Cataluña

Un tiro en el pie y algunas balas perdidas

Cristina Cifuentes, ayer a su llegada a la Convención Nacional del PP
Cristina Cifuentes, ayer a su llegada a la Convención Nacional del PPlarazon

La presentación esta semana del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) allanó el camino para que el PP andaluz pudiera reivindicar el papel del Gobierno respecto a Andalucía en contra del discurso continuo del «maltrato» que el Ejecutivo de Susana Díaz lleva a todos los terrenos: financiación, reforma laboral, fondos para el empleo o dependencia. Frente al recorte de un 36 por ciento de inversiones en las cuentas actuales, las de 2018 fijan un montante total para la región de más de 1.600 millones de euros, lo que supone un incremento del 24 por ciento. Conscientes de que los datos no eran malos, sobre todo teniendo en cuenta los precedentes, dirigentes del PSOE y de la Junta, con Susana Díaz a la cabeza, salieron en tromba por tierra, mar y aire calificando la situación de atropello. Incluso Susana Díaz recurrió a llamar a capítulo a San Telmo a los máximos representantes de los sindicatos y de la patronal para que ejercieran de avanzadilla. Y así fue. «Andalucía se merece tener mejor suerte y mejor atención», dijo en la sede de la presidencia de la Junta el jefe de filas de la patronal, Javier González de Lara. El PSOE, sin embargo, no ha tenido que afanarse demasiado en el empeño. Un nuevo tiro en el pie y alguna bala perdida han hecho el resto. La Convención Nacional del PP ha sido más la Convención del máster de Cifuentes que la que debía refrescar el mensaje del partido y, de paso, dar un empujón al proyecto de Juanma Moreno y su equipo, que se pueden enfrentar a unas elecciones autonómicas más pronto que tarde.

No es la primera vez que ocurren unas circunstancias parecidas. La Intermunicipal del PP que se celebró en Almería en enero de 2013 acabó convirtiéndose también en la intermunicipal de los papeles de Bárcenas y del dinero «exiliado» en Suiza. En pleno cónclave, como ahora, se produjo la detonación mediática y adiós la fiesta. No obstante, Mariano Rajoy se mostró ayer convencido de que el PP atravesará la tormenta sin que ésta doblegue a un PP que ha cambiado la gaviota por el símbolo resistente de la encina. «Esta formación sigue aquí, sigue en forma y está preparando las elecciones municipales, autonómicas y europeas. La batalla la volveremos a ganar. Se van a quedar como siempre con un palmo de narices». Algunos alcaldes andaluces no muestran tanto optimismo a pesar de que por ahora le vayan saliendo las cuentas: «Llegas a un distrito y la gente de lo único que te habla es del máster de Cifuentes. Este clima general afecta aunque no dependa de nosotros. Es incontrolable». La maquinaria electoral está en cualquier caso activada. El equipo de Juanma Moreno se prepara para elecciones en septiembre –si se convocan en julio– o a finales de noviembre –si la escenificación con Ciudadanos es a la vuelta de verano por la negociación frustrada de los Presupuestos–. Las andaluzas serán el primer gran ensayo electoral tras el asalto al poder de Cs en Cataluña.