Relaciones internacionales

Trump envía la caballería a Europa

El gabinete de Seguridad trata de apagar las alarmas provocadas entre sus aliados. El vicepresidente Pence marcará hoy la pauta en política exterior en la Conferencia de Múnich.

El gabinete de Seguridad trata de apagar las alarmas provocadas entre sus aliados. El vicepresidente Pence marcará hoy la pauta en política exterior en la Conferencia de Múnich.

El presidente Donald Trump buscará hoy el consuelo y el aplauso de los suyos en un acto en uno de los hangares del aeropuerto internacional de Orlando-Melbourne. Pretende ser su primer baño de multitudes después de la toma de posesión en Washignton y de las turbulentas semanas que lleva en el Despacho Oval. Tiene el enemigo en casa, dice, por la guerra que mantiene con sus propios servicios de información y con los medios de comunicación, y busca restañar heridas. Mientras tanto, parece querer apagar fuegos en el terreno exterior y ha ordenado a su equipo de Seguridad que tienda puentes con Europa en las diferentes cumbres que se celebran en el Viejo Continente estos días. La misión de sus más fieles está clara: despejar las dudas surgidas en Europa después de los comentarios de Trump contra sus viejos aliados.

El último en llegar es el vicepresidente Mike Pence, que ha subrayado en rojo su intervención de hoy en la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde se espera que marque las pautas de la política exterior de la Casa Blanca en esta legislatura. Más tarde Pence tiene concertada una reunión bilateral con la canciller alemana, Angela Merkel, y después se verá con el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani; con el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, y más tarde con los presidentes de Estonia, Kersti Kaljulaid; Letonia, Raimonds Vejonis, y Lituania, Dalia Grybauskaite, países especialmente consternados con la creciente amenaza rusa.

Según ha confirmado un consejero de política exterior desde la Casa Blanca, «el viaje es una oportunidad para que el vicepresidente asegure la relación con nuestros aliados y socios, y presente las prioridades de Estados Unidos en la relación transatlántica en nombre del presidente. Al mismo tiempo, el viaje ofrecerá la oportunidad de que el vicepresidente establezca relaciones personales con los aliados y socios más importantes», confirmó el consejero de la Casa Blanca, en referencia a la apretada agenda de Pence de reuniones bilaterales.

Pence terminará el día con el líder de Ucrania, Petro Poroshenko, y el primer ministro de Turquía, Binali Yildirim. El lunes viaja a Bruselas para reunirse con más dirigentes europeos y con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

De esta forma, el vicepresidente dejará claro durante sus intervenciones el compromiso de Estados Unidos con Europa, y se esforzará en transmitir el mensaje de que en Washington es considerada indispensable.

Su discurso será muy similar cuando se encuentre en Bruselas con los líderes europeos y representantes de la OTAN, según el consejero de la Casa Blanca. Pence volverá a dejar claro en todas sus reuniones el compromiso de Estados Unidos con la OTAN y sus miembros. Pero recordará de una forma más diplomática la necesidad de que el resto de miembros de la Alianza Atlántica cumpla también con sus obligaciones, en clara referencia a las aportaciones económicas de cada país.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, instó a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, a que Rusia abandone el este de Ucrania. Más tarde, ambos firmaron un comunicado conjunto de condena de la prueba de misil balístico de Corea del Norte en su debut diplomático, que se produjo en Bonn (Alemania) en la reunión del G-20 de las mayores economías del mundo.

James Mattis, jefe del Pentágono, recordó en la Conferencia de Múnich, que «cuando se trata de seguridad nadie puede ir solo en este mundo. La seguridad se proporciona mejor cuando se hace en equipo».

De esta forma, el Gabinete de Seguridad quiere apagar las alarmas que habían encendido los comentarios de Trump contra la OTAN, a la que acusó de haber quedado «obsoleta» y de suponerle un alto coste económico a los estadounidenses. Mattis dijo lo mismo, pero diplomáticamente en Bruselas: «Es justo pedir que si todos nos beneficiamos de una alianza en el mundo, todos compartamos los costes de forma proporcionada».