Relevo en la Junta

Susana Díaz, presidenta con los votos de PSOE e IU

La socialista Susana Díaz logra la confianza del Parlamento gracias a los votos de PSOE e IULV-CA y tras un debate protagonizado por la corrupción y la idea de fraude

El popular Juan Ignacio Zoido saluda a Susana Díaz, tras obtener ésta la confianza de la Cámara andaluza
El popular Juan Ignacio Zoido saluda a Susana Díaz, tras obtener ésta la confianza de la Cámara andaluzalarazon

Sevilla- Susana Díaz se convirtió ayer en la primera presidenta investida de Andalucía tras obtener la confianza de 58 diputados de PSOE-A e IULV-CA, frente a los 48 votos a voz alzada en contra pronunciados desde la bancada del PP-A. La socialista podrá así sumar el sillón de San Telmo a su mochila institucional, llena hasta ahora de unos 16 meses al frente de la Consejería de Presidencia (2012-2013) y su etapa en el Ayuntamiento de Sevilla como concejal primero (1999-2003) y teniente de alcalde después (2003-2004).

¿Será su nuevo camino como sucesora de Griñán pródigo en resultados? Habrá que esperar para comprobarlo. De momento, en la segunda jornada de «su debate de investidura», como ella misma recalcó en algún momento tras las continuas alusiones a su predecesor, el presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, rechazó que Díaz suponga una ruptura de la Junta frente al fraude de los ERE ni que «represente» la regeneración democrática o el modelo de crecimiento que la región «necesita».

En su intervención, el dirigente popular negó que Díaz pueda enarbolar la bandera del cambio o del combate contra la corrupción, pese a haber realizado, según la socialista, «la propuesta más valiente de lucha contra» esa lacra que «se ha escuchado en esta tribuna del Parlamento».

Tampoco puede, a juicio de Zoido, encarnar una transición «histórica», cuando lo que ha protagonizado es «un traspaso de poderes», con la consiguiente «estafa a los andaluces».

«Hace un alarde del cambio quien estuvo siempre al lado del que ha salido huyendo sin resolver el problema del paro y acorralado por la corrupción», lamentó Zoido, para quien la investidura de Díaz «es legal, pero de dudosa ética política». Desde esa óptica, el líder popular quiso dejar sentado que Griñán «no se va de forma voluntaria ni generosa», como mantienen los socialistas, sino que «ha dimitido acorralado por la corrupción» y que con él, «sólo se va él». «Queda –mantuvo– el modelo viciado del PSOE con el que han gobernado ustedes durante años la Junta. Chaves le traspasó el poder a Griñán y éste a su candidata, y todo continuó igual. Ahora Griñán le pasa el testigo a su candidata y, mucho nos tememos, que todo vaya a seguir igual», argumentó.

Zoido echó en cara también a Díaz que no mencionara el «caso ERE» en su discurso de investidura del pasado miércoles. En ese sentido, llegó a preguntarse: «¿Cabe más farsa que no hablar de los ERE cuando es lo que le ha permitido a usted venir a esta legislatura?», le espetó.

El presidente del PP acusó también a la socialista de haber gestado con Griñán hace más de un año la sucesión que ahora se escenifica tras la «huida» del primero. «¿Hasta cuándo piensan ustedes seguir usando el procedimiento de la sucesión?», inqurió, para poner en duda los argumentos dados por el presidente saliente como justificación de su marcha. Con todo, el popular aseveró más tarde estar «asistiendo» a «un fin de ciclo», a «los últimos coletazos» del socialismo andaluz y que el actual proceso de relevo sólo «va a conseguir una cosa: alargar la agonía». «Como en todos los regímenes, cuanto más largos son, más daño hacen», llegó a lanzar para confirmarle a Díaz que su Grupo Parlamentario no iba a «otorgarle» su confianza.

Respecto a la hoja de ruta del nuevo Gobierno esbozada el miércoles por Susana Díaz, el presidente del PP-A fue rotundo. «Todo lo que prometió ya lo habían prometido e incumplido sus antecesores, aquéllos con los que usted ha colaborado tanto en el PSOE como en el Gobierno de la Junta». «Cómo si acabara de llegar», ironizó.

En relación a la transparencia por la que aboga la presidenta investida le instó a comprometerse en el plenario a facilitar a su Grupo «los 600 expedientes con sus copias y respuestas que nos han negado de asuntos como los ERE, Invercaria, Bahía Competitiva, los fondos de formación y tantos escándalos que vienen ocurriendo en las ocho provincias andaluzas».

«Y no estaría mal –sumó– que buscara los casi 1.500 millones de euros que se han dilapidado de los trabajadores que están en paro», en alusión de nuevo al caso que investiga la juez Alaya, «para reintegrarlo a las arcas públicas». Se refirió en concreto al grupo de medidas adelantas por la socialista en torno a la Cámara de Cuentas para reprocharle el que no «dijera nada nuevo para controlar más y mejor a la Administración, sobre todo, después de haberse expoliado el fondo de los parados con la trama de los ERE», recalcó el popular.

En opinión de Zoido, el «único camino de esperanza» para la comunidad «pasa por unas elecciones autonómicas» que el PP-A «no teme». Es más, aconsejó a PSOE e IU, que «si quieren el respeto de los andaluces», exijan a Díaz que «su primera decisión como presidenta de la Junta sea convocarlas». «Si no lo hace –apostilló– será una presidenta que ha sido elegida por 21.000 firmas de militantes socialistas en una comunidad autónoma donde viven más de ocho millones de ciudadanos», remató.

En su turno, Díaz reconoció no ser «la candidata del PSOE en las elecciones», pero se la devolvió al popular al matizar, «pero usted tampoco», dado que Zoido relevó a Javier Arenas a las riendas del PP andaluz tras el pacto de Gobierno entre PSOE e IU.

Y fue más allá en su revés: «Ha pedido elecciones cuando ni siquiera ha tenido capacidad para presentar un candidato a esta Cámara», deslizó. «No ha encontrado a ninguno de los 50 diputados que forman su Grupo Parlamentario con capacidad suficiente para presentarlo a los andaluces», golpeó quien más tarde le urgiría a resolver «cuanto antes» el «problema de interinidad que tienen en sus filas».

Le recriminó, asimismo, la incongruencia que supone haber estado más de un año pidiéndole a Griñán que se marchara y criticarlo por hacerlo.

«El PP no tiene la mayoría suficiente para dar estabilidad a Andalucía y la mayoría de esta Cámara es de izquierdas», le recordó a Zoido, quien está al frente del partido más votado en los últimos comicios, pero que no suma más diputados que socialistas e izquierdistas.

La inminente presidenta recogió también el guante de su omisión de la palabra ERE en su discurso del día anterior. Aclaró que no puso «adjetivos» ya que «hablaba de toda la corrupción, afectara a quien afectara y se llamara ERE, Gürtel, o como quisiera». Tras criticar que el PP use ese asunto para «intentar aniquilar al contrario», insistió en que «luchará con todas sus fuerzas» y será «implacable contra la corrupción».

Echó un nuevo pulso a Zoido al comentar que se iba del plenario sin conocer la postura de su Grupo sobre sus propuestas e invitarle a autentificar ante notario las cuentas de «los últimos diez años» de sus partidos con un destino: la Cámara de Cuentas. Le invitó además a presentar el lunes la declaración de la renta y de bienes de ambos y de sus respectivas parejas, para que los sigan «el señor Arenas y Griñán, que fueron los que concurrieron a las elecciones», y dar «ejemplo desde Andalucía». En la cotrarréplica, Zoido apuntó que las cuentas del PP, además de encontrarse en el Tribunal de Cuentas «están filtradas».

Superado el trámite parlamentario, Díaz ultima la conformación de su «audaz» Ejecutivo del «nuevo tiempo».

Toma de posesión alcanzada al calor del PSOE

La trayectoria política de Susana Díaz se ha labrado en clave orgánica, al amparo del PSOE-A, partido en el que ha ocupado distintos cargos. Aún ostenta la Secretaría General de Sevilla. Mañana tomará posesión como presidenta de la Junta y a la cita se espera que no falten compañeros de siglas como el secretario general de los socialistas, Rubalcaba, quien ayer la felicitó a través de Twitter, o Zapatero. Se prevé también la asistencia de ministros como Montoro o Báñez. A quien no se espera es a su rival en las primarias, Rodríguez Salas, quien admitió en las redes no haber sido invitado a la investidura.