Avión de combate
Presentan en Estados Unidos un nuevo avión de combate: no está tripulado y puede atacar a miles de kilómetros
La guerra del futuro se perfila en Estados Unidos con el X-BAT, un caza no tripulado y de bajo coste que despega en vertical, tiene un alcance de más de 3.700 kilómetros y puede operar de forma autónoma
La era de los cazas de combate de quinta generación ha traído consigo avances tecnológicos espectaculares, pero también una factura económica y logística que pone en jaque a muchas fuerzas armadas. El desarrollo de estas aeronaves implica costes desorbitados, una compleja cadena de suministro y una dependencia casi total de grandes infraestructuras, como las pistas de aterrizaje. Una ecuación que una compañía estadounidense se ha propuesto reescribir por completo, apostando no por más potencia, sino por la inteligencia y la eficiencia con un coste de ciclo de vida mucho más asumible. Este desafío es especialmente visible en programas de aeronaves como el F-35, cuya complejidad es un tema de debate recurrente, hasta el punto de que la empresa fabricante del F-35 ha tenido que tranquilizar a sus compradores sobre sus capacidades.
De hecho, la empresa Shield AI, con sede en San Diego, ha presentado una solución que aborda directamente estos desafíos. Su propuesta, bautizada como X-BAT, es un caza no tripulado cuyo diseño se centra en la optimización de recursos. El mejor ejemplo de esta filosofía es su reducido impacto logístico: tres de estas aeronaves pueden almacenarse en el mismo espacio que ocupa un solo caza o helicóptero convencional, multiplicando la capacidad de despliegue sin aumentar la huella física.
Sin embargo, el verdadero corazón de este sistema no es el fuselaje, sino el cerebro que lo gobierna. El X-BAT está dirigido por Hivemind, un avanzado piloto de inteligencia artificial que le permite ejecutar misiones de forma completamente autónoma, liberado de la comunicación constante con un operador humano. Esta capacidad le permite tanto escoltar a aviones tripulados como adaptarse en tiempo real a las amenazas, lo que le confiere una autonomía total en el campo de batalla, tal y como han publicado en Interesting Engineering. Esta clase de autonomía es la que permite el desarrollo de nuevas doctrinas de combate, en las que las municiones inteligentes y los ataques en enjambre jugarán un papel decisivo para superar las defensas enemigas.
Un nuevo concepto de guerra para los escenarios más exigentes
En este sentido, una de las características más disruptivas del X-BAT es su capacidad de despegue y aterrizaje vertical (VTOL). Esta tecnología rompe con la dependencia de las bases aéreas tradicionales, ya que le permite operar desde la cubierta de un buque de guerra o desde enclaves remotos sin necesidad de pistas convencionales. Su diseño está específicamente pensado para escenarios expedicionarios y marítimos, donde la flexibilidad y la rapidez de respuesta son cruciales para el éxito de la misión. Esta flexibilidad lo convierte en un multiplicador de fuerza ideal para las flotas modernas, pudiendo operar desde buques de última generación como el nuevo destructor que ha incorporado la Armada de Estados Unidos a su inventario.
Asimismo, la polivalencia es otro de sus grandes atributos. Lejos de ser una plataforma para un único propósito, el X-BAT está preparado para desempeñar un amplio abanico de misiones de gran complejidad, que van desde la guerra electrónica, las labores de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) y la defensa contraaérea hasta los ataques directos. Para ello, cuenta con una persistencia en combate notable gracias a una autonomía que supera los 3.700 kilómetros con su carga útil completa.