Llevas aplicando mal el gel limpiador toda tu vida (y no lo sabías)

Mantener una piel perfecta y sana con el paso de los años no es fácil, requiere de grandes cuidados y rutinas diarias. Y una de ellas, sino la más importante, está en la limpieza. Más aún si optamos por el maquillaje día sí y día también. Retirar hasta la última gota de estos productos es fundamental si queremos que nuestro rostro no se vea afectado.

A pesar de que en la actualidad hay multitud de productos para lograr dejar la piel totalmente limpia, hay uno que despunta: el gel limpiador. Es el más habitual y, puede que también, el más efectivo. Sin embargo, puede que lo lleves aplicando mal toda tu vida y ni siquiera lo supieses. Nuestro esquema es: lavarse las manos con agua y jabón, aclarar, humedecer el rostro, aplicar el gel, frotar y luego aclarar. ¿No? Pues bien, los expertos no consideran que este proceso sea el más correcto, sino todo lo contrario. “Si aplicamos el gel sobre el rostro y esperamos a hacer espuma mientras lo masajeamos, estaremos reduciendo la capacidad de arrastre del limpiador, lo que hará que tendamos a usar más cantidad de producto del adecuado y limpiemos menos de lo que deberíamos”, explica Raquel González, directora de educación de Perricone MD.

¿Cuál es entonces la rutina adecuada para aplicarlo? Primero, con las manos limpias y húmedas, aplicar el gel, después masajear en las propias manos hasta que haga espuma, aplicar sobre el rostro en sentido ascendente y circular y finalmente retirar con agua tibia, más o menos a 30ºC.

Si ya has tomado nota, aquí dejamos algunas opciones para que empieces a aplicar este mágico producto de la mejor manera. Y sí, ¡sonlow cost!

Vitamin C Ester Citrus Brightening Cleanser de Perricone MD (40 euros)

Hydrating Renewing Rose Cleanser de Aromatherapy Associates (38 euros)

Vegan Milk Cleanser de Milk (26,55 euros disponible en Sephora)

Le Baume Céleste de Absolution (32 euros disponible en Kōsui Cosmetics)

Además de ello, y si siempre que tengamos tiempo, González recomienda optar por añadir otro producto a nuestra rutina facial, en este caso el aceite. “Cuando se hace un proceso de doble limpieza, que es lo ideal, el primer producto debería contar siempre con una base lipídica, es decir, en aceite, puesto que tiene más afinidad y capacidad de eliminar la suciedad más profunda”.