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Pintura

El Andy Warhol del siglo XV

El Mnac dedica una completa exposición, junto con el Museo del Prado, a la pintura de Bartolomé Bermejo

La composición titulada «Tríptico de Montserrat», realizado por Bartolomé Bermejo y el taller de los Osona
La composición titulada «Tríptico de Montserrat», realizado por Bartolomé Bermejo y el taller de los Osonalarazon

El Mnac dedica una completa exposición, junto con el Museo del Prado, a la pintura de Bartolomé Bermejo.

Con la esperanza de dar a conocer a uno de los grandes nombres de la pintura europea del siglo XV, el Museu Nacional d'Art de Catalunya (Mnac) abre sus puertas a la pintura de Bartolomé Bermejo. Y lo hace con la implicación del Museo del Prado como cómplice en esta retrospectiva que en verano viajará en una versión reducida hasta la National Gallery de Londres.

Bermejo es un artista bien representado en el Mnac y, en palabras de Pepe Serra, director de este museo. «un Andy Warhol del siglo XV, con criterio propio, que se inventa lo que quiere. Es más renacentista que gótico, un “outsider”». Por su parte, Miguel Falomir, director del Prado, aseguró que la exposición «rescata aspectos del artista; no es un “blockbuster”». Para la pinacoteca madrileña, Bermejo ha sido toda una sorpresa porque la exposición, que previamente se ha visto en el Prado, ha logrado 110.000 visitantes.

Para Joan Molina, el comisario de la muestra, el visitante se encontrará con un artista que «puede rivalizar con Botticelli y Piero della Francesca por su dominio de la técnica del óleo, con una pintura concebida para fascinar al ojo del espectador. Es un genio que se mueve más allá de las fronteras de lo que es convencional, además de poseer una personalidad alternativa».

En el Mnac podrán contemplarse un total de 42 piezas de Bermejo y algunos de sus contemporáneos. Por primera vez se reúnen 21 óleos sobre tabla del artista, un hecho que supone albergar en el Mnac la práctica totalidad de su producción artística guardada hoy en museos y colecciones privadas. En este sentido, merece una mención especial la presencia de la «Piedad Desplà», una composición de 1490 procedente de la catedral de Barcelona y que se ha restaurado expresamente para la ocasión. Una buena oportunidad de adentrarse en un autor excepcional.