Enrique Miguel Rodríguez

La pasión controlada

«A mí se me han abierto las carnes de gozo al conocer que el himno oficial del proyecto español será un pasodoble»

El proceso independentista de Cataluña ha servido para recuperar el sentimiento patriótico en otros puntos de España
El proceso independentista de Cataluña ha servido para recuperar el sentimiento patriótico en otros puntos de Españalarazon

El jueves les conté cómo el patriotismo y la pasión controlada por el márketing pueden dar buenos resultados económicos y de imagen en el caso de Marta Sánchez, si mi fabulación se acerca a la realidad. Pero la cosa va de himnos. Estos días hemos tenido noticia de que el Ministerio de Defensa y el de Educación ultiman un acuerdo por el cual en las escuelas habrá una asignatura opcional que se denominaría «Conocimiento de la seguridad y la defensa», con el fin de fomentar la cultura y la conciencia de la defensa. El proyecto me parece perfecto. Hasta hace tres décadas el servicio militar obligatorio cubría este conocimiento, aunque quizás con excesivo tiempo. Pero cierto es que algo conviene hacer para tener un mínimo de conocimientos sobre la materia. No tiene sentido que la población solo conozca que los militares son unos hombres y mujeres que están por diversos países del mundo sin saber muy bien el porqué y que una vez al año hacen un desfile en Madrid que presiden los Reyes. El presidente francés ha sorprendido ha todos con la idea de volver al servicio militar obligatorio para mujeres y hombres, pero sólo de un mes, para que la población conozca debidamente el quehacer diario de un estamento que garantiza la seguridad del país y, aunque pueda parecer un contrasentido, también la paz. Me he puesto trascendental y no es postura para un domingo. A mí se me han abierto las carnes de gozo al conocer que el himno oficial del proyecto español será ese pasodoble compuesto hace un siglo y que brillantemente ataca con tan retrechera letra: «Allá por tierra mora, allá por tierra africana, un soldadito español de esta manera cantaba. Como el vino de Jerez y el vinillo de Rioja, que son los colores que tienen la banderita española». Pero condición indispensable, que se elija la versión de pasodoble tan patriótico como el de la simpar Marujita Díaz. Yo he visto plazas de toros en pie dando vivas a España, mientras Maruja desfilaba cantando «Banderita». En otra ocasión, en un acto en el Cuartel General del Ejército estaba nuestra artista invitada y el director de la banda le pidió que cantara el famoso padodoble. Marujita no se lo pensó y al ritmo de tambores y trompetas nos llevó a entender los colores de nuestra bandera. Tal emoción formó que temí que terminara el acto repartiendo armas entre los asistentes. Ya me imagino a los alumnos y alumnas de Primaria cantando la «Banderita» y desfilando al ritmo de pasodoble con el fondo de la voz de Maruja Díaz. Por cierto, esta nueva asignatura, aunque sea por el 155, tiene que ser obligatoria en todo los colegios de Primaria catalanes. Les aseguro que sería un gran éxito. Si hace falta meter en la letra una mención a los cavas catalanes, se hace y todos tan contentos.

No me gusta dejarles los domingos sin una referencia de las revistas. Paula Echevarría no declara nada, pero tampoco niega nada sobre el que parece ser su nuevo amor o solo su nueva pasión. Ya saben, el jugador de fútbol Miguel Torres, que es como su apellido, una torre esplendorosa. Paula lo único que ha dicho del muchacho es que es más guapo por dentro, lo que no sé si se refiere a una vez que se quita la ropa, que en invierno es mucha. Si es así, no tengo la menor duda de la afirmación de la actriz. Es de los que desnudo gana mucho. Pero me temo que se refiere a eso tan cursi y tonto del interior del cuerpo, que por cierto es un horror, con lo fácil que es hablar de las buenas calidades que posee, en su trato, en su bondad, en su educación... Claro que, retorciendo posibilidades, puede que se refiera a eso por dentro que en plena pasión se experimenta. Me contengo que es un día familiar.

Siguiendo con parejas, la formada por Marta Ortega –ya saben, la hija y heredera del emperador de Zara, que debe estar desolado, ha bajado en el ráncking al sexto más rico del mundo–, y el empresario –¿de qué?, se preguntan las cabezas maliciosas– Roberto Torretta refleja en gran portada de «¡Hola!» que han sido invitados a la gala de los Oscar. Claro que lo suyo les ha costado: uniformar a varios cientos de empleados de tan gran evento. Esa esponsorización bien vale dos tarjetones de invitados VIP. No sé si será por la benéfica lluvia, pero que termina siendo muy aburrida, que hay personas que las cabecitas las pierden en una cena. Una conocida dama comentó cómo al novio de la Zarina de Zara no le habían dado el Oscar al «braguetazo» de la década.