Armamento

Turquía venderá armas al régimen sirio y buscará mejorar los acuerdos con los kurdos

El nuevo mapa sirio tras la caída de Assad lleva a Turquía a mover ficha: prepara ya un notable envío de armamento para ayudar al nuevo régimen a controlar a las milicias kurdas del noreste

Vehículo blindado con un cañón disparando al atardecer
Turquía venderá armas al régimen sirio y buscará mejorar los acuerdos con los kurdosTurkey Defense

El tablero geopolítico sirio se ha vuelto, si cabe, más enrevesado. Mientras el nuevo régimen de Ahmed al-Sharaa, que tomó el poder en Damasco el pasado diciembre, firma acuerdos para integrar a las milicias kurdas en el ejército nacional, Turquía se dispone a armarlo hasta los dientes precisamente para que las combata. Esta contradicción define un escenario de enorme complejidad en el que los intereses de las potencias regionales chocan frontalmente, dibujando un futuro cargado de incertidumbre para la región.

De hecho, para el Gobierno turco la cuestión es casi existencial. Considera que las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y su principal componente, las Unidades de Protección Popular (YPG), no son más que una extensión del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Se trata de una organización que tanto Ankara como la Administración Trump y la Unión Europea consideran terrorista, por lo que la consolidación de un poder kurdo autónomo en su frontera sur representa una amenaza directa a su integridad territorial.

En este contexto, el plan de Ankara es ambicioso y busca decantar la balanza de poder. El Ejecutivo turco prepara el envío de un considerable respaldo militar a Damasco que incluye desde vehículos blindados y drones hasta artillería pesada y misiles. El objetivo no es otro que dotar al nuevo Gobierno sirio de la capacidad ofensiva necesaria para desmantelar las estructuras de poder kurdas que controlan el noreste del país. Este tipo de armamento aéreo se ha vuelto crucial en los conflictos actuales, aunque su efectividad se ve constantemente amenazada por el desarrollo de nuevos sensores antidrones diseñados para hacerlos ineficaces. Dicho respaldo no solo incluye material ofensivo, sino también equipamiento de soporte vital para las tropas, como un vehículo médico blindado para atender a los heridos en primera línea.

La contrapartida de Damasco para recibir el arsenal

Sin embargo, esta ayuda militar no es un cheque en blanco. Turquía ha puesto sobre la mesa una serie de condiciones muy claras que el nuevo Ejecutivo de Al-Sharaa debe cumplir. La principal exigencia es que actúe con contundencia para lograr el fin del control kurdo sobre los estratégicos recursos de petróleo y gas, una fuente de financiación clave para las milicias. Representantes de ambos gobiernos ya negocian para actualizar un acuerdo fronterizo que permitiría al ejército turco ampliar su radio de acción en territorio sirio de cinco a treinta kilómetros, según informa el medio Turkishminute.

Asimismo, estas conversaciones diplomáticas son la antesala de la ofensiva militar que Ankara quiere impulsar por delegación. La idea es actualizar un acuerdo de seguridad preexistente que dé cobertura legal a una intervención turca mucho más profunda en Siria, en caso de que las fuerzas de Damasco no logren por sí solas los objetivos marcados.

En definitiva, la estrategia turca choca con la realidad sobre el terreno, donde el Gobierno de Al-Sharaa busca consolidar su poder a través de pactos internos, incluida la absorción de las milicias kurdas. Este delicado equilibrio, sumado al reciente anuncio de desarme del PKK en mayo, dibuja un futuro realmente incierto, donde las alianzas son frágiles y cualquier movimiento puede alterar por completo el destino de Siria.