Alimentación

Gravar alimentos según calidad nutricional: la apuesta de la OMS para cuidar salud y medio ambiente

La OMS plantea una nueva generación de impuestos para combatir la mala alimentación y la obesidad, apostando por gravar el perfil nutricional completo de los productos en lugar de centrarse únicamente en ingredientes como el azúcar

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De esta forma, se pretende facilitar el acceso a una dieta equilibrada, especialmente para las familias con rentas más bajas.Europa Press

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto sobre la mesa una idea que busca cerrar el círculo en la lucha contra la mala alimentación: que los impuestos sobre los productos menos saludables sirvan para financiar la sanidad pública y abaratar la comida sana. Se trata de convertir la fiscalidad en una herramienta de salud pública con un doble efecto, desincentivando el consumo de alimentos perjudiciales mientras se generan los recursos necesarios para fomentar un estilo de vida más saludable entre la población.

En esencia, la propuesta de la OMS pasa por dar una vuelta de tuerca a las estrategias actuales. El organismo internacional aboga por un sistema dual que, por un lado, grave con tasas más altas los alimentos de peor calidad nutricional y, por otro, utilice subsidios para abaratar al mismo tiempo productos básicos y saludables. De esta forma, se pretende facilitar el acceso a una dieta equilibrada, especialmente para las familias con rentas más bajas.

Y es que la necesidad de actuar con contundencia se ve reflejada en las cifras. Las dietas deficientes se han convertido en una de las principales causas de obesidad y enfermedades no transmisibles en todo el mundo. En la Región Europea de la OMS, por ejemplo, tanto los riesgos derivados de una mala alimentación como un índice de masa corporal elevado son responsables, por separado, del 11 % de la carga de morbilidad, un dato que evidencia la envergadura del desafío. Esta situación ha llevado a una creciente búsqueda de soluciones para la pérdida de peso, como el llamado Ozempic natural sin pinchazos, cuya eficacia está bajo análisis.

Una doble estrategia para el consumidor y la industria

Para ello, el organismo propone abandonar la táctica de gravar un único nutriente, como el azúcar, por su impacto limitado. La nueva visión consiste en evaluar el perfil nutricional completo de cada producto, una idea que busca ser más justa y efectiva. Asimismo, la OMS desaconseja el uso de categorías ambiguas como «procesado» o «ultraprocesado» por las inconsistencias que presentan los distintos sistemas de clasificación.

De hecho, esta filosofía no es meramente teórica, pues ya existen experiencias en marcha en distintos países. Colombia, por ejemplo, ha introducido un impuesto progresivo a los alimentos con alto contenido en sal y grasas saturadas. México, por su parte, aplicó hace tiempo una tasa del 8 % a los alimentos considerados «no esenciales», lo que provocó una reducción del 5 % en las compras de estos productos, aunque estos solo representan una pequeña parte de la ingesta calórica total.

En última instancia, la OMS subraya que un sistema fiscal bien diseñado puede presionar a la industria alimentaria para mejorar sus productos. El objetivo final es doble: orientar a los consumidores hacia una cesta de la compra más saludable y, al mismo tiempo, incentivar la reformulación de productos por parte de los fabricantes, que se verían obligados a competir en un mercado que prime la calidad nutricional.