
Elecciones locales
El "premier" británico Starmer se mide con la derecha populista
Las elecciones locales en Reino Unido desafían al bipartidismo y vaticinan una victoria de Farage

El premier Keir Starmer endurece su política migratoria para que los extranjeros condenados por delitos sexuales no puedan solicitar asilo. Los refugiados a los que ya se les haya concedido asilo también perderán su derecho a permanecer en el país y se les facilitará su deportación.
El anuncio coincide con la celebración de las elecciones locales celebradas en Inglaterra, cuyos resultados se conocerán hoy, convirtiéndose en el primer examen con las urnas para el líder laborista desde que se mudó a Downing Street el verano pasado con una mayoría absoluta que puso fin a catorce años de gobierno conservador.
Con todo, pese a que en el Reino Unido impera el bipartidismo, no son los tories lo que suponen ahora la amenaza, sino Nigel Farage, que hizo historia en 2024 al conseguir que su partido «Reform», de derecha radical, entrara en Westminster.
El populista, íntimo amigo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lideraba las últimas encuestas situándose con el 25 % de apoyo, frente al 23% de los laboristas y el 20 % de los conservadores.
Con su discurso antiinmigración se ha convertido en el mejor voto protesta tanto ante el partido del Gobierno como de la oposición «tory», donde su nueva líder Kemi Badenoch, no consigue remontar.
La líder de la oposición conservadora ha reconocido lo difícil que serán estas locales para el partido. Tiene ante sí la nada envidiable tarea de defender los más de 900 escaños obtenidos en el auge de la popularidad de Boris Johnson tras la pandemia. Y todo apunta a que perderá más de 500 asientos. Comienzan, por tanto, los rumores de un posible reemplazo. Por lo que parece que los «tories» no han aprendido la lección tras el declive del partido por las guerras internas que les llevaron al colapso.
Si bien el éxito de «Reform» se debe en gran medida a la decepción de los votantes con los partidos tradicionales, si finalmente consigue hacerse con las alcaldías que predicen los sondeos puede entrar también la categoría de formación del establishment, lo que entorpece su estrategia política.
La cita con las urnas se celebra en momentos de una inquietud por la marcha de la economía, debido al bajo crecimiento, el estado de los servicios públicos y una inflación que no baja del 2 por ciento, el objetivo del Banco de Inglaterra.
Por lo tanto, si bien los consejos municipales en juego están a cargo de atender asuntos como la vivienda, la educación, la recolección de la basura y el reciclaje, también influye el sentimiento sobre la marcha del país.
Por otra parte, ayer también tuvieron lugar elecciones en el distrito de Runcorn y Helsby, en Cheshire, en el considerado Muro Rojo del Norte de Inglaterra, para elegir diputado tras la dimisión del laborista Mike Amesbury, condenado a principios de este año por agredir a un elector. Este es uno de los escaños laboristas más seguros del país, por lo que si el «premier» Starmer lo pierde sería una gran derrota.
Sobre todo, si pierde ante «Reform», que quedó en segundo lugar en este distrito en las generales del año pasado.
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