Elecciones en Alemania

Merkel deja a su suerte a los liberales

Dos carteles electorales de Peer Steinbrück (SPD) y Angela Merkel (CDU), en una calle de Berlín
Dos carteles electorales de Peer Steinbrück (SPD) y Angela Merkel (CDU), en una calle de Berlínlarazon

Los nubarrones amenazan una campaña que comenzó como un paseo triunfal para Angela Merkel. La debacle de sus socios liberales (FDP) en Baviera amenaza con amargar la noche electoral del domingo a la canciller. Si su socio no consigue el 5% necesario para entrar en el Bundestag, la jefa de Gobierno alemana se verá obligada a buscar un nuevo aliado.

El lunes arrancó el «autobús de las 150 horas» con el que la CDU va a recorrer Alemania para convencer a sus seguidores de que el partido aún no ha acabado y que, si se confían, el rival puede marcar un inesperado tanto. De ahí que Merkel vaya a multiplicar su presencia pública con tres mítines diarios de aquí al sábado, a los que, eso sí, se trasladará en helicóptero. En Alemania no existe jornada de reflexión.

La dirección de la Unión Cristiano Demócrata quiere evitar a toda costa que se repita la experiencia de Baja Sajonia en enero pasado, cuando una transfusión de votos conservadores salvó la cara al FDP a costa de un pobre resultado electoral para la CDU y una victoria de la oposición rojiverde. En un mitin en la ciudad norteña de Duderstadt, la canciller quiso dejar claro que no saldrá en auxilio de los liberales. Su partido «luchará por cada voto», pues «no nos sobran tantos como para regalarlos». Merkel respondía así al llamamiento desesperado del líder del FDP, Philipp Rösler, que horas antes había aludido a la necesidad de que «Alemania siga siendo gobernada por el centro, desde el centro».

El sistema electoral alemán es propicio para que los votantes democristianos puedan echar un capote a un socio en horas bajas. Cada uno de los 62 millones de electores dispone de dos papeletas: un voto directo a una lista en cada circunscripción electoral y otro a un partido. Este fenómeno ya se advirtió en 2009, cuando los liberales obtuvieron un histórico 14,6% gracias al 1,2 millones de votos arrebatados a la CDU, que obtuvo el peor resultado desde la II Guerra Mundial, el 33,8%.

La eventual ausencia de los liberales del Parlamento federal por primera vez en sesenta años obligaría a Merkel a negociar con socialdemócratas o verdes para manterse en el poder. Con los programas electorales en la mano, la alternativa más probable sería la reedición de la Gran Coalición que gobernó Alemania entre 2005 y 2009. Sin embargo, esta vez el SPD será más duro en las negociaciones y exigirá a la canciller carteras clave y concesiones en política social y presupuestaria. En opinión del presidente del instituto de encuestas Emnid, Klaus-Peter Schoeppner, «existe una posibilidad de 50-50 de que haya una Gran Coalición. Es realmente la única opción posible si el actual Gobierno no es reelegido».