Valladolid

Miles de personas enriquecen sus vidas a través de la Universidad de la Felicidad

Con sedes en Salamanca y en Valladolid, el centro también apuesta por fomentar la creatividad y motivar a los asistentes.

En la imagen, uno de los cursos que se realizan en la Universidad de la Felicidad en Salamanca.
En la imagen, uno de los cursos que se realizan en la Universidad de la Felicidad en Salamanca.larazon

Con sedes en Salamanca y en Valladolid, el centro también apuesta por fomentar la creatividad y motivar a los asistentes.

¿Se puede aprender a ser feliz? Ésa es la máxima que persigue la Universidad de la Felicidad de Salamanca, que inició su andadura en el año 2012 de manos de Montse Hidalgo, y que ya se ha expandido a Valladolid, Madrid y Barcelona. Un centro, que amplió sus instalaciones el pasado año -el de la capital salmantina-, y por el que han pasado durante este tiempo miles de personas para participar en distintos cursos o ciclos formativos.

«La idea surgió de un viaje que realicé a Tailandia», confiesa su fundadora a LA RAZÓN. «Mi objetivo es que toda la información que tenía, con años de investigación, se pudiera ofrecer de manera reglada».

«Ser es feliz es posible y trabajamos en distintas técnicas para ayudar a conseguirlo a las distintas personas que acuden a nosotros», señala, y para ello es importante tanto fomentar la creatividad como motivar a los asistentes a los diferentes cursos.

Desde el centro se ofrece un Master en Coaching e Inteligencia Emocional y Formación de alto impacto, que ya acumula diez promociones, además de realizar seminarios tanto para empresas como para ciudadanos.

«Intentamos ayudar a la gente a reiventarse. A nosotros acuden personas con una autoestima baja, deprimidas, estudiamos sus casos y a partir de ahí les tratamos de dar la mejor solución». Hijos que traen a padres y viceversa, que están viviendo una crisis vital por alguna circunstancia personal, parejas que están atravesando una mala situación, o personas que no están a gusto en su trabajo son algunos de los «·clientes» de la Universidad de la Felicidad, que acuden a ella «con la esperanza de retomar la ilusión de nuevo», señala Montse Hidalgo, que hace dos años recibió el Premio «Estrella de Oro» a la Excelencia Profesional.

Impactar positivamente los resultados de organizaciones, equipos e individuos a través de transformar a los profesionales en personas proactivas y responsables, emocionalmente inteligentes y con creencias capacitadoras para asumir retos o apoyar el crecimiento de organizaciones, equipos y personas, facilitando el cambio duradero y movilizando sus recursos para expandir sus habilidades y talento, son dos de los principales objetivos que se persiguen desde la Universidad de la Felicidad.

Otra de las ideas que se pretende desde el centro es el de fomentar el emprendimiento, dar un nuevo empuje a las personas para que apuesten por el proyecto que quieren llevar a cabo. «Ser emprendedor no es fácil. Hay que hacerlo con tiempo, paso a paso para alcanzar la meta. Y eso es lo que te lleva al éxito, saber llegar a dónde quieres ir. Hay que tener pasión y perseverancia», asegura Montse Hidalgo, quien añade también que la sociedad española «no es muy infeliz» pero que aveces no pone las herramientas necesarias para encontrar esa felicidad.