Guerra en Gaza
Netanyahu descarta un alto el fuego en Gaza sin una «victoria total» sobre Hamás
El primer ministro israelí apuesta por desmantelar el brazo armado de la organización islamista palestina y destruir su red de túneles en la Franja antes de sellar la tregua
No habrá alto el fuego en Gaza. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha descartado la propuesta presentada el martes por Hamás para el cese de las hostilidades en un enclave en el que han muerto ya más de 27.000 personas desde el pasado 7 de octubre, según el recuento actualizado del Ministerio de Salud gazatí. Netanyahu ha asegurado que no detendrá la operación militar en la Franja hasta alcanzar una «victoria total» sobre Hamás. Una premisa que implica desarticular el ala militar de la organización islamista palestina y la extensa red de túneles que opera en Gaza.
Las declaraciones en rueda de prensa del primer ministro israelí han coincidido con la presencia en Israel de Antony Blinken. El secretario de Estado de Estados Unidos ha iniciado este miércoles una nueva gira por Oriente Próximo con el fin de presionar al Gobierno hebreo para que acepte los términos para reeditar el acuerdo de alto el fuego presentados por Hamás, sin éxito.
La propuesta contemplaba un nuevo intercambio de rehenes por prisioneros palestinos y la reconstrucción de la castigada Franja de Gaza en un periodo de tregua de 45 días. Netanyahu, sin embargo, ha rechazado de plano las condiciones, tratando de vender al jefe de la diplomacia estadounidense que la derrota de Hamás sería «la victoria de todo el mundo libre». Es un nuevo jarro de agua fría para la Administración Biden, que viene ejerciendo en las últimas semanas como mediador entre Israel y Hamás con los esfuerzos diplomáticos de Qatar y Egipto.
El primer ministro israelí ha ratificado, en cambio, su intención de prolongar la guerra varios meses más. «Rendirse a las delirantes demandas de Hamás, que acabamos de oír, no solo no traería consigo la libertad de los rehenes, sino que solo invitaría a una matanza adicional; invitaría a un desastre para Israel que ningún ciudadano israelí desea», ha trasladado Netanyahu en su comparecencia, en la que ha afirmado que «la victoria está al alcance de la mano». No contempla otra alternativa que no sea la «victoria total», el objetivo con el que dijo haber puesto en marcha la operación militar en Gaza en respuesta a la masacre perpetrada por Hamás en suelo israelí que dejó cerca de 1.200 muertos.
Solo se conformaría, subrayó, con desmantelar a Hamás, rescatar a los rehenes y garantizar que Gaza deje de suponer una amenaza para Israel, es decir, desmilitarizar «para siempre» el enclave, porque en caso de que Hamás sobreviviera al día después de la guerra «solo será cuestión de tiempo hasta [que se produzca] la próxima masacre».
Tuvo tiempo el primer ministro para repasar los logros «sin precedentes» del Ejército israelí en su ofensiva contra Hamás. Presumió de que sus fuerzas habían matado o herido a unos 20.000 combatientes del grupo islamista. Sin embargo, los líderes principales de Hamás y autores intelectuales del 7 de octubre continúan con vida, y los conductos subterráneos que utilizan sus militantes siguen en funcionamiento.
El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, considera que las palabras de Netanyahu, palabras que definió como «una bravuconada política», han puesto al descubierto sus planes para mantener el conflicto en Oriente Próximo. «El movimiento [Hamás] está preparado para hacer frente a todas las opciones», ha respondido este alto cargo en declaraciones a la agencia Reuters. No obstante, según fuentes citadas por la BBC, la organización islamista palestina enviará el jueves a El Cairo una delegación encabezada por otro alto cargo, Khalil al-Hayya, para avanzar en las conversaciones sobre el alto el fuego con representantes de Egipto y Qatar.
Por su parte, Netanyahu confirmó que el próximo punto al que se dirigen las Fuerzas de Defensa de Israel después de Jan Yunis es Rafah, la ciudad más próxima a la frontera con Egipto, una zona que describió como «el bastión principal de Hamás». La cúpula política y militar israelí había dicho lo mismo meses atrás de la ciudad de Gaza y, después, de Jan Yunis.
Blinken había trasladado en su reunión con Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, la preocupación de Estados Unidos sobre una posible operación terrestre del Ejército israelí en Rafah, según el Canal 12 de noticias israelí. En la ciudad viven hacinados más de un millón de civiles palestinos, la mayoría desplazados internos. En este sentido, la ONU ha alertado en las últimas horas que una operación en esta ciudad podría suponer una grave violación del derecho internacional por la elevada presencia de civiles.
Netanyahu, por su parte, tampoco ha dejado pasar la oportunidad para cargar contra Naciones Unidas, en concreto contra su agencia para los refugiados palestinos, la UNRWA, después de que el organismo abriera una investigación contra 12 de sus miembros por participar presuntamente en el atentado de Hamás del pasado 7 de octubre. Una acusación remitida por Israel de la que, hasta el momento, no hay pruebas. El primer ministro israelí ha deslizado que Hamás se lleva hasta el 60% de la ayuda humanitaria que llega a Gaza.
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