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Olivia Newton-John no se está muriendo de cáncer
El manager de la actriz ha desmentido que, debido al cáncer al que se enfrenta desde 2017, le queden “semanas de vida”.
El manager de la actriz ha desmentido que, debido al cáncer al que se enfrenta desde 2017, le queden «semanas de vida».
Olivia Newton-John no se está muriendo. Así lo ha aclarado su manager de Estados Unidos, Michael Caprio, al diario “The Daily Mail”, advirtiendo a aquellos medios que se han encargado de extender estos rumores sobre la salud de la actriz que “deberían tener fuentes más fiables en vez de leer los tabloides”. Una web de entretenimiento australiana, “Now to Love”, fue una de las que afirmaron que a Newton-John le quedaban semanas de vida, no meses, y que estaba tratando de aguantar hasta la boda de su hija, Chloe Lattanzi, que con 32 años se va a casar con James Driskill.
La protagonista de Grease está enfrentándose a un cáncer por tercera vez en su vida. En 1993 le diagnosticaron cáncer de mama que, a través de una mastectomía parcial y una cirugía, consiguió tratárselo. A raíz de esta experiencia y de su fortaleza a la hora de afrontarla se creó el Centro de Bienestar e Investigación del Cáncer Olivia Newton-John en Melbourne (Australia). Más tarde, en 2013, le detectaron de nuevo un cáncer, esta vez en el hombro, que afrontó de forma más silenciosa y al que se sumó el sufrimiento por la pérdida de Rona Newton-John, su hermana, quien murió por cáncer de cerebro en el mismo año. Ahora, la actriz australiana vive su tercer cáncer de mama, como el primero, por el que se vio obligada a posponer las fechas de su gira en Canadá y EEUU y al que, según anunció en mayo de 2017 prefería enfrentarse en silencio: “pensé “es mi vida” y por eso decidía llevarlo conmigo misma”.
Aunque Caprio ha desmentido que el cuerpo de Newton-John se esté apagando, la actriz sí ha confesado alguna vez su miedo a la enfermedad. “Mentiría si dijera que nunca he tenido miedo”, admitió en una entrevista el pasado mes de septiembre en “Sunday night”, “soy humana y tengo mis momentos”. Para contrarrestarlo, la actriz cuenta con el apoyo tanto de su familia como de la marihuana, un tratamiento contra el cáncer al que la actriz da mucha importancia y para quien es “una planta mágica y milagrosa”. Su hija, Chloe, cultiva esta planta de forma legal en una granja en Oregon, EEUU, así como su esposo, John Easterling, que ha estado cultivando para ayudar a que su esposa se recupere lo antes posible.