El desafío independentista

De los bolsillos llenos del PNV a las manos vacías del PDeCAT

Los neoconvergentes pasan inadvertidos en la negociación de las cuentas del Estado, mientras el PNV logra una reducción del Cupo vasco

En la imagen, el portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano
En la imagen, el portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzanolarazon

Los neoconvergentes pasan inadvertidos en la negociación de las cuentas del Estado, mientras el PNV logra una reducción del Cupo vasco.

El proceso independentista ha invalidado al nacionalismo catalán en Madrid. Los 17 diputados que suman ERC y la nueva Convergència –PDeCAT– en el Congreso de los Diputados han dejado manifiesta evidencia de su escasa influencia y su incapacidad para obtener provechos para Cataluña en el escenario político español, en contraposición con el pragmatismo exuberantemente fértil de los cinco escaños del PNV. Esa es la radiografía que se puede trazar después del suculento dividendo que han obtenido los nacionalistas vascos a cambio de apoyar los presupuestos generales del Estado de 2017: reducir a la mitad el cupo vasco –que es el dinero que Euskadi paga al Estado por competencias no transferidas como Defensa o Asuntos Exteriores–.

Sobre esta idea profundizó ayer la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, que comparó la actitud colaborativa y efectiva del PNV con la del gobierno catalán –compuesto por ERC y PDeCAT–, sumido en la aventura separatista y alejado de cualquier atisbo de talante pactista. Así, se refirió a los nacionalistas vascos como «buenos dirigentes» que «trabajan en beneficio de sus ciudadanos», mientras que la Generalitat «no negocia ni pelea por obtener unas ventajas ni unas mejores inversiones».

En este sentido, Levy apelaba a la tradicional postura cooperativa de los convergentes con España y que se ha traducido en considerables réditos para Cataluña, como las mejoras en el sistema de financiación o la Ley de política lingüística de 1998 para blindar la «inmersión». Para ello, y con la voluntad de recuperar la sintonía que en materia presupuestaria ha existido habitualmente entre los neoconvergentes y el PP, la vicesecretaria popular aseguró que su partido está dispuesto a negociar las enmiendas con el PDeCAT. «Si quieren mejoras para Cataluña, ahí estará el PP», aseveró Levy en una entrevista en RNE. En este punto, verbalizó la disposición del Gobierno para entenderse con la Generalitat y puso como ejemplo la coordinación con la que se están empleando, junto al Ayuntamiento de Barcelona, para atraer a la capital catalana la Agencia Europea del Medicamento.

Con este escenario, el PDeCAT no modificó su «no» en el debate a la totalidad de las cuentas del Estado, pero los números siguen su curso y ahora entran en una nueva fase que pondrá a prueba la voluntad de negociación del PDeCAT. Como punto de partida, su portavoz en el Congreso de los Diputados, Carles Campuzano, se aprestó ayer a señalar que los presupuestos «van en contra de los intereses catalanes» y volvió a poner en el punto de mira la «operación diálogo»: «Suponen el certificado de defunción de la operación diálogo». En cualquier caso, y más allá de que presumiblemente no acaben variando su postura, servirá también para comprobar qué grado de implicación demuestran y si Campuzano, que ha asumido las riendas del PDeCAT en Madrid recientemente, modifica el rumbo y se abre a negociar abiertamente con el Gobierno.

Otra muestra más de la encajonada posición en la que se encuentran los neoconvergentes se reflejó en la invectiva que lanzó su vicepresidenta y portavoz del Govern, Neus Munté. En la Comsión de Asuntos Institucionales, Munté afirmó que «España lastra a Cataluña» por el «enorme déficit fiscal» que sufre y que le impide disponer de infraestructuras y recursos. La portavoz del gobierno catalán reiteró sus críticas al Estado y sus incumplimientos en materia de financiación en la autonomía catalana.