Diplomacia
La Unión Europea empieza a perfilar la posguerra en Gaza
Borrell iniciará este miércoles una gira por la región
Aunque nadie sabe ni cómo ni cuándo terminará el conflicto entre Israel y Hamás, la Unión Europea comienza a perfilar la situación del día después. El máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha presentado este lunes a los ministros de Exteriores de los Veintisiete reunidos en la capital comunitaria un «marco» para la posguerra, en aras de que la solución de la Franja de Gaza no quede desgajada de una solución global para el establecimiento de un Estado palestino, compatible con lo coexistencia del Estado de Israel.
«Esta tragedia debería ser una ocasión para que todo el mundo entienda que hay que buscar una solución que sólo pueda estar basada en la construcción de los dos Estados», ha asegurado el político español.
Según ha expresado Borrell en rueda de prensa, este marco para negociaciones futuras defiende la prohibición de desplazamientos forzosos del pueblo palestino (Egipto y otros países árabes ya se han negado a acoger a refugiados) y también se muestra en contra de la reducción del territorio de la Franja y su control por parte de Hamás.
Dentro del apartado positivo, la UE defiende la vuelta de la autoridad legítima palestina; una mayor involucración de los países árabes, no simplemente con ayuda financiera sino también a través del compromiso político, y un papel más protagonista de la comunidad internacional en la reconstrucción del Estado palestino.
Este marco se ubica dentro de la propuesta española para que se celebre una conferencia de paz tras el fin del conflicto que después acabó siendo refrendada en la última cumbre europea. Borrell ha anunciado este lunes una gira esta semana a Israel, Palestina, Bahréin, Arabia Saudí, Qatar y Jordania, aunque ha reconocido que ahora mismo a los países árabes no les importa el «después» sino el «ahora». En marzo del año pasado, Israel se negó a recibir a Borrell en visita oficial debido a sus declaraciones sobre la escalada de violencia.
La visita a Israel de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una semana después de que comenzase el conflicto levantó una fuerte polvareda entre las cancillerías ya que se tachó su discurso de muy poco crítico con el Gobierno de Benjamín Netanyahu y de no responder a la posición común de los Veintisiete.
Lo cierto es que las diferencias entre las capitales europeas sobre este conflicto han sido una constante, como se demostró en la última votación en la ONU. Los Veintisiete han intentado limar asperezas y este pasado domingo pactaron un nuevo comunicado, en el que no se limitan a pedir «pausas humanitarias» sino que exigen que éstas sean «inmediatas», con el objetivo de que la ayuda humanitaria pueda auxiliar a la población civil. Si antes del conflicto entraban en la Franja de Gaza unos 500 camiones, ahora sólo lo hacen 40. Además, 20 de los 36 hospitales han dejado de funcionar, ya no tienen combustible para asegurar el agua ni los aparatos eléctricos.
La UE considera que el paso de Rafah, el único que está abierto de manera intermitente, no resulta suficiente y por eso está también estudiando un corredor marítimo a través de Chipre que implicaría la construcción de puertos flotantes, ya que la franja de Gaza no tiene acceso al mar
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