Música

Salzburgo

Anna Prohaska, amor barroco

La anunciada como la «nueva Netrebko» debuta en España en Torroella de Montgrí en un recital en el que cantará de Purcell a Scarlatti o Cavalli

Anna Prohaska, amor barroco
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La época de las grandes divas de la ópera puede haber acabado, pero desde luego siguen naciendo estrellas fulgurantes. Una de las últimas es Anna Prohaska, joven soprano que de Baremboim a Salzburgo ha enamorado a todo el mundo y ha conseguido en poco más de un lustro ser uno de los nombres más repetidos del universo lírico. ¿Por qué? Porque aúna tres virtudes que juntas convierten a un buen cantante en estrella. Primero, un talento asombroso, del que todo nace, por supuesto. Segundo, inteligencia en su discurso y una asombrosa capacidad comunicativa. Y tercero, una belleza fuera de toda duda, al que se añade una capacidad natural para coquetear y seducir a los focos y las cámaras. Un tres de tres imbatible.

El Festival Torroella de Montgrí, que este año ha puesto el énfasis en las grandes voces, acoge este jueves 6 de agosto la primera aparición en España de esta fulgurante estrella, a la que muchos han querido bautizar como «la nueva Netrebko» y eso ya es mucho decir. Vendrá para cantar un repertorio barroco poco interpretado hoy, con arias, cantatas y canciones de John Dowland, Henry Purcell, Tarquinio Merula, Barbara Strozzi, Giovanni Felice Sances, Francesco Cavalli, Salomone Rossi y Domenico Scarlatti. El amor será el denominador común de los diferentes temas escogidos, acompañada por el Ensemble Arcangelo dirigido por Jonathan Coe. ¿Ha cambiado el amor desde el siglo XVII? Ella lo ha comentado muchas veces. «Hoy tratamos de explicarnos a través de la ciencia qué es el amor, atribuyendo el enamoramiento a la química, a los olores corporales, etc. Creo que no hemos avanzado mucho, no se diferencia demasiado de la explicación medieval del amor, la del elixir de amor» señalaba Prohaska nohace mucho.

Si a alguien puede decirse que lleva la lírica en la sangre sería a esta soprano alemana, bisnieta del compositor Carl Prohaska y nieta, hija, sobrina y hermana de directores de orquesta y cantantes. Su voz es rica en matices, clara y transparente. Si a esto le añadimos una extraordinaria confianza en sus posibilidades, encontramos a una soprano versatil y llena de hallazgos valientes. Es conocida como la reina del barroco, pero en su repertorio cabe desde el clasicismo al contemporáneo. «Me fascinan los primeros compositores barrocos, sobre todo Cavalli, pero mi gran amor siempre será Purcell», comentaba Prohaska en la presentación de una de sus ya múltiples grabaciones, el disco «Behind the lines».

Enamorada del heavy

Nacida en 1983, en su infancia, en una granja familiar cerca de Salzburgo donde pasaba los veranos, conoció a Jessye Norman, Claudio Abbado y otros grandes, con lo que se puede decir que ha aprendido de los mejores. Sin embargo, cuando quiere desconectar del mundo clásico, ella lo tiene claro, prefiere el heavy metal. Le encanta Ramstein, la ciencia ficción, fue una adolescente gótica, y su amor por todo lo melancólico y dramático se ha traducido en su carrera. «Soy una obsesiva de lo que me gusta», comentaba en un programa de cocina alemana, lo que delata sus capacidades polifacéticas. Su estreno en España es todo un acontecimiento.

Paralelamente, Torroella acogerá esta semana al dúo formado por el contrabajo Dave Holland y el pianista Kenny Barron, en un ensemble que va del be bop al jazz de vanguardia deconstruyendo standards hasta cotas increíbles. Esto será mañana en la plaza de la Llevantina. El sábado le tocará el turno a la soprano Julia Doyle, que vendrá acompañada por el grupo The King’s Consort, dirigida por Robert King. El gran barroco para despedir la semana.