Georgia

«Si fragmentamos los Estados, habrá catástrofes humanas graves»

Así lo afirma Giorgi Margvelashvili, presidente de Georgia desde 2013. Tiene como objetivo primordial que su país sea miembro pleno de la Unión Europea muy pronto

Giorgi Margvelashvili, presidente de Georgia
Giorgi Margvelashvili, presidente de Georgialarazon

Así lo afirma Giorgi Margvelashvili, presidente de Georgia desde 2013. Tiene como objetivo primordial que su país sea miembro pleno de la Unión Europea muy pronto.

Lo primero que quiere dejar claro Giorgi Margvelashvili, el presidente georgiano desde 2013, es que el gran objetivo de Georgia es ser “pronto” miembro pleno de la UE. En un perfecto inglés y con grandes dotes de oratoria -en las distancias cortas se nota su pasado como guía turístico en las montañas del Caúcaso para pagarse la carrera de Filosofía- a Margvelashvili no parece afectarle mucho el último reconocimiento por parte de Siria a las regiones de Abjasia y Osetia del Sur, pues “el régimen de Asad es un rehén de Moscú”. En una reunión en su palacio de Tiflis con medios de la Unión Europea, entre los que se encontraba LA RAZÓN, el cuarto presidente de Georgia respondió a las preguntas sobre el proceso de adhesión a la UE y la OTAN y la lucha de su gobierno contra la injerencia rusa, algo que sin duda tienen en común con los 28.

-Como sabrá, en España también sufrimos movimientos independentistas y secesionistas. Me gustaría saber por qué fue tan mal en Georgia, ¿por la injerencia rusa?

-Es un asunto que a veces se malentiende. La ocupación de Rusia no comenzó en 2008, sino que realmente empezó principios de 1990, con algo que ahora llamamos una guerra híbrida. Esto es tan importante. A principios de los 90, al igual que en 2008, creo que nadie sabía claramente cuáles eran las intenciones de Rusia. Y las intenciones de Rusia desde el inicio eran conseguir algún tipo de influencia en el estado independiente de Georgia. En los 90, claramente fue la injerencia rusa así como en las dos guerras que se lanzaron contra Georgia en Osetia del Sur y en Abjasia. En ambos casos se trató, sin duda alguna, de lo que ahora se conoce como una guerra híbrida con las injerencias y también la participación directa de la inteligencia rusa, el Ejército ruso y la propaganda política. Recuerdo cómo mi pre-pre predecesor Shevardnadze escribió una carta a la comunidad internacional desde Sujumi, que estaba siendo bombardeada por la artillería: “Por favor, prestad atención a lo que está ocurriendo, no dejéis que pase”. La misiva estaba dirigida a sus buenos amigos, pues él fue un adalid en terminar la Guerra Fría. Por lo que hubo injerencia rusa pero también desprevención por parte de la comunidad internacional para abordarlo.

Si nosotros, como humanidad, como las naciones y líderes que aceptamos la benevolencia/de buena gana de los gobernantes y la relaciones internacionales justas aceptamos el hecho de que los estados-naciones comiencen a fragmentarse, creo que esto conducirá a catástrofes mucho más grandes de las que hemos visto hasta ahora.

La estadidad, desde el final de la II G M está basada en la voluntad de los países de reconocer y respetarse los unos a los otros. Hay que aceptar las fronteras y los estados. Si intentamos desfragmentar las naciones, esto causará enormes catástrofes humanas. Y tenemos que aceptar que Rusia lo está haciendo a través de una herramienta muy activa de propaganda.

-He leído que la mayoría de los georgianos ven en Rusia uno de los principales peligros para el país. Incluso, directamente les preocupa la propaganda rusa como amenaza a la seguridad de Georgia. ¿Qué están haciendo para combatir la propaganda?

-La propaganda rusa funciona de la siguiente forma. Cogen los asuntos sobre la diversidad, que es normal, y debería haber diversidad en las sociedades, los señalan y los exacerban hasta el extremo. Así, crean una brecha en la sociedad, en el estado y empiezas a no aceptar la diversidad y ellos explotan estos casos. ¿Qué hacemos en Georgia al respecto? Tenemos claro que como una nación democrática que somos no podemos luchar contra la propaganda a través de poner límites a la libertad de expresión. Perderíamos todo el contenido de quiénes queremos ser, de la democracia. Primero, limitar la diseminación de la información es algo que no debemos hacer. En segundo lugar, los políticos debemos llamar a la propaganda por su nombre y marcar estas tendencias. Indicar de dónde vienen y revelar todos los casos de propagandas y combatirlos y lucharlos en el contexto de la libertad de expresión. Tenemos mucha experiencia en la propaganda soviética. En el caso de Georgia y la red de influencia rusa, el nivel de acceso de la propaganda rusa al país, hay numerosos casos en Georgia. Se ve que como nación hemos tenido éxito, pues de los cuatro gobiernos que han existido en este país, no ha habido ninguno que fuera contrario a Occidente. Hemos sabido luchar, etiquetar la propaganda, identificar de dónde venían estas tendencias.

-¿Cómo están las relaciones diplomáticas con Rusia en la actualidad?

-He establecido claramente las prioridades y las líneas rojas en las relaciones bilaterales con Rusia. Nuestra integridad territorial y soberanía y tratar a Georgia como una nación independiente y libre que, por cierto, asuman que la independencia de Georgia no significa que sea una nación hostil para Rusia. Espero que haya una estrategia conjunta en el futuro para proyectos por el bien de los ciudadanos georgianos y rusos y que se desarrolle en el respeto de la soberanía de cada estado. ¿Es el momento ahora? Desafortunadamente, el periodo en el que entró la política exterior rusa en 2007 en Múnich, donde el presidente Putin expresó sin rodeos sus prioridades y relaciones con los “vecinos más cercanos”. Desde entonces lo están haciendo muy abiertamente. En 2007 lo anunciaron, en 2008 tuvo lugar Georgia. En 2018, durante la campaña presidencial se produjo otro punto de referencia, un intento de recrear la Guerra Fría. Deberíamos estar atentos de lo que se está hablando desde Rusia, porque lo hacen abiertamente.

-¿Es un buen momento para poner las relaciones con Rusia en la agenda sobre todo con el acercamiento a la UE?

-Hay una ventana para la oportunidad. Sin embargo, escucho a los rusos muy detenidamente y los mensajes que lanzan son esclarecedores. Miro a Europa y todas las calamidades y la inestabilidad en los procesos europeos. A veces no entiendo cómo los europeos no aprecian los valores y los beneficios que la UE ha dado a Europa. Deberíais analizar la historia europea y concluir que la UE es lo mejor que le ha pasado al continente en los últimos siglos. Paz, estabilidad, seguridad y progreso, todas las naciones miembros han sido partícipes. Sin la UE, ¿cuáles son los escenarios que hemos visto? Pero quiero dejar claro que el acercamiento a la UE no es una opción de este gobierno o el anterior. Es una elección histórica y lo ha sido durante siglos. No podemos calcular nuestras decisiones históricas en décadas, sino en milenios y siempre ha sido una opción de Georgia y estamos implicados. Veremos qué ocurre. Depende de nosotros, de cómo activamos e implementamos la agenda europea, pero también de los países europeos que tanto bien han adquirido a través del proceso europeo.

-En la sociedad georgiana, ¿existe fatiga sobre la UE y los procesos de adhesión a la OTAN? Las críticas de Trump al continente y a la Alianza Atlántica, el Brexit, la crisis de la migración, ¿afectan a los georgianos?

-En los sondeos sigue estando a un 70% a favor 30% en contra. Una cifra estable. Hay algunas fluctuaciones y por supuesto todos esos asuntos mencionados influencian a la opinión pública. Pero nuestros deberes como políticos en Georgia siempre son mejorar esas cifras, aunque lo cierto es que se mantienen estables desde el referéndum de 2008. Creo que si no ocurre nada dramático estas cifras no cambiarán y si hacemos bien nuestro trabajo aumentarán.

-¿Hay una relación directa entre el inicio del proceso de adhesión a la OTAN y la guerra de 2008?

-Es un mito más, propaganda, asumida en la comunidad internacional. “Porque le dimos a Georgia en la cumbre de Bucarest el compromiso, Rusia tuvo que actuar”. Esto es una mentira propagandística. La ocupación de las regiones georgianas no comenzó en 2008, si no al principio de los 90, cuando no se habló para nada de la OTAN. Es un claro mecanismo de Rusia para defender su influencia en el desarrollo independiente de Georgia. En 2008, fue un paso más. Pero ya hubo operaciones militares en 1992, 1993 y 1994. También en 1997. En esa época en ningún sondeo se hablaba de ser miembros de la OTAN. Por lo que Rusia toma estos pasos instintivamente respecto a Georgia y otras naciones. Crea problemas, los exacerba y genera focos de inestabilidad para frenar el desarrollo de un país.

-¿Está acelerando Rusia la desilusión de la sociedad georgiana respecto a la UE y la OTAN?

-Sí, la propaganda está trabajando en generar diferencias y radicalizar estas diferencias. En el caso de Georgia, insisten en “la identidad georgiana”. Los rusos indican que en la UE, ¿podrán los georgianos usar su identidad? Y lo dice la nación que creó la Unión Soviética, que prácticamente destruía cualquier tipo de diversidad étnica o nacional en 16 estados. Intentan lanzar este mensaje a la sociedad georgiana, sobre el impedimento a ser georgianos en la UE. Algunas voces hablan en su interés. Pero, insisto, estamos ganando la guerra propagandística. No sólo por los políticos, sino por una sociedad abierta, por líderes religiosos, que luchan contra esta retórica corrupta.

-Georgia es un aliado de EE UU pero también de Irán, ¿cómo les afecta el fin del acuerdo nuclear?

-Somos un aliado de EE UU, sin duda alguna. Y diría que uno de los aliados más estables y democráticos de la región. Al mismo tiempo, los beneficios de la apertura del comercio con Irán son extremadamente importantes para nosotros. Por lo que somos muy cautos y estamos observando el proceso. Tiene múltiples componentes, no sólo es EE UU versus Irán. Dentro de EE UU hay distintas voces. Europa también es muy diversa sobre este respecto. No podemos lanzarnos a sacar conclusiones de este proceso. Pero estamos interesados en abrir la economía del Golfo a los mercados georgianos.

-¿Cómo valora el reconocimiento de Siria a Abjasia y Osetia del Sur?

-Solía vivir en Siria cuando era un niño. Lo que ha ocurrido en ese país es horrible. Era una de las sociedades más amigable, tan abierta y respetuosa con otras diversidades y religiones. Es un paso estúpido que ha dado el régimen de Asad, que es básicamente un rehén de Moscú. El reconocimiento de Siria, incluso el estatus de Siria está tan cuestionado, que su reconocimiento no es importante. Además, los georgianos estamos ganando la batalla diplomática. Hemos logrado 195 que no lo reconocen frente a cuatro que sí.