Política

Sor Teresa de los pobres

La líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez / Foto: Manuel Olmedo
La líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez / Foto: Manuel Olmedolarazon

Recién vuelta al tajo tras su alumbramiento y baja por maternidad, Teresa Rodríguez retoma la actividad parlamentaria con su pretensión de renunciar a alguna de las muchas bicocas que conlleva su condición de diputada. Quiere, y con buen criterio no lo permite el reglamento, devolver las dietas que legal pero abusivamente perciben sus señorías hasta cuando comen en su casa por hallarse con sus asuntos particulares, lo que da una idea de cuán ancho es el embudo con el que mide la clase política sus privilegios. No abandonan, ni siquiera en situaciones extremas, los comunistas su vicio de considerar que está el dinero mejor en las manos de la Administración que en los bolsillos de los contribuyentes, aunque sean los suyos propios, y de esta desconfianza hacia los ciudadanos surge toda la teoría del Estado providencial que la nueva izquierda –y también la vieja derecha– esgrime para intervenir sin freno en nuestras finanzas, nuestro ocio e incluso en nuestras braguetas. No quiere, o sea, esta sedicente antisistema los 8.640 euros que le hemos aflojado en estos meses de primera crianza porque lo que pretende es manejar, vía presupuestos, esa cifra multiplicada por un millón; que ya se encargará de confiscárnoslo con la ayuda de los muy sistemáticos funcionarios de la Agencia Tributaria y, si se encarta, de los juzgados. Le sugeriría un centenar de instituciones a las que podría donar ese dinero, que seguro que así sería mejor gastado que por los manirrotos gestores partidarios. Por supuesto, previa tributación de la parte correspondiente... Cierta progresía confundida piensa que los servidores públicos se deben al voto de pobreza, como los monjes trapenses, pero deben aprender que el gasto rumboso de los particulares activa la economía más y mejor que el estatalismo bolivariano.