Festividades
La 'Tomatina' italiana: el festival donde se lanzan toneladas naranjas entre los vecinos
Desde hace ya varios siglos, durante los carnavales este pueblo celebra 'la Batalla de las Naranjas'
La fiesta de 'la Tomatina', que tiene lugar cada mes de agosto en el pueblo valenciano de Buñol, es una de las celebraciones más conocidas de España fuera del país, ya que a los extranjeros les suele resultar chocante. En un momento donde las campañas en contra del desperdicio de alimentos, llama la atención este festival donde toneladas de tomate son utilizadas como proyectiles en batallas callejeras.
Sin embargo, no somos la única nación europea donde se celebran festividades de este tipo. En Gloucestershire (Inglaterra), por ejemplo, anualmente tiene lugar el famoso 'Festival del Queso Rodante', donde las personas deben correr colina abajo para atrapar una enorme queso redondo, aunque el ganador obtiene el derecho a llevarse a casa el producto y comérselo.
Existe un pequeño pueblo de poco más de 20.000 habitantes en la región más al norte de Italia donde cada año, durante las celebraciones de carnaval, sus calles acogen verdaderas batallas campales entre los vecinos. Casi 600 toneladas de naranjas son empleadas como munición, aunque no se lanzan al azar, sino que existe un código implícito que premia el respeto y valor entre los participantes.
La 'Tomatina' italiana: el festival donde se lanzan toneladas naranjas entre los vecinos
Durante los carnavales de Ivrea, en la región de Piamonte (norte de Italia), se celebra anualmente la conocida como 'La Batalla de las Naranjas', una festividad similar a 'La Tomatina' española, aunque no tan conocida. Esta fiesta tiene tiene una historia que se remonta a hace varios siglos, y está muy arraigada en el folclore de la región. En ella, además de representaciones de teatro callejeras, se da una épica guerra simbólica, donde los ciudadanos se enfrentan lanzándose naranjas.
La tradición tiene sus orígenes a principios del siglo XIX, aunque sus raíces simbólicas se cree que son mucho más antiguas. 'La Batalla de las Naranjas' es la escenificación de una revuelta popular que se levantó contra la tiranía feudal de un marqués que, según la leyenda, actuaba como un déspota en el pueblo de Ivrea.
Según el mito que se cuenta en la región, cuando el marqués de la ciudad intentó hacer valer su derecho de 'pernada' (que le permitía pasar la primera noche con una doncella recién casada), basado en un antiguo privilegio feudal, la conocida como "Vezzosa Mugnaia", una joven molinera, no se dejó someter. En su lugar, la chica engañó al señor feudal, lo emborrachó y terminó decapitándolo con su propia espada.
Esto llevó a una revuelta popular contra las tropas del tirano, que consiguió el fin de la opresión. Actualmente, en la representación de 'La Batalla de las Naranjas', los ciudadanos se dividen en dos bandos para la batalla ficticia armados de cítricos: por un lados los rebeldes y por el otro los soldados del señor feudal.
En el carnaval original no se utilizaron naranjas, sino que el alimento utilizado como proyectil ha variado a lo largo del tiempo. Antiguamente se usaban judías secas, y más tarde se comenzaron a arrojan manzanas. Sin embargo, entre finales del siglo XIX y principios del XX, la munición simbólica que se adoptó fueron las naranjas, que se exportan normalmente desde el sur de Italia para la celebración.
El Carnaval de Ivrea se celebra durante varios días, culminando en el lunes de carnaval, con "la gran Batalla de las Naranjas". Cada año se elige a una joven del pueblo como la "Vezzosa Mugnaia", que preside las fiestas. Más de mil participantes recorren las calles del pueblo en varios desfiles, ataviados con trajes típicos del siglo XIX, acompañados normalmente por bandas y carrozas.
De media, se estima que anualmente se arrojan unas 500 toneladas de naranjas durante las celebraciones. Como los impactos pueden ser bastante fuertes, los participantes suelen protegerse con cascos y pecheras, incluso protectores bucales en algunas ocasiones. Está prohibido herir adrede, y existe una especie de 'código' implícito de respeto y valor, no la violencia gratuita. Algunos grupos equipos incluso realizan rituales de bendición de sus cajas de naranjas antes del combate.