Cumbre Iberoamericana

Rebeca Grynspan: «La salida a la crisis venezolana debe ser dialogada y sin violencia»

La secretaria general iberoamericana pone en valor la lucha de Latinoamérica contra la pobreza en los últimos años.

Rebeca Grynspan: «La salida a la crisis venezolana debe ser dialogada y sin violencia»
Rebeca Grynspan: «La salida a la crisis venezolana debe ser dialogada y sin violencia»larazon

La secretaria general iberoamericana pone en valor la lucha de Latinoamérica contra la pobreza en los últimos años.

La vigesimoquinta Cumbre Iberoamericana, que se celebra en Cartagena de Indias, en Colombia, ya está en marcha con la presencia de 13 jefes de Estado y de gobierno de los 22 países que forman parte de la comunidad. Sobre la mesa se pondrán cuestiones como la educación, el emprendimiento y la juventud, temas «importantes», afirma Rebeca Grynspan, secretaria general Iberoamericana, que a veces quedan relegados ante lo «urgente», como sucede con la paz en Colombia y la crisis política en Venezuela.

–¿Cree que las cumbres iberoamericanas han perdido el peso político del pasado?

–El peso político de las cumbres es el diálogo que tienen los presidentes en ellas. Los pilares de esos 25 años han sido el diálogo y la cooperación. Hoy en día hay una multiplicidad de organizaciones, en este caso la Celac, en la que se abordan los temas exclusivos de la región.

–¿Los presidentes latinoamericanos ven la juventud y la educación como asuntos prioritarios?

–Si no ponen la mirada en estos temas no podrían estar construyendo el futuro de sus países. A veces lo urgente postpone lo importante, pero creo que un liderazgo político es aquel que no permite que lo inmediato margine totalmente la agenda prioritaria de los retos del país.

¿Ha habido líderes estadistas en Latinoamérica ?

–Sí. En la última década y media, América Latina no lo ha hecho tan mal, sacó a 60 millones de la pobreza y dejó a 80 millones de personas en los sectores medios. Ésta es una América Latina muy distinta a la de 1991, cuando se celebró la primera cumbre. Por primera vez los sectores pobres no son mayoría.

–¿Cree que los gobiernos de izquierdas han tenido más éxito en la inclusión social?

–Esos avances se dieron en gobiernos de todos los signos políticos. Y es un reflejo de una ciudadanía mucho más activa y exigente, que se ha desarrollado en el marco de la transición a la democracia que vivió la región durante los años ochenta.

–¿Cómo avanzar en la igualdad social en medio de un contexto económico de desaceleración?

–Son momentos duros para los gobiernos porque se da una encrucijada. Tenemos ciudadanos más exigentes y, al mismo tiempo, una desaceleración económica en toda la región, con menos espacio fiscal. Por eso nosotros hemos dicho que es muy importante volver la mirada a una conversación distinta con la sociedad y el sector privado, porque son las alianzas público-privadas las que pueden flexibilizar ese poco espacio fiscal que tienen los países para invertir en los sectores y la infraestructura necesarios para un mayor crecimiento.

–¿Qué papel puede desempeñar España ahora?

–España ha sido un socio esencial en la profundización del espacio iberoamericano, y sigue siendo el país europeo con más inversiones en América Latina y un socio cultural y político fundamental para la región.

–¿Cree que Santos y Uribe serán capaces de llegar a un acuerdo entre ellos?

–La lectura que debemos hacer del plebiscito es que la voluntad de todo el pueblo colombiano es alcanzar la paz. Uribe y Santos tienen distintas visiones de cómo alcanzarla. Nosotros hemos expresado nuestra esperanza de que se llegue a un acuerdo que congregue a la mayoría del país y que sea unificador, con la mirada puesta en las víctimas.

–¿Cómo ve la crisis venezolana?

–Siempre he creído que la salida tiene que ser dialogada y sin violencia, con un una solución sostenible a las diferencias políticas que enfrenta la sociedad venezolana. No tenemos ningún otro país con la polarización que se ha manifestado en la sociedad venezolana.

–¿Cuál es el papel de Cuba en la cumbre?

–Cuba no ha venido a nivel de presidente a las cumbres iberoamericanas desde el año 2000. En este momento, Cuba ha mejorado e incrementado su participación en todos los programas iberoamericanos de cooperación. Este es un espacio donde hemos potencia lo que nos une, lo que nos divide. La presencia de Cuba, que estuvo con nosotros desde 1991 como miembro de pleno derecho, siempre ha sido muy importante para nosotros.

–América Latina ha alcanzado niveles de prosperidad y democracia nunca vistos en la región. ¿Por qué entonces hay tanta violencia e inseguridad?

–Esa es una herida abierta en América Latina. El nivel de violencia en nuestros países y la inseguridad ciudadana es una gran preocupación y un tema prioritario. No es fenómeno sólo a nivel nacional, sino que va a requerir soluciones regionales. Sabemos que el narcotráfico y el crimen organizado no respetan fronteras. Una mucha mayor coordinación y una agenda regional en este tema serán muy importantes. Son retos que esta región no ha podido vencer.