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Así acosan los independentistas a una joven que retira lazos amarillos en un pueblo de Gerona

Mientras la chica retira la parafernalia soberanista en Quart (Gerona), varios vecinos se acercan a recriminarle su actuación mientras la graban en vídeo

Así acosan los independentistas a una joven que retira lazos amarillos en un pueblo de Gerona
Así acosan los independentistas a una joven que retira lazos amarillos en un pueblo de Geronalarazon

20 de diciembre, víspera de las elecciones autonómicas catalanas. Municipio de Quart, a las afueras de Gerona, núcleo duro del independentismo más recalcitrante. JxCat, el partido del gerundés Puigdemont gana con el 40,12% de los votos, seguido de ERC, con el 21,05%. Junto con el 5% de la CUP, aquí el soberanismo obtiene el 65% de los sufragios. Los votantes de Ciudadanos y del PP no llegan a medio millar. Y, sin embargo, ahí aparece ella. Lo recoge la web Dolça Catalunya. Una joven llega al puente de la avenida de la Bóbila que pasa sobre la riera del Celrè y comienza a cortar las decenas de lazos amarillos que “adornan” las barandillas.

Inmediatamente llegan a su lado un grupo de vecinos del pueblo y empiezan a acosarla. “Toda Cataluña te vera, toda”, “¿ésta es la democracia y el respeto al trabajo de los otros?”... “Ahora llamadme facha”, responde ella. “No hace falta, te estas retratando tú misma”, “tú misma ya lo demuestras”, le responden. “¿Te paga alguien para que hagas esto?, le preguntan, al tiempo que cada vez se va acercando más gente y sin dejar de grabarla en vídeo”. “En absoluto”, responde ella, que en ningún momento pierde la calma ni la tranquilidad, ni dice una palabra más alta que otra. ¿Entonces, trabajas para el ayuntamiento?, ¿eres barrendera ahora, o qué?. ¿Haces que me entren ganas de volver a colgar más”, le insisten. Ella ni se inmuta y en ningún momento deja de cortar los lazos.

“Estos lazos están ahí porque hay gente que no puede celebrar la Navidad”, le dicen. “Cada uno debe correr con las consecuencias de sus actos”, contesta y lo siguiente ya suena a amenaza: ¿Ah, sí?, Pues mira, ¿quieres correrlas tú?”, le espeta uno. “¿Y tú?, ¿qué estás haciendo tú?, ¿quieres correr tú con las consecuencias?, ¿quieres que llamemos?”, dice otro. Y así siguen, mientras ellas, como si nada, sigue cortando lazos uno tras otro hasta que no deja ni uno en la barandilla.