Rusia lanza sobre Ucrania su enorme misil P-35, una reliquia soviética de 4 toneladas

Después de casi dos años de guerra, al ejército ruso le vale ya casi todo cuando se trata de tirar de recursos de armamento, aunque eso suponga recurrir a “reliquias” de la época soviética no precisamente muy discretas.

Por eso el Kremlin ha echado mano de su misil P-35, un arma de los años 60 de la que no se tenía constancia alguna de que hubiera sido utilizada hasta que se han encontrado restos caídos en suelo ucraniano. Es decir, ha sido neutralizada por el enemigo.

Este proyectil es un gigantesco misil de nada menos que 4 toneladas de peso y 10 metros de longitud diseñado en los años 50, en plena Guerra Fría, y entró en servicio una década después. Se cree que a Rusia le quedan en uso en torno a ocho unidades más de este proyectil, según la web Galaxia Militar.

A todos los efectos, el P-35 es un arma obsoleta pero todavía con poder de destrucción. Este proyectil fue concebido como un misil antibuque, aunque no está claro el uso que se le dio y el objetivo que buscaba el Ejército ruso.

El alcance de estos misiles es de en torno a los 300 kilómetros, aunque puede superar los 400. Alcanza una velocidad de en torno a los 2.000 kilómetros por hora. Son capaces de transportar una carga de hasta 930 kg.

Se desconoce el lugar exacto de lanzamiento utilizado para el ataque, aunque no se descarta que haya podido ser utilizado como señuelo para el sistema defensivo ucraniano.