Investigación

La misteriosa desaparición de un magnate alemán en un "trágico accidente de esquí": ¿era un espía ruso?

Karl-Erivan Haub estaba en Suiza cuando se le perdió el rastro en abril de 2018. Una investigación filtró sus vínculos con una espía rusa y un estafador confeso conocido como “Scarface”

El multimillonario alemán Karl-Erivan Haub, en una imagen de archivo
El multimillonario alemán Karl-Erivan Haub, en una imagen de archivoAgencia AP

A pesar de que supuestamente murió hace cinco años en un trágico accidente de montaña en Suiza, una nueva investigación vincula la desaparición del multimillonario Karl-Erivan Haub con una espía rusa y un estafador confeso conocido como “Scarface”. El cuerpo del director gerente de Tengelmann Group, propietario de una serie de supermercados en EEUU, nunca fue encontrado pero ahora se sospecha que está vivo en Rusia.

El empresario germano-estadounidense, que tenía 58 años, estaba entrenando para una carrera de esquí de montaña cuando se le perdió el rastro en abril de 2018 en Zermatt (Suiza). Fue visto por última vez ascendiendo la montaña Matterhorn en un ascensor esa mañana, pero nunca regresó a su hotel. Su cuerpo nunca fue encontrado y finalmente Haub fue declarado muerto por un tribunal de Colonia (Alemania).

Una importante investigación del portal alemán Stern y la cadena RTL afirma haber identificado a Haub en Moscú -con un 90% de certeza a través de las cámaras de reconocimiento facial del servicio de seguridad del FSB, la ex KGB.

Según la investigación, el magnate llamó por teléfono a una mujer rusa llamada Veronika Ermilova. Hubo 13 llamadas en los tres días anteriores a la desaparición del empresario, y una de ellas (de 48 minutos de duración) despierta sospechas de que estaba conspirando para fingir su muerte con la ayuda de los servicios secretos rusos Moscú y de Ermilova, sospechosa de ser una espía.

La investigación dice que Ermilova dirigía una agencia de eventos en San Petersburgo con pasatiempos como el senderismo, la escalada y el esquí de travesía. Además, se la describe como "una mujer delgada con cabello castaño hasta los hombros" y una "figura atlética, ojos oscuros y una sonrisa abierta".

Ermilova, vinculada con el FSB

Todo hace indicar que la mujer "podría trabajar para el servicio secreto nacional ruso FSB", aunque esto "no se puede probar". "Lo que se puede probar, sin embargo, es que ella siempre está en los mismos lugares al mismo tiempo que Karl-Erivan Haub", señala el informe.

En julio de 2008, ambos estuvieron en Moscú y Sochi a los pocos días... En mayo de 2009, ambos viajaron en el mismo tren nocturno de Moscú a San Petersburgo, en compartimentos separados. Los viajes fueron reservados al mismo tiempo y por la misma persona. Extraño también: [Ermilova] fue a Moscú el día anterior solo para tomar el tren de regreso a casa. Se pueden encontrar más superposiciones de viajes cortos de Haub y [Ermilova] para estancias en Omsk (2010), Sochi (2011), Bakú (2014) y Moscú (2015, 2017)”.

Otro hallazgo de la investigación de Stern y RTL es que entre los socios comerciales rusos de Haubs se encontraban el famoso estafador ya fallecido Sergey Grishin, conocido como el “Oligarca Scarface”, quien vendió en casi 15 millones de dólares la casa de California en la que viven actualmente el príncipe Harry y Meghan Markle.

Además de llamar a Ermilova, hay evidencias de que Haub llamó al magnate ruso Andrey Suzdaltsev. El informe dice que el objetivo de la empresa de Haub era convertirse en un actor minorista importante en Rusia y que Suzdaltsev invirtió millones de dólares en ese negocio.

Accionista de RosEvroBank, apodado como "el banco más criminal de Rusia" por los medios de comunicación de Moscú, se sospecha que Suzdaltsev era socio de Grishin en una red de lavado de dinero que habría desviado hasta 80 millones de dólares entre 2010 y 2014. "Al mismo tiempo que Suzdaltsev era parte de un sistema aparentemente criminal, también estaba haciendo negocios con Karl-Erivan Haub", informó Stern.

La investigación apunta a que en la empresa de Karl-Erivan Haub nadie sabía por qué viajaba con tanta frecuencia a Rusia, pero una teoría es que podría haber dejado su hotel de Suiza y descendido al lado italiano de la montaña “para desaparecer... para siempre”.

Otra de las hipótesis indica que el empresario podía temer que se conocieran sus turbios vínculos rusos y necesitaba escapar. Una última explicación es que "podría haber estado actuando como una especie de agente de influencia para Rusia en Alemania", dijo la periodista de RTL Liv von Boetticher, que fue parte de la investigación.