
Belleza
¿Sabías que durante el verano envejecemos más? Esto es lo que dice una dermatóloga
Te contamos qué errores solemos cometer, cuáles son las pieles más delicadas y la rutina perfecta

Todos hablamos acerca de cómo disfrutamos del verano a través de los mejores placeres, como rodearnos del mar salado, las charlas infinitas con amigas en el chiringuito de turno o, básicamente, dar el pistoletazo de salida a las vacaciones. Pero, ¿estamos hablando suficientemente sobre cómo debemos cuidar nuestra piel? Un tema de lo más relevante a tener en cuenta durante los 365 días, pero, sobre todo, durante los meses más cálidos. Y todavía tendrás más interés en mimarla cuando te enteres de que durante el verano envejecemos más rápido.
De acuerdo con el testimonio de la Dra. Rosa del Río, dermatóloga y responsable de la Unidad de Estética Facial de Grupo Pedro Jaén, estamos en una de las temporadas más agresivas para nuestra dermis. Algunos de los factores que favorecen el envejecimiento prematuro (un fenómeno que es evitable en buena medida) es el calor, la deshidratación, el cloro, el salitre, el aire acondicionado o los cambios bruscos de temperatura, entre otros. Pero, sobre todo, debemos poner cierta atención a la exposición intensa y prolongada a la radiación ultravioleta, puesto que aumenta la producción de radicales libres, es decir, elementos implicados directamente en la oxidación y el deterioro de la piel, como bien explica la experta. También, degrada el colágeno y la elastina favoreciendo la flacidez, aumenta las arrugas, provoca la aparición de manchas y daña el ADN celular incrementando el riesgo de cáncer cutáneo.
Qué errores cometemos al cuidarnos la piel en verano y cuál es la rutina perfecta
Cometemos varios errores al cuidarnos la piel en verano. No solamente porque no son buenos hábitos de acuerdo a los agresores externos, sino que no son adecuados para poner en práctica en estos meses, exactamente. Algunos de ellos incluso los hacemos en el día tras día, por lo que este artículo es toda una señal para dejar de hacerlos. "Usar fotoprotector solo en la playa o piscina o no reaplicarlo adecuadamente, usar un índice de protección demasiado bajo o dejar activos, como la vitamina C, por miedo a que salgan manchas", comenta la especialista. Sin ninguna duda, aunque debamos utilizar protectores solares durante todo el año, su buen uso en verano es de vital importancia dado a la exposición directa a los rayos UVB y UVA. Ante estos errores, también se suman introducir cambios en la rutina de cuidado facial sin consultar con el dermatólogo, lo que puede ocasionar el desconocimiento de la combinación de productos o ingredientes y, como consecuencia, tener reacciones.

Según Rosa del Río, la rutina de cuidado facial debe ser más o menos la misma que la del resto de año, pero adaptando las texturas de los productos al calor:
- Limpieza frecuente con productos suaves para retirar sudor, restos de fotoprotector, contaminación y cosméticos.
- Antioxidantes en la skin care de mañana.
- Fotoprotección diaria con SPF50 y reaplicada cada dos horas, sobre todo si estamos al aire libre, en la playa o la piscina.
- Reparadores en la skin care de noche.
- Exfoliación varias veces por semana para unificar la textura de la piel y renovarla en profundidad.
¿Cómo saber si el sol está pasando factura a nuestra piel?
"En cuanto la piel empieza a enrojecer, ya se está produciendo un daño visible, la rojez y el inicio de la quemadura solar, además del daño celular que no vemos. Si notamos tirantez, picor o descamación la piel nos está avisando de que necesita hidratación", comenta la dermatóloga. Podemos identificar el fotoenvejecimiento a través de falta de luminosidad, acartonamiento, arrugas, flacidez, manchas o textura irregular y todo ello puede ser una señal de que el sol está comenzando a pasar factura a nuestra piel. "Finalmente, el sol puede perjudicar en forma de lesiones nuevas o que cambian de aspecto, aunque eso debe ser valorado por un dermatólogo para determinar el motivo de esos cambios", recalca.
Las pieles maduras o sensibles son unas de las que más sufren durante el verano, por ello debemos cuidarlas con más mimo que nunca. "Como reforzar la hidratación con texturas ligeras, usar antioxidantes para neutralizar el estrés oxidativo, evitar exfoliaciones agresivas o productos demasiado irritantes o aplicar fotoprotector de amplio espectro e índice 50", recomienda la doctora en dermatóloga. Y, como sabemos, el aire acondicionado ayuda a que se deshidrate la piel, por ello, en los ambientes de este calibre debemos recurrir a brumas o humidificadores para refrescarla.
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