Valladolid

Fiesta vallisoletana en Valencia, con triunfo «quesero» en la final copera ante El Salvador

El VRAC Quesos Entrepinares vence 16-20 a su eterno rival en un igualado partido y logra su cuarta Copa del Rey

Los jugadores del VRAC Quesos Entrepinares celebran el campeonato conseguido
Los jugadores del VRAC Quesos Entrepinares celebran el campeonato conseguidolarazon

El VRAC Quesos Entrepinares se proclamó ayer brillante campeón de la Copa de Su Majestad el Rey de rugby -la cuarta en su historia y la primera que logra ante su eterno rival, el Silverstorm El Salvador, de las cuatro en las que se han enfrentado-, en un partido que se disputó en el estadio Ciudad de Valencia, donde juega sus partidos de fútbol el Levante Unión Deportiva, con cerca de 15.000 seguidores.

Una buena entrada para un partido de rugby, la mayoría de seguidores vallisoletanos de ambos equipos que se desplazaron hasta la capital valenciana, pero no suficiente para llenar las gradas, que sí se hubieran abarrotado en caso de haberse jugado la final en Valladolid, como en 2016, donde, con 22.000 espectadores, se logró el récord en toda la historia del rugby español.

Los queseros consiguieron un merecido triunfo, cimentado sobre todo en defensa y en su superioridad en las melés, pero también en un inicio de partido arrollador (vencían 0-10 en los primeros nueve minutos gracias a un ensayo de Mateu con transformación de Griffiths y un golpe de castigo de este último), que hizo daño en El Salvador.

Pese a ello, los colegiales supieron reaccionar antes del descanso (10-13) con dos ensayos casi seguidos de Wozniak y Junior, e incluso llegaron a empatar el partido gracias al golpe de castigo transformado por Katz a poco de comenzar la segunda parte.

Pero no fue suficiente para doblegar a un VRAC que, con un nuevo ensayo obra de Gavidi cinco minutos después, transformado por Griffiths, el máximo anotador del encuentro, dio la ventaja definitiva al VRAC de siete puntos. Un golpe de castigo del colegial Katz apenas dos minutos después acercó de nuevo a El Salvador (16-20) en el marcador, que ya no se movería. El conjunto quesero que dirige Diego Merino apretó los dientes en defensa y supo aguantar mejor la presión y la ansiedad para llevarse finalmente el partido ante un «Chami» que no dejó de intentarlo hasta el final. El VRAC supo también controlar mejor que su rival la dificultad añadida del fuerte viento reinante durante la mañana, y que condicionó el juego, especialmente en los lanzamientos a palos.

Fiesta vallisoletana en Valencia, con presencia también de las máximas autoridades de la capital y provincia vallisoletana. El alcalde Óscar Puente, fiel seguidor al deporte del oval, siguió el choque desde las gradas junto a los aficionados, mientras que el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, hizo lo propio desde el palco junto a los presidentes de ambos clubes, José María Valentín Gamazo (VRAC) y Juan Carlos Martín (El Salvador). Y fiesta también en Valladolid, donde los seguidores de ambos clubes siguieron con pasión el encuentro desde el café La Central, sede de El Salvador, y el bar restaurante El Barco, sede del VRAC Quesos Entrepinares.

Y es que Valladolid vive como ninguna otra ciudad en España el rugby, ya que cuenta con dos equipos de elite y existe una enorme rivalidad, pero sana, de respeto y compañerismo. Las palabras del entrenador del Silverstorm El Salvador, Juan Carlos Pérez, al acabar el partido lo dice todo: «El VRAC ha sido mejor y justo vencedor de la final».

El VRAC se saca una espina en las finales contra El Salvador que, aún así, cuenta con siete Copas del Rey, tres más que los queseros. Lo mejor de todo es que el rugby vallisoletano sigue reinando en España.