Crisis demócrata
El relevo de Biden: de la lucha de egos a la «heredera» natural
Arranca ahora un periodo inédito para buscar un candidato demócrata antes de la convención nacional del 19 de agosto
El anuncio de Biden ha llegado como un terremoto político (nadie confiaba en que finalmente diera su brazo a torcer y se retirara de la carrera presidencial), y ahora, los demócratas se encuentran en una encrucijada porque no tienen todavía un plan claro de contención ni relevo. Puede ser la gran oportunidad para plantar cara a un Donald Trump imparable en las encuestas o una inercia de caída en picado que ya arrastraban los demócratas por los constantes depistes y achaches del ya ex candidato Biden.
Pues bien, la clave está en elegir a un candidato fuerte y que consiga, sobre todo, levantar el ánimo del votante demócrata. En su renuncia a la reelección Biden apoyó con contundencia a su vicepresidenta Kamala Harris, como la gran sucesora. Es además la única forma de conservar el dinero que ambos recaudado en la campana hasta ahora. Si se los dos salen de la contienda electoral, lo pierden todo, los 240 millones de dólares en efectivo que han recaudado hasta la fecha.
Pero está claro que el proceso tampoco va a ser sencillo. Si Biden tenía bien amarrado el voto de los delegados para su reeeleción, ahora, la lucha de egos saldrá a la palestra. No habrá quien no quiera sacar provecho de este convulso e inédito momento. Así, el proceso no va a ser fácil y abre la puerta a una agitación política complicada dentro de las filas demócratas de aquí al 19 de agosto que comienza la Convención Demócrata en Chicago, en la que se suponía que Biden iba a ser nombrado oficialmente candidato presidencial.
El presidente puede liberar a todos los delegados que durante las primarias han votado por él, y una vez esto ocurra los mismo pueden elegir un nuevo candidato. Biden puede recomendar a Kamala Harris como opción, pero no tiene poder para imponerla. La cuestión es que no todos coinciden en el mismo candidato. Por ejemplo, uno de los pesos pesados del partido, Nancy Pelosi, apuesta por una nueva votación para elegir un sucesor, y varios miembros del partido no quieren jugársela, y ven en Kamala Harris la única posibilidad de real de salvar las elecciones. Estas divisiones podrían derivar el proceso en una batalla generacional e ideológica dentro del partido.
La única certeza es que no hay una ruta clara, pero esas son las dos opciones: Kamala Harris o una votación democrática dentro del partido que deberá tener lugar cuanto antes con candidatos menos conocidos que la vicepresidenta como son la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, el de Pensilvania, Josh Saphiro, el de California, Gavin Newsom o Illinois, JB Pritzker. Otros posibles candidatos podrían ser Pete Buttigieg, que ya se presentó en las anteriores elecciones como una opción y ahora está al frente del Departamento de Transportes de Estados Unidos, Amy Klobuchar, de Minnesota o Cory Booker, Nueva Jersey. Esto supondría arrancar unas mini primarias con eventos por parte de los distintos candidatos por todo el país a solo cuatro meses de las elecciones. Sin duda, una opción arriesgada para motivar a los votantes y podría dar sensación de división e inseguridad en la victoria.
Cierre de filas y consenso
Según los expertos, Kamala Harris es, sin duda la sucesora natural, sin embargo, y pese a un papel impecable en las elecciones de mitad de mandato (donde consiguió un fuerte apoyo del voto femenino y racializado), su figura no ha conseguido trascender lo suficiente como para conseguir una autonomía en estos cuatro años de mandato.
Por el momento, políticos demócratas tan relevantes como el matrimonio Clinton o la senadora Elizabeth Warren ya mostraron ayer su apoyo claro a Harris. El expresidente Bill Clinton y su esposa, la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton destacaron, en un comunicado más amplio, el mandato de Biden y le agradecieron aspectos como la creación de empleo, la recuperación económica, el «fortalecimiento de la democracia y la restauración del estatus en el mundo». El presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, a falta de informar sobre el proceso que se abre en el partido para una nueva nominación, dijo ayer sentirse «emocionado» porque aún respaldaba la candidatura de Biden y destacó «su liderazgo durante todos estos años», indicó la cadena NBC.
Por su parte, el candidato presidencial republicano, Donald Trump, aprovechó ayer mismo para comenzar su particular guerra contra Kamala Harris en caso de que esta sea su contrincante para llegar a la Casa Blanca. «Ella será más fácil de derrotar que Biden», dijo bravucón.
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