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Argelia

Obama sí se implicará en Egipto

La Razón
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l ¿Cree que la crisis egipcia debería llevar a EE UU a cortar su ayuda al Ejército egipcio?

-La alianza con el Ejército egipcio se remonta a muchos años atrás, cuando el sistema político era completamente totalitario, por lo tanto no hay razones de peso para suspender esta relación. Sin embargo, el discurso de la diplomacia de EE UU puede marcar ciertos límites, algo en lo que los norteamericanos son auténticos campeones. Creo que lo harán para que nos olvidemos de su ineficacia y de su irresponsabilidad en la matanza siria. La ausencia de Washington de la escena siria, a pesar de la sucesión de masacres contra la población civil, puede llevar a la Administración Obama a implicarse en Egipto.

l ¿Cuál debería de ser el rol de la Unión Europea, teniendo en cuenta que sus intentos de mediación han fracasado?

-Europa, contrariamente a lo que suele hacer, intentó negociar con las partes en conflicto. No tuvo éxito, pero ello le permite evaluar su papel futuro para no volver a caer en la trampa de apoyar al «déspota justo». Egipto atraviesa un momento crucial y los actores regionales tienen que jugar su papel. Puede ser negativo, como ya ha pasado, o positivo, y para ello es necesario un conocimiento real de las instituciones del antiguo régimen de Hosni Mubarak y del papel del llamado «estado profundo» en el golpe militar del pasado 3 de julio contra el poder fallido e incompetente de los Hermanos Musulmanes

l ¿Ha cometido errores la comunidad internacional a la vista de los últimos acontecimientos en Egipto?

-Al contrario. Pienso que Occidente ha entendido bien (y eso es raro) los retos que implican los hechos que estamos viviendo. Los hermanos musulmanes han hecho uso de la violencia pero de forma limitada. Y en ningún caso legitima la masacre cometida contra los civiles para erradicar a los islamistas partidarios de Mursi. Si queremos hablar de errores deberíamos remontarnos al momento en el que muchos observadores sentían (y puede que todavía sientan) auténtica fobia por los movimientos religiosos.

l ¿Podemos decir que esta situación cercana a la guerra civil supone el certificado de defunción de la llamada Primavera árabe?

-Es el fin de un ciclo, si se me permite decirlo así. Esto no ha hecho sino empezar y vamos a vivir momentos muy convulsos en los próximos meses.

l ¿Qué consecuencias son previsibles en la región de Oriente Próximo ahora que se han retomado las negociaciones entre israelíes y palestinos?

-Los israelíes no han esperado la llegada de la crisis egipcia para torpedear el proceso de paz. Hay que recordar que recientemente han anunciado la construcción de nuevos asentamientos en la región de Jerusalén saltándose los principios políticos de la negociación. Por el contrario, los acontecimientos egipcios tendrán un impacto nefasto sobre la definición de la democracia en el seno del islamismo moderado, que ha visto por tercera vez cómo le robaban su victoria electoral. Pasó en Argelia en 1992, en Gaza en 2006 y ahora en Egipto. Este hecho radicalizará a los movimientos islamistas y dará la razón a las facciones que no creen en la democracia porque la consideran un invento occidental para dar el poder a los que más se parecen a los valores que representa Occidente.

*Subdiretor de Arab Reform Initiative