Elecciones en Argentina

Milei y Massa se arropan de apoyos internacionales en la recta final de campaña

Macri, Rajoy o Piñera respaldan al candidato de La Libertad Avanza mientras Lula, Pedro Sánchez o López Obrador cierran filas con el peronista

En la recta final de la campaña electoral argentina, ambos candidatos a la presidencia van acumulando apoyos nacionales e internacionales que, asumen, son clave para mejorar sus posibilidades. En una competencia que todos los sondeos de opinión ubican como un empate, con las dos encuestadoras que fueron más precisas en la primera vuelta dando como ganadores, respectivamente, a Javier Milei o a Sergio Massa.

Son días, por tanto, de actos multitudinarios, pero también de pronunciamientos. Ambos candidatos han recibido en las últimas jornadas los respaldos de expresidentes e intelectuales iberoamericanos, que han entrado al ruedo de pedir el voto para uno u otro. Del lado peronista, Massa ha recibido el empuje del presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, del mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador y del español Pedro Sánchez.

El recién reelecto presidente del Gobierno español ha dicho que «Sergio Massa representa la apuesta por la convivencia democrática, por la concordia, con un proyecto de unidad, solidaridad y oportunidades para todos y para todas», en un vídeo grabado desde la sede del PSOE en Madrid. «Massa representa la tolerancia y el diálogo, para construir una Argentina con desarrollo inclusivo que no deje a nadie atrás», agregó.

Lula da Silva no mencionó a Massa en su mensaje, pero durante una emisión televisada le pidió al pueblo argentino que piense «qué tipo de Sudamérica, América Latina y Mercosur quieres crear. Juntos seremos fuertes, y separados seremos débiles. Quería pedirles que recuerden que Brasil necesita a Argentina y Argentina necesita a Brasil».

Javier Milei ha dicho que no quiere tener relaciones con Brasil mientras esté gobernado por Lula, recordando sus casos de corrupción, y ha calificado como inoperante al bloque regional Mercosur. Además, ha denunciado que el líder brasileo envió a sus asesores de campaña para acompañar a Massa en la suya.

En el caso de López Obrador, desde la capital mexicana calificó esta semana al candidato de La Libertad Avanza como «facho», y criticó que expresidentes de su país se hayan manifestado a su favor. El expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica, considerado un faro de la izquierda latinoamericana, publicó un video diciendo que «si pudiera votar lo haría por Massa con las dos manos», para evitar un «cataclismo».

Días antes fue publicado un manifiesto firmado por expresidentes, políticos y premios Nobel de América Latina y Europa respaldando al peronista también. Allí aparecen las firmas de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Michelle Bachelet (Chile), Ernesto Samper (Colombia); de la alcaldesa de París Anne Hidalgo y ex primer ministro italiano Enrico Letta; además del argentino Adolfo Pérez Esquivel y la guatemalteca Rigoberta Menchú.

El documento llama a poner «freno a las posturas antidemocráticas de Milei y a sus propuestas neoliberales», respaldando una «agenda progresista euro-latinoamericana». Los firmantes también afirman que no basta con «parar al neofascismo» sino impulsar un Gobierno que «deje atrás prácticas de clientelismo y combata la corrupción a todos los niveles».

En la otra acera, esta semana se conoció un pronunciamiento firmado por los expresidentes Mauricio Macri (Argentina), Mariano Rajoy (España), Sebastián Piñera (Chile), Felipe Calderón y Vicente Fox (México), Andrés Pastrana e Iván Duque (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia) y el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, pidiendo el voto para Milei.

En el documento, llaman a evitar «un nuevo mandato del espacio kirchnerista (que) sepultaría los frágiles anticuerpos que aún mantiene Argentina contra el populismo económico, el autoritarismo y corrupción política y el pacto corporativista». Además, califican como «un candidato nuevo en política, con quien sin duda tenemos muchas diferencias, pero que cree en las ideas de la libertad y tiene un diagnóstico muy acertado respecto del problema económico del país».

Macri, además, se ha convertido en el principal impulsor de Milei en la oposición institucional. No solo se convirtió en portavoz del apoyo de su partido al libertario luego de la primera vuelta, sino que ha participado en eventos con empresarios y grupos políticos para articular más respaldos a favor de Milei, con quien tiene diferencias pero son «muchas más las coincidencias alrededor de terminar con un sistema mafioso».

Su misión no está cumplida: incluso dentro de los grupos opositores al peronismo hay reservas de apoyar «a un delirante», siguiendo el calificativo usado por el español Pedro Sánchez.

Para aliviar temores, Macri ha dicho que Milei encabezará un Gobierno que «necesitará muchas ayudas» al estar marcado por una debilidad parlamentaria clave: no tiene bancada en el Congreso. Aunque ha calificado algunas propuestas del libertario como «extremas», recordó que tendrá que negociarlas en el legislativo porque «no tiene los votos suficientes para hacerlas por sí mismo. No reviste ningún peligro». Además, ha resaltado el «cambio de actitud» del candidato y la mesura de su carácter pues «se está preparando para ser presidente».

En cambio, los grandes ausentes de los apoyos a Massa son los actuales presidente y vicepresidenta del Gobierno del que forma parte como ministro de Economía.

Alberto Fernández, que apoyó a Massa antes de la primera vuelta, ha permanecido en silencio y no ha querido involucrarse –o no lo han dejado– vista su baja popularidad y el acelerado aumento de la inflación (140% acumulada en 2023). Fernández dejó de dar ruedas de prensa semanales, no tiene agenda oficial visible y tampoco asiste a actos públicos. Además, no estará en el cierre de campaña de la coalición de la cual forma parte.

No es de extrañar. Massa ha prometido que «mi Gobierno va a ser distinto a este», y su principal base de apoyo está en la Provincia de Buenos Aires donde está el kirchnerismo más duro –el enfrentado al presidente–, que ganó la reelección del gobernador y de donde saldrían funcionarios que alimentarían un gabinete de Massa para la administración nacional.

Pero la líder de ese sector tampoco habla. Cristina Kirchner está callada. Ausente de todo acto público desde hace muchas semanas, sin rol en la campaña para no espantar al votante independiente que ve con recelo a la funcionaria que enfrenta una ola de casos judiciales por corrupción.

«Ella eligió tener un rol más de distancia, de mirar desde afuera», ha dicho Massa al ratificar en varias entrevistas que él no tiene «jefes». Ha sido su mensaje para contrarrestar los dichos de Milei, que se los achaca para contrastarlos con su falta de ataduras con «la casta».