Rusia

Putin ofrece a los combatientes de Wagner unirse al ejército o irse a Bielorrusia

Putin ofrece a los combatientes de Wagner unirse al ejército o marcharse a Bielorrusia

La semana ha comenzado en Rusia como si nada hubiese pasado el fin de semana. La gente ha vuelto a su trabajo y los niños han salido a la calle para disfrutar del verano aprovechando las vacaciones. Solo en Moscú y las ciudades que fueron ocupadas por el grupo Wagner se puede sentir la resaca tras lo ocurrido el sábado.

El alcalde de la capital rusa, Serguei Sobianin, desactivó oficialmente las medidas antiterroristas adoptadas "ante la ausencia de amenazas a la vida, la salud, la propiedad y otros intereses legalmente protegidos de la población”. Poco a poco, operarios del ayuntamiento retiran las barreras de las principales calles de la ciudad y devuelven la posibilidad a los viandantes de pasear por la Plaza Roja.

En Rostov y Lipetsk han empezado a reparar los baches en las carreteras producidos por los vehículos pesados de Wagner. La gente comenta lo ocurrido con sus colegas y vecinos, quitándole importancia al hecho de que quizá estuvieron cerca de una confrontación militar interna.

Memes de todo tipo circulan por las redes. Pelillos a la mar. 48 horas después del conato de insurrección en Rusia los protagonistas han vuelto a dar señales de vida. El gran protagonista, Evgeni Prigozhin, adicto a las redes sociales aprovechó la tarde de ayer para publicar en los canales de Telegram de su compañía un largo archivo de audio de más de 11 minutos en el que justificaba su rebelión como respuesta al ataque con misiles infringido por el ejército ruso a sus hombres el pasado viernes.

Prigozhin, cuyo paradero sigue siendo un misterio a día de hoy, aseguró que la finalidad de su avance planificado hacia Moscú no era el de “echar del poder al régimen existente y al Gobierno legalmente elegido”, sino la de “no permitir la destrucción de Wagner y exigir responsabilidad a aquellos cuyas acciones no profesionales causaron un enorme número de bajas”, manteniendo que no más de el dos por ciento de sus hombres estaba dispuesto a firmar el contrato propuesto por el Kremlin para formar parte del Ejército.

Además, el oligarca apostillaba en su mensaje que, aunque se habían “arrepentido de haber disparado contra la aviación rusa”, “la marcha demostró muchas cosas que previamente se habían puesto de manifiesto” en el país respecto a la seguridad del mismo. Seguro de su posicionamiento, dijo que quería dar “una masterclass” sobre cómo tenía que haberse llevado a cabo la operación en Ucrania.

El discurso oficial en la televisión pública era muy distinto. Mientras en algunos programas de tertulia había quien pedía la “ejecución inmediata” de Prigozhin, en las noticias se mostraba el resultado del registro a su cuartel general en San Petersburgo en el que no faltaban armas, pasaportes falsos y dinero, mucho dinero en efectivo y lingotes de oro. Se sabe que entre Prigozhin y el presidente bielorruso, Alesander Lukashenko, está abierto un diálogo que Putin le niega.

A pesar de la negociación que le ha llevado a desaparecer de Rusia y refugiarse en Bielorrusia, fuentes oficiales aseguran que la investigación contra el ex jefe del grupo Wagner no se ha cerrado, pudiendo producirse novedades en el futuro. En Moscú siguen abiertas muchas interrogantes, como por qué los vecinos de las ciudades tomadas por los mercenarios les despidieron con abrazos y comida o por qué durante las horas de tensión no hubo muestras ciudadanas de apoyo al presidente Putin.

El presidente aparecía en televisión por primera vez en un discurso a la nación en directo en el que defendía que "se tomaron decisiones para evitar derramamiento de sangre" y agradecía a sus compatriotas “su resistencia, solidaridad y patriotismo, demostrando que cualquier chantaje y agitación estaban condenados al fracaso”, sentenciando que "una rebelión armada habría sido reprimida de todos modos".

Putin se dirigía también directamente a los miembros del grupo Wagner reconociendo sus hazañas y ensalzando que “tomaran la decisión correcta, no cometiendo un derramamiento de sangre”. “Hoy tienen la oportunidad de continuar sirviendo a Rusia al firmar un contrato con el Ministerio de Defensa u otros organismos encargados de hacer cumplir la ley, o regresar con sus familiares y amigos. Quien quiera puede ir a Bielorrusia. La promesa que hice se cumplirá”.

Los enemigos de Rusia querían que el país "se ahogara en una sangrienta guerra civil, pero calcularon mal", puntualizó Putin. “Este es exactamente el resultado, el fratricidio, que querían los enemigos de Rusia: los neonazis, sus patrones occidentales y todo tipo de traidores nacionales. Querían que los soldados rusos se mataran entre sí, que mataran al personal militar y a los civiles", indicó el mandatario.

"Además, debían entender que sus acciones fueron rechazadas enérgicamente por la sociedad, y para que tuvieran claro a qué trágicas y destructivas consecuencias para Rusia, para nuestro Estado conduciría la aventura en la que fueron arrastrados", concluyó Putin.

Previamente a su discurso, Putin se había reunido con los máximos responsables de los servicios de seguridad y del Ministerio ruso de Defensa, incluido el titular de esta última cartera, Serguei Shoigu, para agradecerles su trabajo durante la rebelión armada.

"Les he reunido para agradecerles su trabajo durante los últimos días", dijo el mandatario al inicio de la reunión. En el vídeo de la reunión se puede ver a Shoigu sentado en una alargada mesa en el Kremlin, junto al jefe de gabinete de la Presidencia rusa, Antón Vainó; el director de la Guardia Nacional de Rusia, Víktor Zólotov; el fiscal general, Igor Krasnov, o Alexandr Bortnikov, director del Servicio Federal de Seguridad.

Putin señaló que quería abordar con los presentes "la situación que se ha creado en la actualidad" y las tareas que hay que afrontar tras los "acontecimientos sucedidos en el país". El vídeo del inicio de la reunión dura apenas 34 segundos, mientras el contenido del resto del encuentro no fue difundido por el Kremlin. Se trataba de la primera aparición de Shoigu con Putin desde el motín del grupo Wagner.

Desde el Kremlin se prepara una gran manifestación de apoyo al presidente y la seguridad en el país se ha reforzado. Nadie quiere más sorpresas.