

"Maduro se va a sorprender, vamos a entrar"

Exiliados venezolanos ayudan en la frontera con Colombia a preparar la ayuda que enviarán a su país

Voluntarios venezolanos, y bomberos y policías colombianos ayer en Cúcutaos venezolanos, y bomberos y policías colombianos ayer en Cúcuta
Voluntarios venezolanos, y bomberos y policías colombianos ayer en Cúcutaos venezolanos, y bomberos y policías colombianos ayer en Cúcutalarazon

Exiliados venezolanos ayudan en la frontera con Colombia a preparar la ayuda que enviarán a su país.

En el centro de almacenaje de la ayuda humanitaria para Venezuela dispuesto en la ciudad de Cúcuta, Colombia, se trabaja contrarreloj, aunque nadie haya dado plazos de nada. En el interior de los galpones corren los rumores: «La entrega será el domingo o el lunes», «van a esperar la marcha del martes». Precisiones no hay, pero el trabajo se hace «como si fuera para hoy mismo», dice Karim Uzcátegui, una venezolana emigrada a este lugar fronterizo hace un año y ahora voluntaria.

Como ella, una treintena de compatriotas son los encargados de empaquetar las bolsas de alimentos que se esperan sean distribuidas a 5.000 familias venezolanas con productos que alcanzan para alimentar a cinco personas durante una semana. Es la precisión que hace el director de la Unidad Nacional de Gestión y Riesgo de Desastre de Colombia, Eduardo José Gonzales. Allí se incluyen paquetes de pasta, arroz, azúcar, harina de maíz, atún enlatado, café y otros productos.

En el espacio de 150.000 metros cuadrados donde se almacena la ayuda humanitaria, también se organizan pañales desechables y artículos de higiene personal además de medicinas que en Venezuela no se consiguen o cuyo precio las hace inalcanzables para la mayoría de la población. El trabajo es coordinado por Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos local, y es custodiado por más de cien soldados colombianos.

«No ha sido fácil vivir aquí. Pero hoy me siento feliz, veo una luz al final del túnel y cada bolsita que empaqueto es una lágrima más porque pienso en cada persona que la va a recibir en mi país. Esto va a aliviar el hambre a muchos. Yo pienso en mi familia que pasa dificultades», dice Arturo Villareal, uno de los voluntarios que se han unido a la Coalición de Ayuda y Libertad para Venezuela. Todavía no hace un año que emigró a Cúcuta y está cargando y organizando paquetes cargados de productos. Cada uno es sellado y etiquetado con pegatinas de la Usaid, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Es un trabajo que corresponde a la tercera etapa de las cinco planteadas. Según Eduardo Gonzales, la primera fase fue el ingreso y nacionalización de los productos; luego su traslado a la frontera, y después el acopio en Cúcuta. «Queda por concluir el desplazamiento a Venezuela y la distribución de la ayuda que se realizará solo en ese territorio», explica el funcionario.

Cerca del lugar está el puente Las Tienditas que conecta ambos países, y que el Gobierno de Nicolás Maduro militarizó y bloqueó para impedir la entrada en el país. Está custodiado por más de 80 uniformados del Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Nacional, con algunos de los contingentes portando equipos antimotines, bombas lacrimógenas y rifles de perdigones. Desde el 7 de febrero han sido muchos los venezolanos que se han acercado al puente esperando señales de que la ayuda entrará en su territorio. El problema ahora es que un cerco les impide aproximarse al paso fronterizo. Pero la gente sigue llegando, allí y a los otros dos pasos fronterizos –los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander.

Quienes lo hacen llaman a Nicolás Maduro para que permita el paso de la ayuda. «Usted dice que los venezolanos no necesitamos de limosnas, vea los vídeos que hay en las redes para que se dé cuenta de cómo estamos hambrientos», clama Rosa Pinzón, quien acudió al lugar para ver si podía conseguir remedio a una dolencia cardíaca.

Mientras la vicepresidenta chavista, Delcy Rodríguez, insistía ayer en que su país no sufre una crisis humanitaria, sino una «gran farsa» ideada por EE UU, el responsable internacional del Plan de Ayuda Humanitaria de la oposición, Lester Toledo, retó a Maduro: «Se van a llevar una sorpresa. Estamos preparados para entrar». Dice que los militares «se van a rebelar al tirano y harán que la ayuda pase». Recordó cuando en 2016 las «mujeres de blanco» se organizaron para exigir, de forma pacífica, la apertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, y lo lograron.