
Defensa de Europa
Reino Unido vuelve a ser un estado "prebélico" ante la amenaza "más seria e impredecible" desde la Guerra Fría
El gobierno británico destinará 18.000 millones de euros en la llamada 'Disuasión Nuclear Continua en el Mar'

El premier Keir Starmer advirtió ayer que la amenaza a la que se enfrenta el Reino Unido es “mucho más seria, más inmediata y más impredecible de lo que nunca fue durante la Guerra Fría”, por lo que es necesario volver a un estado “prebélico”. Al laborista le acusan muchas veces de no ser claro en sus palabras. Pero en esta ocasión no pudo ser más rotundo: hay que estar preparado ante un eventual conflicto armado.
En medio de un escenario geopolítico especialmente convulso y con la grieta transatlántica cada vez más pronunciada, el inquilino de Downing Street presentó la esperada `Evaluación de Defensa Estratégica´, donde se identifican los mayores desafíos y se marcan las prioridades de gasto para la próxima década. Tras el Brexit, los anteriores gobiernos conservadores pusieron su mirada en el Indo-Pacífico buscando el nuevo papel de la `Global Britain´. Pero la guerra en Ucrania obliga de nuevo a centrarse en Europa, donde el Reino Unido, junto a Francia, juega un papel clave por su capacidad de disuasión nuclear.
No fue casual que el discurso del premier se realizara ayer desde Escocia, donde está la base operativa los submarinos nucleares, ya que el plato fuerte de la nueva estrategia es la construcción de hasta 12 nuevos submarinos de ataque de propulsión nuclear, como parte del programa AUKUS en el que el Reino Unido participa junto a Australia y Estados Unidos. Esta alianza está en el centro de un esfuerzo de rearme por parte de Londres que incluye, además, el recién firmado acuerdo de colaboración en materia de defensa con la UE.
“Nos enfrentamos a una guerra en Europa, a nuevos riesgos nucleares, a ciberataques diarios, a una creciente ofensiva agresiva rusa en nuestras aguas y amenazas en nuestros cielos, con acciones temerarias que acaban incrementando nuestro coste de la vida, provocan dolor económico y golpean sobre todo a las clases trabajadoras”, matizó.
El Reino Unido destinará además cerca de 18.000 millones de euros a asegurar la continuidad de la llamada Disuasión Nuclear Continua en el Mar, el programa por el que hay una presencia constante y secreta de al menos un submarino patrullando bajo las aguas. Asimismo, Starmer se compromete a modernizar las infraestructuras del llamado Establecimiento de Armas Atómicas, con un impulso al programa de fabricación y adquisición de cabezas nucleares.
La nueva estrategia de defensa ha sido elaborada por George Robertson, ex secretario general de la OTAN, una alianza que debe adaptarse a los nuevos tiempos marcados por Donald Trump, quien quiere retirarse del papel de Estados Unidos en la defensa de Europa. Se trata de un cambio incómodo para Londres en una relación considerada durante mucho tiempo como una piedra angular de la seguridad británica. Pero actuar como si nada hubiera cambiado, sería irresponsable.
Starmer recalcó que hay que hacer de Reino Unido “un país más seguro y fuerte, una nación preparada para la batalla, equipada con bombarderos, con las alianzas más sólidas y las capacidades más avanzadas”. Tres cambios surgirán de esta revisión, afirmó. El primero será un avance hacia la «preparación para la guerra». El segundo se centrará en garantizar que todo lo que haga este gobierno contribuya a la fortaleza de la OTAN. El tercero es «acelerar la innovación a un ritmo bélico» y convertir al Reino Unido en «el país que más rápido innova en la OTAN».
“Cada ciudadano tiene un papel que desempeñar en la defensa del país”, dijo. “El mundo ha cambiado, lo que significa que la primera línea, por así decirlo, está aquí”, matizó nombrando varios ejemplos, como los ingenieros del submarino Barrow, los expertos en tecnología y los ingenieros, junto con los uniformados.
En defensa, sin embargo, la pregunta clave siempre es cuánto están dispuestos a gastar los políticos. El nuevo Gobierno laborista ya anunció su compromiso de incrementar hasta el 2,5% (actualmente está en el 2,3%) la partida presupuestaria para 2027. Y redobló luego su apuesta, ante la presión ejercida por Trump, aumentando la partida hasta el 3% en la próxima legislatura. Sin embargo, se resiste a poner una fecha concreta a ese compromiso, con unas cuentas públicas que hoy siguen muy presionadas por el débil crecimiento del país y el aumento del gasto público.
La semana pasada, John Healey, ministro de Defensa, afirmó no tener ninguna duda de que el Gobierno cumpliría el objetivo para 2034. Sin embargo, cuando el domingo se le pidió que reiterara su promesa, se negó a hacerlo, alegando que se trataba sólo de una "ambición".
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