La Columna de Carla de La Lá
Una Irene Montero para los séniors
Un representante con la vehemencia (e incluso con la locura) y la parcialidad suficientes para defender los intereses del sénior con todo.
Tengo 44 años y comienzo a escuchar a algunos amigues, más o menos de mi quinta, comentar que sienten cierto sutil, pero no poco irritante, arrinconamiento en las empresas, en favor de los jóvenes claro, cuando no directamente por parte de los intempestivos, sabiondos y tecnológicos millennials.
Yo que jamás me había parado a pensar en las condiciones profesionales, sociales, inmobiliarias y financieras de los sénior (igual que jamás he pensado en la muerte) he descubierto este año, gracias a Ana Margarito, que no son exactamente lo mismo que la gente mayor.
Mi sentimiento hacia los mayores siempre ha sido romántico y de preferencia, cuando no directamente de pelota. Lo siento, casi todos los niños me caen mal, al igual que casi todos los abuelos me caen bien. Como si su chepa o sus dientes deteriorados y todas sus dificultades físicas y psíquicas, me devolvieran una luz maravillosa, de infinita ternura y conocimiento; como si sus vestidos y sus venas verdosas acreditasen un carnet de metro y medio, como un cheque de El precio justo, que hiciese las veces de patente de corso para todo. Su lentitud es un catalizador para mi consideración para con ellos.
Por el contrario, los más pequeños, llorones, quejicas, exigentes, maleducados, consumistas, egocéntricos, listillos, faltones, sobreprotegidos, sobreatendidos, sobrealimentados, sobre-sanos, hiperactivos y cortos de entendimiento... Para mí, casi todos los niños tienen un azote de menos. Lo siento. Y de los adolescentes mejor no hablar….Y los jovenzuelos… ¡ay!
Pues eso, que los seniors, tal como me ha mostrado Margarito, no son nuestros padres, ni abuelos, no… los seniors somos nosotros, nuestros amigos, hermanos y nuestras parejas dentro de cinco años, o ya mismo, por eso he estado hablando con algunos entendidos y me ha quedado claro que este sector importantísimo en volumen, es de muchas maneras despreciado.
¿Y por qué no se confía en el talento senior? ¿Qué es el edadismo? Es un fenómeno social que, a través de la publicidad, ha contribuido y contribuye a ofrecer una imagen distorsionada de la edad, especialmente en estos tiempos donde se idolatra y se persigue, con la lengua, fuera la “juventud eterna”. No obstante, el envejecimiento de la población es uno de los grandes cambios sociales y económicos que se está produciendo a escala mundial donde ningún país civilizado puede ignorar esta imparable realidad, temerosos o, en el mejor de los casos, con alegría.
En Japón se venera a los mayores y en los Estados Unidos, por ejemplo, la Cámara de Representantes aprobó en enero de 2020 la Ley de protección de los trabajadores mayores contra la discriminación, pero, escuchando las conclusiones de los expertos nacionales en la materia, me pregunto cómo es que no hay un Ministerio (entre nuestros innumerables ministerios socialcomunistas) que se ocupe de velar por la Igualdad y la defensa del Senior, que no es precisamente una “minoría” pero que si sufre discriminación. ¿Dónde está la Irene Montero de los sénior?
No me malinterpreten, no me refiero a una exaltada que los encamine a la eutanasia como un petardo, no… Todo lo contrario, me refiero a un representante con la vehemencia (e incluso con la locura) y la parcialidad suficientes para defender sus intereses con todo.
Lo encuentro de imperiosa necesidad, dado que gracias a los avances médicos y tecnológicos existirá para casi todos nosotros una nueva etapa vital entre los 55 y los 70 años, bautizada como la generación silver, que no esperábamos y que probablemente experimentaremos con canas, pero con vitalidad, si no con todo el cortejo psicológico y funcional que acompaña a la juventud. ¡El Imserso ha terminado!.
Ana es CEO y fundadora de 60ymucho+, una plataforma multisectorial que da voz a este creciente colectivo y, que creado una comunidad en la que compartir un estilo de vida saludable y divertido a partir de los 50. El objetivo es cubrir las necesidades e inquietudes de una generación que no deber ser percibida como menesterosa, ¡todo lo contrario! porque en España, y en muchos otros países del mundo tanto el poder, como el dinero están en este sector de población.
Hoy, si fuera una nación, la silver economy sería la tercera economía más grande del mundo, solo por detrás de Estados Unidos y China, según recoge el informe The Silver Economy (Comisión Europea, Technopolis y Oxford Economics). Y en atención a este hecho incuestionable, los días, 1, 2 y 3 de octubre 60ymucho+ organiza DiverOSénior en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid, un espacio para que los seniors, es decir, la gente como usted, podrá conocer una extensa oferta servicios, opciones de vicienda, financieras, asesoría, mediación, proveedores y, por supuesto, de ahí el nombre, de ocio y la diversión a su medida.
¡Que vivan los viejenials, adultescentes o joviejos!… La sociedad, y los medios de comunicación, debemos dejar de pensar en los mayores de cincuenta con condescendencia, como si se tratara de un sector vulnerable de la población, cuando lo cierto es que la gran mayoría están en las mejores condiciones de consumir, invertir, ayudar a sus familias, impulsar empresas y aportar conocimiento senior, que buena falta nos hace a todos.
Y luego lo de siempre, cuando vean las barbas de su vecino cortar, pongan las suyas a remojar.
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