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El filósofo ante Miura

Antonio Miura, José Enrique Moreno y Fernando Savater
Antonio Miura, José Enrique Moreno y Fernando Savaterlarazon

La vigesimocuarta edición de los «Mano a mano» de Cajasol contó ayer con dos protagonistas singulares que hasta el momento eran inéditos en este tipo de encuentros: un filósofo y un ganadero. En un principio, estaba previsto que junto a Fernando Savater se sentaran Eduardo y Antonio Miura, aunque al final sólo este último pudo hacerlo, ya que su hermano no pudo comparecer por motivos leves de salud. El coloquio moderado por el periodista José Enrique Moreno llevaba por título «El toro y la filosofía», dos conceptos que han ido de la mano desde la Edad Contemporánea, pues el pensamiento ha reflexionado desde distintos planos sobre el hecho de la Fiesta. En esta ocasión, la idea era charlar sobre los aspectos éticos, disciplina de la que es experto Savater.

Fue el donostiarra quien rememoró en un principio de dónde le venía su afición, leve, por las corridas de toros, cuando su padre, granadino de nacimiento, compraba cuatro abonos que se repartían sus tres hermanos teniendo él siempre la suerte de tocarle «la faena buena de Ordóñez». No calaron tanto las corridas como las carreras de caballos, que se han convertido en su verdadera pasión, aunque reconoció que sí le ha gustado ir a ellas «en grupo». Todo lo contrario que Antonio Miura, que recordó que su familia lleva desde 1842 dedicada a la cría de toros y que esta dedicación ha pasado de padres a hijos. Un sentimiento que se mantiene con su hermano, ya que pese a que son dos las personas que llevan la ganadería, tienen el mismo modo de actuar. «Somos de la misma forma de pensar y sólo con mirarnos nos comprendemos perfectamente», contó mientras recordaba el triunfo de Miura en la pasada Feria de Abril. Un hecho muy importante que vivieron «con gran emoción porque es nuestra tierra y siempre queremos que sea la mejor corrida, la verdad es que en esta ocasión hemos tenido mucha suerte».

En ese momento del diálogo, Savater respondió al conductor del encuentro que no era su intención hacer una defensa férrea de la Fiesta ante los antitaurinos, sino mostrar algunos postulados e ideas éticas utilizados por estos de manera errónea. Un planteamiento utilizado en su último libro «Tauroética», en el que pone de manifiesto que no se trata de un espectáculo con crudeza sino crudo, donde «las cosas pasan de verdad». Una postura que «es entendible que no le pueda gustar a todo el mundo», pero que dista mucho de convertirse en la explicación para justificar su prohibición. De este modo, aseguró que el toro es «una obra de arte realizada a través de los siglos por el hombre a través de la cría», por lo que cuando hablan de maltrato no se puede mantener este postulado porque ha sido criado para eso. Ahondó el filósofo sobre la moralidad, una cuestión que le preocupa mucho «desde un punto de vista teórico ya que coarta la libertad individual de las personas, además de la histórica de nuestro país, pues los toros han formado parte de ella desde hace siglos», aseguró Savater, que contó que sus colegas anglosajones sí tienen más prejuicios a la hora de hablar sobre este tema debido a que su «pensamiento se inserta en el universo de Walt Disney», donde los animales hablan y tienen sentimientos. Una humanización que ha calado «en la sociedad española».

Para Miura, la filosofía del toro es más directa que las elucubraciones éticas. «El toro tiene que embestir, más allá de lo que le guste a la gente. Es cierto que tiene que hacerle pasar un poco de fatigas al torero, pero tiene que embestir, si no lo más lógico es cerrar el quiosco», confesó este hombre que trata de mantener un tipo de toro original, que se conoce con sólo salir a la plaza, que «no sea tonto o bobalicón». Un ajuste del animal que ha ido evolucionando conforme cambiaba la Tauromaquia, ya que antes el toreo a pie tenía menos importancia y «se ha ido adaptando a los derroteros por los que han ido las corridas. Si los toros toman un derrotero ese derrotero hay que seguirlo». Pureza, compromiso y seriedad, quizás ésa sea la clave de la filosofía de Miura. Una ganadería mítica que vive «gracias a una artesanía, una manera de entender el mundo que hoy no se entiende», concluyó Savater.