Defensa

Pugna militar aeronaval entre EE UU y China para ver quién lidera el nuevo orden global

Los drones y los misiles se configuran como los sistemas más temibles. Pekín dispone de suficientes proyectiles para atacar a todos los buques de combate de superficie estadounidenses en el Mar de China Meridional

AMP.- Corea.- Corea del Sur denuncia el lanzamiento de varios misiles por parte de Corea del Norte hacia el mar de Japón
AMP.- Corea.- Corea del Sur denuncia el lanzamiento de varios misiles por parte de Corea del Norte hacia el mar de JapónEuropa Press

Desde que el almirante Maham escribió su libro sobre la preponderancia del poder naval en la guerra algunas cosas han cambiado, pero otras siguen siendo básicamente igual. En el futuro, las dos grandes potencias militares y económicas pugnarán por ser el árbitro del orden mundial, los Estados Unidos y China, y su pugna será aeronaval y por encima de esto en materia de misiles.

Al incuestionable poder que da el dinero y el control de la tecnología tenemos que sumar el poder militar, la capacidad de combatir y vencer al enemigo. Una capacidad militar que siempre ha estado unida al dinero y cada vez más a la tecnología. Pero no debemos olvidar que las guerras las hacen los hombres y la voluntad de vencer es tan importante como los tres factores antes señalados.

En materia aeronaval, sin lugar a dudas, el arma decisiva es en la actualidad el portaaviones. Los actuales portaaviones tienen un coste entorno a los 10.000.000.000 de dólares.

Desde la Segunda Guerra Mundial los portaaviones han ido enseñoreándose del planeta. En la actualidad, Estados Unidos tiene 11 buques de este tipo. China tiene ya tres de estas enormes y costosísimas máquina de guerra. Pekín está terminando la construcción de su cuarto portaaviones en los astilleros de Jiangnan y en su plan de flota quiere llegar a tener seis para el año 2035.

Armada china: sus portaaviones

El Fujian, su cuarto portaaviones, un coloso de los mares, es el primero diseñado íntegramente por ingenieros chinos. Un navío que está a la par de sus rivales de la US Navy, permitiendo el despegue de aeronaves con mayor carga y alcance que sus hermanos más viejos. La cubierta de vuelo del Fujian muestra tres catapultas, dos en la pista de proa y otra en la transversal, algo que permite una operatividad sin precedentes en la flota china.

Junto a los portaaviones, China está desarrollando su flota de destructores Tipo 055 dotados de misiles guiados con un diseño multimisión, un buque que supera a los anteriores navíos de combate de superficie chinos.

Estados Unidos clasifica estos buques de guerra chinos como cruceros ya que la Armada de los Estados Unidos define un crucero como un gran combatiente de superficie multimisión con capacidad de ser naves capitanas. Estados Unidos equipara los Tipo 055 a sus cruceros de la clase Ticonderoga.​ La primera unidad Tipo 055 entró en servicio activo en 2020.​ Se espera que el Tipo 055 sirva de escolta principal de los portaaviones chinos y resulten determinante en los conflictos futuros en los mares de China y Japón.​

Misiles hipersónicos

Todos estos gastos en buques parece que pueden tener una capacidad de combate y futuro limitado. Las crecientes inversiones de China en misiles a nivel operativo y estratégico podrían cambiar la dinámica de una futura guerra. Tanto China como Rusia han avanzado mucho en estos desarrollos y las pruebas de armas hipersónicas VHG, superando a Estados Unidos y a sus aliados OTAN, son ya una realidad. En un reciente ensayo del mayor estadounidense Christopher J. Mihal para "Military Review" se dice que China dispone ahora de suficientes misiles antinaves para atacar a todos los buques de combate de superficie estadounidenses en el Mar de China Meridional y suficiente potencia de fuego para superar la defensa antimisiles de cada buque.

Con capacidad para viajar a velocidades superiores a Mach 10 (10 veces la velocidad del sonido) antes de maniobrar a baja altura para alcanzar su objetivo, los misiles antibuque son excepcionalmente difíciles de detectar, rastrear o interceptar. Mientras que los misiles balísticos se desplazan en arcos elevados, los VHG maniobran siguiendo trayectorias mucho más planas –a veces a solo cientos de metros sobre el suelo–, lo que los hace extremadamente mortíferos para los portaaviones. Capaces de ser disparadas desde tierra, aire o mar, las armas hipersónicas se describen a menudo como .

Según fuentes de inteligencia estadounidenses, China probó recientemente un VHG con capacidad nuclear que voló con éxito a través de la órbita terrestre baja, rodeando el globo antes de golpear a menos de dos docenas de millas de su objetivo. Los simulacros chinos indican la capacidad de los VHG para penetrar en portaaviones fuertemente blindados, lo que hace a los navíos de guerra de la OTAN especialmente vulnerables.

El problema es que tiene un enorme precio. Algunos cuestan tanto como un caza estadounidense F-35. Los VHG se consideran un arma de lujo. Un misil de crucero, que cuesta ya 2 millones de dólares, podrían alcanzar potencialmente los mismos objetivos que un misil hipersónico con una fracción del coste de estas nuevas armas. Algunos analistas del ejército estadounidense piensan que los misiles hipersónicos podrían ser repelidos por láseres de nueva generación y armas de energía dirigida. Por el momento, sin embargo, los láseres de estado sólido siguen siendo experimentales, energéticamente deficientes, de alcance limitado y vulnerables a las condiciones meteorológicas. Esto es la guerra del futuro.

Parte de la creciente preocupación por el programa hipersónico de China es que impulsará la innovación tecnológica en otros ámbitos con el riesgo que tiene para Occidente de perder la carrera tecnológica.

Gran inversión en armas hipersónicas

Aunque sea prematuro declarar obsoletos a los portaaviones, las estrategias militares en torno a su despliegue cambiará sin duda. Tras años de advertencias de que China ha ganado la partida, el Departamento de Defensa estadounidense (DoD) ha empezado a invertir enormes sumas de dinero en tecnologías hipersónicas. En su último plan presupuestario quinquenal, el DoD solicita 13.000 millones de dólares durante el periodo 2023-2027 para el desarrollo de misiles hipersónicos y casi 2.000 millones para la adquisición de nuevos misiles.

Los VHG combinan la velocidad de las armas balísticas con la maniobrabilidad de los misiles de crucero, los vehículos hipersónicos de planeo ejemplifican una nueva generación de municiones de precisión a baja altitud. Con su capacidad única para evitar los sistemas de defensa maniobrando en pleno vuelo, estas armas suponen un riesgo significativo para el equilibrio de poder mundial.

¿Serán los tanques decisivos?

En otro orden de cosas, el futuro del arma acorazada es incierto. ¿En un escenario de guerra terrestre de guerra futura el carro de combate seguirá siendo el arma definitiva? En la guerra de Ucrania sus resultados han quedado muy por debajo de sus expectativas iniciales. Armas individuales y drones han destruido vehículos muy costosos a un coste ínfimo. En las guerras asimétricas del futuro el carro de combate seguirá presente pero los días de la blitzkrieg parecen cosa del pasado. Aunque nadie conoce el futuro.

Los drones, el gran descubrrimiento

Los drones -aviones no tripulados- son el gran descubrimiento de los nuevos campos de batalla. Los modelos Lanius, un dron kamikaze desarrollado por la empresa israelí de defensa Elbit Systems diseñado para "búsqueda y ataque"; Harbin BZK-005C operativo desde el 2013, un avión no tripulado, creado por la Universidad de Pekín de Aeronáutica y Astronáutica y el fabricante chino Harbin Aircraft Industry para la Fuerza Aérea del Ejército de Liberación Popular; MQ-1 Predator, de General Atomics, que ha desarrollado este sistema de armas completo desde finales del siglo pasado y actualmente hay 75 modelos disponibles; el MQ-9 Reaper que también recibe el nombre de Predator B y su desarrollador es tambíen General Atomics. En octubre de 2007 un MG-9 se utilizó por primera vez contra un objetivo, disparando un misil Hellfire contra "insurgentes de Afganistán en la región de la provincia montañosa de Hazara".

Los drones, desde principio de siglo, se han convertido en el primer vehículo aéreo no tripulado de ataque diseñado para vigilancia de larga duración y de gran altitud y en un arma en rápida expansión. En la actualidad pueden equiparse con cargas de armas y sensores dependiendo de la misión de combate que se tenga que realizar.

En materia de aviones tripulados pronto van llegar los cazas de sexta generación que se espera que entren en servicio en diversas fuerzas aéreas del mundo en el periodo 2035-2040/50.

Los aviones de 5ª generación son ya una realidad, los cazas chinos Chengdu J-20 y los aviones estadounidenses F/A-22 Raptor y F-35 Lightning II y el modelo de caza ruso Sukhoi Su-57, aunque su adopción por parte de las fuerzas aéreas respectivas es limitado debido a su alto coste operacional y de desarrollo, por lo que su entrada sólo será posible en la medida en que dichos programas se optimicen en un inmediato futuro.

Pero las grandes potencias militares ya buscan un avión de combate con una mayor capacidad en áreas tales "como alcance, persistencia, capacidad de supervivencia, neto-centralidad, conocimiento de la situación, sistema de integración humana y efectos de las armas". Estos aparatos tendrán que hacer frente a adversarios equipados con avanzados sistemas de ataque electrónico, sofisticados sistemas de defensa aérea integrada, detección pasiva, integrado de protección de uno mismo, las armas de energía dirigida y la capacidad de ataque cibernético.

Aún no hay naves de sexta generación, pero son muchas las naciones que están en pleno estudio de las nuevas tecnologías que permitan la aparición de estos aparatos. Se especula que las características que marcarán esta generación serán: sigilo extremo, eficiencia en todos los regímenes de vuelo (subsónicos, supersónicos e hipersónicos), posible capacidad de camuflaje y la posibilidad de la irrupción del vehículo aéreo de combate no tripulado plenamente operativo. Muchas de estas mejoras ya están en las tecnologías ya existentes; en los sistemas de detección, nuevos sistemas de armas, materiales más resistentes y avanzados. Sin lugar a dudas, el soldado de infantería seguirá en el campo de batalla, pero armas con enorme capacidad tecnológica marcarán el futuro de la guerra entre los seres humanos.