Política

Brexit

Merkel y Macron ponen condiciones para conceder otra prórroga a May

El presidente francés exige garantías de que Reino Unido no obstaculizará la toma de decisiones en la UE.

La «premier» Theresa May se reunió ayer con la canciller alemana, Angela Merkel, por la mañana y luego voló a París para entrevistarse con Emmanuel Macron
La «premier» Theresa May se reunió ayer con la canciller alemana, Angela Merkel, por la mañana y luego voló a París para entrevistarse con Emmanuel Macronlarazon

El presidente francés exige garantías de que Reino Unido no obstaculizará la toma de decisiones en la UE.

- En lo que para la revista «Der Spiegel» fue una «gira para la mendicidad», la primera ministra británica, Theresa May, se reunió ayer en Berlín con Angela Merkel en un nuevo intento de buscar una salida ordenada al Brexit a pesar de que, según algunas fuentes, el Gobierno federal ya se está preparando para el peor de los escenarios. Una gira que asimismo llevó a May a reunirse por la tarde en París con el presidente francés, Emmanuel Macron, y que supone el enésimo intento de la británica para alcanzar un acuerdo que pueda presentar hoy a los líderes de la UE y así lograr una prórroga que evite el viernes una salida salvaje. El tiempo apremia y de ahí que tanto May como Merkel obviaran comparecer ante los medios de comunicación para explicar el resultado de un encuentro que se alargó durante noventa minutos y en el que, según la prensa alemana, la canciller mantuvo una postura inamovible. Más optimista fue el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, que poco antes de la reunión dijo que «hay buenas razones para hablar» en la difícil situación en que se encuentran Reino Unido y los otros 27 Estados de la UE.

A falta de una declaración, la única manifestación oficial fue la de Seibert, quien agregó que es importante mantener la unidad de cara al Brexit y subrayó que una decisión sobre el aplazamiento solicitado por May debe tomarse por unanimidad. Desde el primer momento, Merkel se ha mostrado abierta a posibles compromisos de cara a evitar en la medida de lo posible una salida de Reino Unido sin acuerdo. Una postura que, sin embargo, no comparte la totalidad de la esfera política alemana. El ministro adjunto de Exteriores, encargado de Asuntos Europeos, Michael Roth, ya ha dicho que Berlín estaría dispuesta a aceptar un nuevo aplazamiento con determinadas condiciones, entre ellas que Reino Unido participe en las elecciones europeas en mayo. «Un Brexit no regulado sería la peor de todas las opciones», añadió. No obstante, Manfred Weber, cabeza de lista conjunto para los comicios europeos de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de Merkel, y la Unión Socialcristiana (CSU), se mostró escéptico ante un nuevo retraso. «Un aplazamiento largo no es la solución. Un país que quiere dejar la UE no puede participar en las elecciones europeas», dijo Weber en declaraciones a la prensa germana.

Mientras, Francia parece dispuesta a dar un poco de oxígeno a May y aceptar un retraso del Brexit, pero «no a cualquier precio», y está decidida a mostrarse inflexible. El Elíseo asegura que nunca ha estado completamente cerrado a trabajar sobre otra solución distinta a la del «no acuerdo», pero siempre que sea bajo «ciertos límites». Si la líder «tory» logra su objetivo, las líneas están claras: «Ni hablar de renegociación del acuerdo de retirada, ni confusión de etapas», es decir, no se negociará la relación que se mantendrá en un futuro con Reino Unido hasta que éste no haya salido de la UE.

París no quiere verse sometida a un sinfín de cumbres sobre el Brexit, porque «Europa tiene otras cosas que hacer», y exige que los británicos tomen una decisión y la asuman. Pero, sobre todo, y ahí es donde mantiene un discurso de especial firmeza frente a Londres, considera «necesario» que la presencia de los británicos en el seno de la Unión Europea, durante el tiempo que les quede como miembros, «no perturbe su funcionamiento», y para ello será imprescindible «establecer el mayor número posible de garantías».

Si Reino Unido estuviera presente en la mesa de reuniones más allá de las elecciones europeas, Francia no quiere que participe plenamente en la toma de decisiones, y menos aún en la designación del presidencia de la Comisión Europea o en la negociación del presupuesto plurianual. Considera que cuando un país está negociando su salida, no está para construir un futuro durable con los demás, y es normal que tenga un estatus particular a fin de poder proteger el proyecto europeo.

Sobre las garantías que esperan, Francia concede que a corto plazo no parece posible obtener medidas a nivel jurídico, pero, «cuanto más largo sea el plazo concedido, más fuertes deberán ser las garantías» de tipo político. En las próximas horas deben definirse, pero podrían ir desde la no participación en la toma de ciertas decisiones, a evitar cambiar el sentido de un voto, y en cualquier caso habría un seguimiento para verificar que esos compromisos del Gobierno británico son respetados.

Que el Parlamento de Westminster haya votado contra un Brexit salvaje tras rechazar tres veces el acuerdo de salida «es interesante, pero no basta», a los ojos de los franceses, que consideran que la única forma de evitarlo es ofrecer otra opción, y, de momento, no han presentado una alternativa. Si finalmente se concede otra nueva extensión a Reino Unido, para Francia un año sería «demasiado largo».