Entrevista

Martina Klein: “Es un milagro que las modelos de mi época estemos cuerdas”

Charlamos con la argentina que se presenta como la nueva embajadora de ‘gotas de solidaridad’, iniciativa con la que Solán de Cabras da visibilidad al cáncer de mama cada mes de octubre

Martina Klein embajadora de ‘gotas de solidaridad’ de Solán de Cabras.
Martina Klein embajadora de ‘gotas de solidaridad’ de Solán de Cabras.Sergio R MorenoGTRES

Un mes teñido de rosa, de la forma más solidaria para concienciar, acompañar y ayudar. Porque un año más, este mes de octubre está marcado por las iniciativas solidarias con motivo del mes de sensibilización sobre el cáncer de mama. Y de nuevo llega Solán de Cabras, este año de la mano de Martina Klein, para teñir su botella de rosa con un diseño especial junto a un bolso de las ‘gotas de solidaridad’. De esta forma, Solán de Cabras, afianza su compromiso con la lucha contra esta enfermedad uniéndose por noveno año consecutivo con la Asociación Española Contra el Cáncer. Y por eso ha puesto en marcha una nueva edición de Gotas de Solidaridad, el movimiento con el que lleva a cabo numerosas iniciativas para dar visibilidad a esta lucha y reivindicar la importancia del cuidado emocional de los pacientes y de sus familiares a través de atención psicológica. Dentro de las acciones que tendrán lugar durante el mes de octubre, Solán de Cabras presenta un año más la ya icónica edición especial de su botella rosa, acompañada en esta ocasión de un maxi bolso, diseñado por la modelo, presentadora y empresaria Martina Klein.

Dentro de esta iniciativa solidaria y de lo más especial, que estará a la venta a partir del 19 de octubre, hemos querido charlar con Martina Klein, de la importancia de proyectos como estos, del mundo de la moda y de los cánones de belleza que tanto daño hicieron y hacen a los jóvenes. ¡No te pierdas la entrevista de Martina Klein a Lifestyle de La Razón!

Eres la nueva embajadora de ‘gotas de solidaridad’, iniciativa con la que Solán de Cabras da visibilidad al cáncer de mama, ¿cómo llegó a ti la propuesta?

Yo voy siguiendo cada año esta iniciativa de Solán de Cabras cada mes de octubre y cuando este año me proponen que sea yo, me hizo mucha ilusión. Me hablaron de que este año querían hacer un bolso, yo tengo una empresa textil, todo tenía mucho sentido. Que el bolso sea rosa, gotas de solidaridad... Todo eso nos hizo a mi socia y a mí ponernos a imaginar el diseño. Mi empresa, ‘Lo de Manuela’, se inspira en viajes y hace unos años hicimos unos estampados inspirados en una gota de un viaje de Manuela a Turquía. Esa gota ha sido perfecta para este proyecto y estamparla en el bolso. Yo la propuse como una gota sola, pero me hizo ver el equipo de Solán de Cabras que mejor más de una gota, como el nombre del proyecto. Una forma de explicar ese apoyo del que trata el proyecto a pacientes y familiares.

Casi que el destino te estaba esperando para este proyecto tan especial...

¡Exacto! Es muy bonito pensando así. En su día era una gota azul y ahora se ha convertido en una gota rosa, me parece una vuelta preciosa.

Como decías, la importancia de este proyecto. Y además, debes sentir responsabilidad por ser la imagen este año.

Es tan bonito todo, y todo fluyó tan bien desde el primer momento, hasta diseñar el bolso. Creo que es importante darle visibilidad a este proyecto. Y de esta forma lo estamos haciendo. Saber acompañar es muy importante y muy difícil.

El año pasado fue Laura Ponte, este año tú... No sé si al ver a tus compañeras, habías pensado, a ver si piensan en mí también.

Siempre tenía ese pensamiento de haber si me cogen a mí, claro. Como levantando la mano (risas), deformación profesional después de tantos años de castings. Son marcas bonitas, que hacen iniciativas bonitas y cuando te escogen, te sientes muy orgullosa y muy contenta.

En todas las facetas profesionales que tienes; modelo, presentadora, empresaria... Pero leí una entrevista que decías, yo siempre me presento como autónoma.

(Risas) Al final se ha quedado como un titular, pero es que siempre he sido autónoma. Soy autónoma, desde que empiezo a trabajar. Y desde entonces. Y cada vez las condiciones del autónomo son más de risa, y la verdad que mi espíritu aventurero no me lleva a ser parte de una empresa, yo soy mi propia empresa. Estoy súper encantada, pero lo tenemos complicado. Ser autónomo es una fe que tenemos en nosotros mismos.

Pero no solo eso, en tu biografía de Instagram te defines como ‘post modelo’. Explícame este concepto.

Ser ex de algo, tiene una parte triste, melancólico, como negativo. Como cuando dejas a una pareja y eres ‘la ex’. Tiene unas connotaciones negativas. En cambio ‘post’, aunque significa lo mismo, para mi como que te coloca en una posición superior. La edad te ha dado un grado, la experiencia te ha dado un grado, puedes seguir ejerciendo, porque de hecho, yo sigo ejerciendo de modelo. No es carpetazo, ‘post modelo’ me define mucho mejor. Me he inventado un término (risas).

Y en esta época de ‘post modelo’, que te gusta más del mundo de la moda de ahora y que te gustaba más del mundo de la moda cuando tú empezaste.

De antes, que todavía quedaba un poco de purpurina y de glamur, uno todavía idealizaba. Hubo un momento que éramos más importantes que las actrices. Me parece lógico que las actrices recuperen ese estrellato, pero la profesión de modelo está pasando por un momento crítico. ¿Lo que más me gusta ahora? Que haya un abanico mucho más amplio de modelos de mujer, más diversidad. Un pensamiento crítico de ese modelo que se nos impuso a nosotras a nosotras en los años 80 y 90. Me gusta que nos podamos plantear qué se hizo bien y qué se hizo mal. Me preocupa mucho que tenemos a la juventud muy fastidiada con los cánones de belleza que nos hemos inventado. Me parece que es importante tener capacidad de crítica, de pensar y ayudarlas a pensar. Y eso, con las redes sociales, cada vez se da menos.

Has explicado en varias ocasiones, que te has sentido rechazada como modelo porque no cumplías con ese canon de belleza establecido.

Y yo lo aceptaba. Me decían, no das las medidas. Yo lo aceptaba y me apartaba. Pero era tremendamente cruel, como se nos ha tratado siendo pequeñas. Que estemos cuerdas es un milagro. Hemos tenido a una industria entera diciéndote que estás gorda. Y lo primero de todo, es que eso no tendría que ser un insulto y para nosotras era un portazo. Yo miro fotos ahora, y yo no estaba gorda. Por suerte, puedo mirar hacía atrás y decir, que duro lo que hemos pasado.

Lo que antes hacía una industria, ahora lo hace cualquiera con acceso a las redes sociales.

En eso tenemos que educar, no se puede permitir que las redes sociales den pasaporte a que cualquiera pueda opinar sobre el físico de otra persona. Todo lo que no puedas decir a la cara y se pueda solucionar en tres segundos, no se dice. Por ejemplo, se te ha caído un poco de máscaras de pestañas, no se dice. La sinceridad está sobrevalorada porque nunca sabes donde está la otra persona.