Rusia está a punto de alcanzar la cifra del millón de bajas en Ucrania. De hecho, lo hará previsiblemente la próxima semana. Si se mantiene la tendencia actual, el anuncio de Kiev llegará en torno al jueves o el viernes. Y, por supuesto, el gobierno de Volodomir Zelenski lo proclamará a bombo y platillo.

La estadística corresponde al recuento casi diario que realiza el Ministerio de Defensa ucraniano, y por tanto la prudencia aconsejable siempre en tiempos de guerra impide comprobar si es la cifra es realmente tan elevada o no. Posiblemente no lo sea, aunque estimaciones sospechan que Moscú ha podido perder cerca de medio millón de soldados en la guerra iniciada hace más de tres años. El Kremlin se ha negado desde el primer momento a aportar datos oficiales.

Según los datos publicados por el Ministerio de Defensa de Ucrania a mediados de esta semana, las pérdidas totales estimadas del ejército ruso desde el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022 superaban los 990.000, con un incremento de 1.100 en las últimas 24 horas.

En cuanto a equipamiento militar, el ejército ucraniano ha contabilizado cerca de 11.000 tanques, 23.000 vehículos blindados, casi 30.000 sistemas de artillería, 1.400 lanzacohetes múltiples, 1.200 sistemas de defensa aérea, 40.000 drones, cerca de 400 aviones, 336 helicópteros, más de 3.200 misiles de crucero, 50.000 vehículos y cisternas y casi 4.000 unidades de equipamiento especial.

Además, el parte de bajas ruso incluye 28 barcos y lanchas y un submarino en el frente marítimo, que no es el más determinante de esta guerra pero sí especialmente simbólico para ambas partes cada vez que hay una operación importante.

El conteo imparable de bajas no ha variado en exceso pese a que se ha abierto el frente negociador entre ambos países, con dos encuentros en Estambul (Turquía) que no se han traducido en grandes avances más allá del intercambio de prisioneros.